La casa de las palomas
Sinopsis de la película
Alxandra y Sandra, madre e hija, viven en una solitaria casa aislada en el campo. La hija asiste a un colegio femenino de los alrededores. Fernando, un seductor y amante de la madre, merodea por el colegio de féminas, hasta que la hija siente una irremediable atracción por él y se desencadena un peligroso triángulo amoroso.
Detalles de la película
- Titulo Original: La casa de las palomas aka
- Año: 1972
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
4
28 valoraciones en total
¿Por qué el erotismo debe ser tan aburrido, chuchurrío y relamido? Sabe Dios. El caso es que una vez más se asocia el desvío carnal con la flojedad y el desvarío. Con un cine engolado, melifluo, pretencioso y ridículo. Con un envaramiento rígido y deslucido. Con una tibieza desmadejada, pasmada, narcotizada y llena de horchata.
¿Y el juego, el humor, la lejana alegría? ¿Y el ingenio, la gracia, la sin par majadería? ¿Y el caos, el alboroto, el miedo y el delirio? ¿Dónde queda lo otro?
El caballero andante vuelve a la ciudad y la princesa se enamora de él. La bruja mala, la reina madre, se interpondrá. ¿Qué pasará?
Trama mala, diálogos sonrojantes, doblaje atroz, musiquita de ascensor, silencios abstrusos, ornato vacuo, un conjunto de lujo fatuo y encorsetado. Un vacío apelmazado y absoluto.
Primera película como director de Claudio Guerín y primera de Ornella Muti en España. Sobre lo primero, apenas hubo continuidad pues Guerín fallecería en un accidente en el rodaje de su segunda obra, La campana del infierno (1973), lo cual al ser de terror además, le da un aire como de película maldita. Sobre la segunda, afortunadamente la hemos visto muchas veces más en el cine y aunque aquí está muy niña, su personaje dice que tiene 17 años aunque en realidad no pasaba de los 16, está bastante guapa. Acompaña el reparto de esta coproducción hispano-italiana rodada en Córdoba, lugar que intuí, una atractiva aunque más madura Lucia Bosé y el norteamericano Glen Lee, al que creo que he visto en algún otro sitio pero que ahora no recuerdo.
Sea como fuere, tenemos una historia que destaca por lo obvio dentro de una filmografía, la de Ornella, que gira sobre lo mismo: señores, chicos y mayores, que se quieren ir a la cama con ella y Ornella que siempre se deja querer, porque es muy buena y muy inocente. Dicho esto, dada su belleza, cualquier otro proceder por la parte masculina sería poco realista. Dicho lo cual, La casa de las palomas avanza como un triángulo amoroso entre madre, hija y un tercero, que aunque no tiene la vitalidad, ni la mala idea, ni el misterio de Out of season (1975), se ve con cierto gusto hasta que al final a Guerín se le va la olla por lo onírico. Aplaudo que la censura prohibiera el desenlace original, además de otras cosas, pero el que se rodó te deja con cara de lelo (SPOILER).
Interesante película del año 1972, que versiona el mito del D. Juan en la figura de un joven adinerado de Córdoba metido a gigoló – Fernando -, el actor Glen Lee, de muy buena planta pero más válido quizás para películas del Oeste o seriales setenteros de poca exigencia interpretativa.
Se mezcla también el mito de la Celestina, de la alcahueta, en la figura de la Madame de la Casa de las Palomas – la estupenda actriz Carmen de Lirio -, que da título a la película, y que no es sino un picadero de lujo para este D. Juan cordobés y otros señoritos que purgan allí sus vicios privados.
Para comérsela y mojar pan Ornela Muti – Sandra -, espectacular, en plena juventud, natural y radiante, que interpreta a una Doña Inés más atrevida que la original de Tirso de Molina o Zorrilla, una Doña Inés que se presta al juego de la seducción, con más curiosidad que malicia, y sin renunciar, con inocencia, a la idea de conquistar el amor sincero del celebérrimo seductor, redimiéndolo así del pecado, como lo escribieron los clásicos.
Rotunda belleza y austera la de Lucía Bosé, que desarrolla a la sombra de su hija, un segundo plato de amante con el D. Juan, acercándose al mito de Medea (sin matar a su hija pero compitiendo con ella): y es que el chorbo se trajina a madre e hija, como efectivamente haría el mito del D. Juan, y ella lo sabe.
La película es atrevida para su tiempo, año 1972, por el planteamiento y la temática, y porque incluso de manera velada o muy sugerida, nos ofrece sexo explícito, dentro de este atrevido juego a tres bandas. Y puede, eso sí, que con el paso de los años, haya ganado precisamente la ingenuidad que no tuvo en la fecha de su rodaje.
Me gusta la manera en que Claudio Guerín filma e integra los espacios: tanto los interiores y jardines de las espléndidas casas donde se desarrolla el drama amoroso, como los exteriores en las calles y vistas en la lejanía de la ciudad de Córdoba.
Quedan sin embargo algo desfasadas algunas escenas: singularmente la escena onírica que se produce en el clímax del drama interior de la adolescente que se siente burlada, o alguna otra escena muy de la época de ese cine de los años setenta, con efectos de cámara algo caseros, y el soniquete, a veces algo cansino, de un banda sonora empalagosa.
Hay también un rotundo homenaje a Los Pájaros de Alfred Hitchcock, como no podía ser de otro modo en una casa repleta de palomas.
Como anécdota, y no es spoiler, sale la actriz Kiti Manver de jovencita, que me encanta.