La cárcel caliente
Sinopsis de la película
Una chica es enviada a la cárcel por tráfico de drogas, y allí comprobará que la vida en prisión es un verdadero calvario: la inflexible superintendente McQueen se encarga de castigar duramente a las reclusas, para ello cuenta con la colaboración de un sádico médico que, además de violarlas, hace experimentos con ellas, aplicándoles el electroshock. La situación es tan insoportable que las reclusas deciden preparar un plan de fuga.
Detalles de la película
- Titulo Original: Caged Heat
- Año: 1974
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
4.4
33 valoraciones en total
Primera película de Jonathan Demme que en el año 92 ganó un Oscar con El silencio de los corderos.
Esta cárcel caliente es ejemplo del género que se prodigó durante un tiempo de reclusas vejadas, sufriendo acoso en las duchas y sadismo variado.
Tiene su morbo, que en definitiva es lo que te hace verla. Las diferentes secuencias quedan sin concretar, bastante pobres y malas, aún así importa poco, es como si el director supiera que al espectador le va a dar igual qué es lo que va a pasar luego o si el guión es bueno o malo. Que tampoco es tan malo para lo que hay.
Ejemplo del guion:
UNA DE LAS PRESAS:
-Ese es Jack, el fulano que me desvirgó…
La secuencia de la huida en el campo entre los arbolitos es del más puro estilo Benny Hill. Bueno, si le pones la música hasta te ríes.
Lo que hubiera disfrutado Benny Hill de carcelero con su colega el viejecito de malas pulgas persiguiendo a esas mujeres…
Primera cinta (creo) del conocido director Jonathan Demme, recientemente fallecido, con todo el chapuceo de una producción B, y de director (y probablemente también equipo) principiante.
Entre tanto jaleo y alguna teta que asoma por aquí y por allá, nos encontramos con que la directora de la prisión no es otra que Barbara Steele, especialista en cintas terroríficas de la Hammer, también recordada en el revival de Sombras Tenebrosas de 1991 como la doctora Hoffman. Además, vemos a la blonda Roberta Collins (con algún recorrido sobre todo en telefilmes o de invitada en series de TV) y un largo etc. de desconocidas actrices que afortunadamente están siempre dispuestas para las escenas de ducha. La película serpentea entre una que otra peleita de perras en celo enjauladas y que por supuesto termina desembocando en el inevitable motín y venganza, muy al estilo de películas como Womens Prison (1955,) a la que me recordó al revisionarla, claro, con menos ropa y mas escenas acaloradas y con la Steele haciendo de sádica alcaide de prisión en vez de una mas recatada, mas no menos malvada, Ida Lupino.
Definitivamente una película muy kitsch, que tiene como único valor formar parte de un sinnúmero de películas que se rodaban en los años 70s y que hoy han pasado a ser poco más que rarezas.
Ah, lo mejor de la cinta está en aquella escena (casi al comienzo) en que una de las prisioneras tiene un acalorado sueño contra las rejas, (que incluye al inevitable galán manos largas ) y en la que queda demostrado los problemas de la abstinencia prolongada, lamentablemente una de las guardas tenía que llegar a (macana en mano) interrumpir el tórrido momento, anunciando que era la hora de levantarse… al menos esta escena consiguió impresionarme cuando la vi en el cine allá por… que les importa. Bueno, supongo que a los catorce años cualquier escena de tetas me hubiese impresionado lo mismo.
Una película, sin duda, que no entra en la categoría de imprescindible, pero que tampoco es tan, tan mala… después de todo pertenece a una época en que se hacía cine con personas, y que aun muy en la categoría de cine-B, está mucho mejor que esos bodrios de super-héroes que tanto abundan hoy en día.
No sé quién merece más castigo, si el director (y guionista) o yo por verla.
Esta película no tiene interés ni como película para adolescentes o viejos salidos de USA, o de españoles ávidos de sexo del periodo post-franquista. El montaje, las alocadas carreras al estilo de las pelis mudas con policías de la Keystone y un guión: ¡Pero cómo se puede escribir un guión tan insoportable, y más por parte del director de El silencio de los corderos!
Lo único original (por buscar algo) es cuando una reclusa elabora un plan cronometrado para llevar a otra comida durante su encierro en una celda de aislamiento. Aún así, recomiendo al posible espectador que se asome a la ventana y observe las curiosas formas que adoptan las nubes movidas por el viento.