La cena de los idiotas
Sinopsis de la película
Pierre Brochant y sus amigos organizan todos los miércoles una cena que es una especie de apuesta: el que invite al idiota más extraordinario será el ganador. Una noche, Brochant está pletórico: ha encontrado una auténtica joya, un idiota integral. Se trata de François Pignon, un chupatintas del Ministerio de Finanzas con una gran pasion por las construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant ignora es que Pignon es un auténtico gafe, un maestro en el arte de provocar catástrofes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le Dîner de cons
- Año: 1998
- Duración: 77
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Opinión de la crítica
Película
7.1
61 valoraciones en total
Impresionante comedia en la que yo al menos, me reí a carcajadas (especialmente en los últimos 30 minutos). Hay que reconocer que empieza de una forma increíblemente sosa, una presentación necesaria pero que no es un buen telón de lo que va después. Pero, cuando pensabas que no es para tanto, que todo lo que habías oído de ella eran pijadas y que te va a aburrir, de repente (y con lo que cuesta hacer cambiar al público de forma de pensar sobre la película después de los primeros 10 minutos, especialmente es difícil en esta que lo consigue a los casi 30), se convierte en una comedia memorable. El personaje del idiota es fantástico, el actor un fenómeno, y el resto de actores también están bien, pero sin duda esta comedia gira en torno a un sólo hombre, el verdadero campeón del mundo de idiotas.
Lo más sorprendente es que con ese título, realmente nunca se ve esa cena de idiotas, pero es aún mejor que eso, la cena de idiotas no es más que un mcguffin para conseguir que el protagonista serio conozca al idiota mayor. Todo el enredo que se monta es de lo más divertido a pesar de que pueda parecer algo típico, pero es efectiva en cada chiste, llámalo grandes actuaciones o llámalo saber hacer lo de siempre pero mejor.
Estoy deseando ver alguna comedia más de Veber (especialmente las que tienen a su personaje François Pignon ).
Lo mejor: François Pignon
Lo peor: Los primeros 30 minutos se los podrían haber currado más.
Este pedazo de actor, Jacques Villeret, interpretaba de forma magistral sus personajes, que siendo cómicos como parece a primera vista tienen una fase en la que te convencen de que la vida es así de sencilla y absurda. Acto seguido cuando ya estás totalmente identificado con esa clase de vida, te demuestra que también es un drama con bastantes dificultades. En fín, una forma agradable de filosofar sobre las personas.
Si tienes el muelle flojo, deberías llevar dodotis, es un golpe detrás de otro.
Partiendo de la premisa que la finalidad inicial es algo cruda e hiriente, la verdad es que te ries, porque el ser un idiota es un arte, que nada tiene que ver con hacer el idiota.
Una historia de enredo hilada a golpe de carcajada… si el asunto está enredado, y no se puede enredar más, entra alguien a escena y consigue enredarlo más…
Nunca meter la pata ha sido tan gracioso, llega un momento que crees que es imposible meter la pata tantas veces, pero te sorprenden metiéndola de nuevo…
Final inesperado que te deja con las ganas de más… 😆 😆 😆
Simple ejemplo de lo fácil que es hacer una película divertida y sin pretensiones de más, sin artificios, sin escenarios y sin caer en la burda broma o en lo escatológico. Sin duda, a años luz del humor que nos venden en España. Si esta película la entendemos y nos hace reir hasta el punto de hacerse extremadamente corta, ¿porqué no nos regalan pequeñas joyas como esta en nuestro cine? ¿porqué hemos de ser tan mediocres y pueblerinos en este país?
He de reconocer que me esperaba incluso más, pues había oído hablar muy bien de ella, de personas que les pareció la mejor comedio que había visto nunca. Algo exagerado en mi opinión, aunque me quedo ampliamente satisfecho, por un guión original, unas actuaciones acertadas, un Villeret que lo borda, que no necesita pestañear para provocar una sonrisa (lo cual no desmerece al guión) y una historia sencilla pero muy amena y divertida. Muy recomendable para pasar un gran rato.
Ésta película es un ejemplo de lo que deberían ser todas las comedias. No sólo aporta un sentido del humor magnífico y que no insulta la inteligencia del espectador ( a ver si aprendemos aquí, donde seguimos estancados en Torrente y sus múltiples secuelas, declaradas o no), sino que además sabe cuando debe parar. La película dura tan solo una hora y cuarto, porque si hubiese sido más habría acabado por cansar al espectador. Veber lo sabe, y actúa en consecuencia. Y no le pudo salir mejor.
Poblada de innumerables gags antológicos (sobre todo los que envuelven al uso del teléfono) e interpretada por actores soberbios a los que se les intuye un importante pasado teatral, La cena de los idiotas es una locura desacomplejada y decididamente brillante que contiene además un mensaje moral al final que es lo único que no casa demasiado bien con el humor irreverente de Veber.
Lo mejor: La pareja cómica que forman Jacques Villeret y Thierry Lhermitte, y el guión.
Lo peor: El final, con moraleja incluida, parece escrito para una película de Disney, pero estaba claro que iba a ser así, y tampoco molesta.