La cinta
Sinopsis de la película
John, un novel director de cine, va a Lansing (Michigan) para presentar su película en el festival de cine local. Vince, su mejor amigo desde el instituto, también visita la ciudad para apoyarlo. Los dos se reúnen en un hotel y empiezan a rememorar los dolorosos recuerdos de sus años estudiantiles. Poco a poco, una creciente tensión va enrareciendo el ambiente hasta que Vince acusa a su amigo de algo que sucedió diez años antes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tape
- Año: 2001
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
6.6
87 valoraciones en total
Tremenda película, la acabo de ver y no salgo de mi asombro. Voy a empezar a pensar que Linklater es realmente bueno, uno de los mejores cienastas independientes del panorama actual.
Linklater juega en todo momento con el espectador, con un guión realmente bueno pero sobre todo con la puesta en escena: Rodada de principio a fin sin salir de una habitación de hotel!!!! La película provoca angustia, intriga, sorpresa…las interpretaciones son excelentes ( los tres actores! pero en especial Ethan Hawk que por algo es su actor fetiche ), la tensión se mantiene hasta el final, me parece una pelicula que engrandece la filmografía de este director, pues hasta ahora todo lo que visto de él no se parece a lo anterior.
En serio, no os la perdais!!!! si la pelicula os parece aburrida probad con Scary Movie 4 o algo así porque señoras y señores…ESTO ES CINE DE VERDAD.
Desde el año 2000, la obra de Richard Linklater, uno de los máximos exponentes del actual cine independiente estadounidense, se ha caracterizado por combinar obras de vocación autoral, ésas que le han granjeado el prestigio y el beneplácito de la crítica, con películas alimenticias, mucho más impersonales y dirigidas a un espectro más amplio. Conocer este dato nos inhibe de sorprendernos ante el hecho de que entre Escuela de Rock y Una pandilla de pelotas, Linklater rodara Antes del atardecer, variopinta entremezcla que en nada desvirtúa el interés, calidad y valentía que atesora la cinta que aquí nos ocupa.
Obra perteneciente al grupo de trabajos más auténticos del director, Tape, al igual que Antes del amanecer y su secuela anteriormente mentada, se desarrolla a tiempo real y fundamenta su interés en la conversación que tres amigos de veintitantos años, Vince, John y Amy, mantienen en una habitación de un motel de Michigan. Como es de suponer, rencillas, oscuros recuerdos y secretos inconfesables saldrán a relucir, de tal manera que la película, a pesar de desarrollarse en un espacio cerrado, nos mantendrá expectantes a todo lo que ocurra.
Sano ejercicio de experimentación que viene a demostrar que la acción también puede sustentarse con buenos diálogos e interpretaciones sobrias.
Esta obra es el testimonio de Richard Linklater, un cineasta portentoso que no cesa de construir historias basadas en diálogos cautivantes y de explorar con el ánimo de descubrir nuevas dimensiones en el contexto de la experiencia cinematográfica.
En tiempo real, dentro de un escenario que se limita a la habitación de un hotel, sin elipsis ni música de fondo, tres ex compañeros de colegio, Vincent (Hawke), un inofensivo y mugroso dealer, Jon (Leonard), un aniñado cineasta, y, Amy (Thurman), la chica educada, actual Asistente del Fiscal del Distrito, se reúnen luego de diez años para conversar acerca de trivialidades del presente y de un evento imborrable del pasado. Una cámara digital, manejada con pulcritud, filma el encuentro.
Dada la austeridad del film su única esperanza se cimienta en las bondades del guión y el talento de los actores. Afortunadamente Stephen Belber ha creado un delicioso laberinto dialogístico enriquecido con giros astutos y observaciones filosóficas de carácter moral en el que interactúan tres personajes brillantemente delineados.
Ethan Hawke es divertidísimo creando un ser infantil por el que se puede sentir simpatía fácilmente, Robert Sean Leonard, representa admirablemente a un individuo cuyos valores están a prueba, y, Uma Thurman intensifica la segunda mitad de la película con una actuación dotada de gracia, racionalidad e ironía.
Tape es cine experimental de primer orden y una afrenta refinada a la petulante maquinaria hollywoodense. Dentro de sus cuatro paredes se desarrolla un drama humano con ramificaciones universales que constituye una glorificación a la comunicación verbal y su inconmensurable valor funcional para expresar sentimientos fundamentales como el amor, el odio, la envidia y la compasión.
Si gustan del teatro no pueden dejar de ver esta película. Es de una factura muy simple, y afortunadamente Linklater no la complica con pretenciosidades. Tres actores impecables, un guión intenso, diálogos muy creíbles. Creo que es indispensable verla en su idioma original (bueno, eso es aplicable a todas las películas, pero especialmente en ésta). Los movimientos de cámara no me molestaron en absoluto y creo que casi son una necesidad para acompañar el ritmo y la agilidad de los diálogos, además de evitar el estatismo que cabría esperar en un único escenario: la habitación de un motelucho rutero. Una acotación al margen, que creo interesante: este texto de Stephen Belber no nos deja bien parados a los hombres. Y lo hace con mucha gracia y criterio. Touché.
Otra cosita al pasar: no puedo entender que algunos hagan críticas de películas si solamente vieron quince minutos. Es poco serio, muchachos.
Me tropecé con la película en el videoclub, ví que el reparto era sugerente y le dí la vuelta a la carátula para buscar al director. Últimamente no me dicen nada los directores (a excepción de Eastwood, Shyamalan y alguno más) pero como pasa con éstos, las películas malas de Linklater son las buenas del grueso de directores del panorama actual, y me decidí a alquilarla.
El horario de proyección no era el mejor, 00:00 de la noche del sábado al domingo. Por ello, cuando a los 15 minutos de película, los protagonistas seguían hablando y no se había cambiado de escenario, mi mujer decidió que la cama tenía para ella más atractivo que la verborrea de Ethan Hawke. Yo, en un alarde mezcla de heroismo cinéfilo y curiosidad me quedé y no me arrepiento.