La cerillera
Sinopsis de la película
Esta es la entrañable historia de una pobre niña vendedora de cerillas que se encontraba sola y muerta de frío en una Nochevieja. Entre las tenues llamas de sus últimas cerillas, tiene visiones maravillosas aunque difíciles de alcanzar.
Detalles de la película
- Titulo Original: La Petite Marchande dallumettes
- Año: 1928
- Duración: 32
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Opinión de la crítica
Película
6.6
81 valoraciones en total
Renoir, un director considerado de corte realista a partir de estandartes tales como la magnífica Esta tierra es mía o la también notable La gran ilusión, también tuvo en sus primeros compases de una carrera prolífica cierta tendencia a la fantasía y al onirismo. Lo demuestra en sus primeros cortometrajes (Charleston) y mediometrajes (La hija del agua o la que nos ocupa), con sus juegos de luces y sombras, sus superposiciones, sus rebobinaciones -baste ver cómo saltan los jinetes encima de sus caballos- o sus juegos en dónde realidad y ficción se dan la mano.
La cerillera reside en ésa fase experimental de Renoir dónde, a pesar de realzarse ya su gusto realista lo conjuga perfectamente con el ficticio. Éste mediometraje, basada en un cuento infantil homónimo de Hans Christian Andersen, si bien no llega al nivel del cuento infantil, es una buena muestra de que en poco metraje puede contarse una historia conmovedora.
Es Noche Vieja y una pobre niña -realmente era la mujer y musa de Renoir- sale en la fría noche a vender cajitas de fósforos para ganarse el pan, ya que ella y su padre son muy pobres y no tienen dónde caerse muertos. Un joven apuesto está a punto de comprarle una cajita, pero se mete en una casa con prisas, pues es la hora de cenar. La pobre muchachita mira hacia el interior de la casa, en dónde el joven y su familia disfrutan de una sabrosa y exuberante cena de final de año ¡lo que daría ella por tener algo que llevarse al estómago! Poco después un bondadoso policía se cruza con ella y junto observan un escaparate dónde hay montones de juguetes, ella los mira con ilusión, aún sabiendo que jamás podrá jugar con ellos. El policía se va y la muchachita se queda sola. Cansada ya de vagar sin poder vender ni una triste cajita intenta calentarse con la llama de un fósforo, y, presa de la hambruna y el frío empieza a tener alucinaciones y se queda agonizando en la fría calle.
Basada en el conocido cuento de Andersen: una pobre joven (Hessling,), vendedora de cerillas se encontrará absolutamente sola y llena de frío el día de Nochevieja… Un más que apreciable mediometraje de Renoir: bajo su aparente sencillez acaba derramada una suculentamente barroca y fantástica parte final, culminada en tangible poesía. Interpretación de la actriz fetiche/esposa de Renoir en sus primeras obras: Catherine Hessling.
Una joven cerillera sale la helada noche de Fin de Año de su chabola al centro de la ciudad a vender su menuda mercancía. El tiempo pasa y no consigue que le compren nada. Un agente de policía, con quien ha estado viendo un escaparate de juguetes mecánicos, hace ver a la chica que tiene los pies empapados por la nieve y le recomienda que se vuelva a su casa. Muerta de frío y hambrienta, y tal vez con mucha fiebre, cae al suelo y delira con una vida mucho mejor que la que le ha tocado vivir, pero incluso en el sueño se le presenta la Muerte.
Mediometraje basado, muy libremente, en un cuento homónimo de Hans Christian Andersen. Y quizá el mayor inconveniente que se le puede encontrar a esta cinta de Jean Renoir radique precisamente en que el público que la vea conozca el cuento en que se basa, éste es mucho más bonito, con mayor variedad argumental, que la pequeña película del director francés, una de sus primeras obras en un comienzo de su carrera el cual, aunque era su propio productor, no tuvo mucho éxito ni reconocimiento y pareció ser bastante dubitativo, todo fueron adaptaciones de obras literarias y sin mostrar aún un estilo determinante. No obstante la película en conjunto es aceptable, toca el argumento sin caer en el folletín, muestra la indiferencia de la gente ante la necesidad ajena, aún más marcada por ser una noche especial, y consigue darle al relato un aire distinto, dentro del drama que expone, con las secuencias oníricas que, si bien se ven muy señaladas por las limitaciones técnicas de aquel tiempo, marcan cierta creatividad de su autor. La mejor época de este director comenzaría unos años después al rodar ya con el cine sonoro y adoptar el realismo que le caracterizaría en esos primeros años suyos de la nueva era del cine.
Por último, decir que la actriz protagonista, Catherine Hessling, su verdadero nombre era Andrée Madeleine Heuchling, fue la primera esposa del director, a quien conoció por ser una de las últimas modelos con quienes trabajó su padre, de hecho se casaron en 1920, antes de que su marido se dedicase al mundo cinematográfico.
Jean Renoir comienza a demostrar su talento de gran director con sus cortos La vendedora de fósforos y Sur un air de charleston . En la película objeto de este comentario nos brinda una gran muestra de experimentación cinematográfica a través de las visiones de la protagonista, producto del hambre y frío en una Noche de Navidad.
Es un punto de partida para la creación de su lenguaje propio.
De otra parte la historia desarrollada, un bello cuento de Andersen, es un punto de partida para exponer sus problemas centrales de su obra: una sociedad excluyente, desigual y con una creciente diferencia de oportunidades..
La visión de esta película se hace necesaria para comprender el cine mudo y su búsqueda de un lenguaje por medio de la imagen.