Krisha
Sinopsis de la película
La ópera prima de Trey Edward Shults (Houston, 1988) es una trama de suspense electrizante cuyos intérpretes son la familia del director. Para contar la decadencia mental del personaje principal (su tía Krisha), se representa el desencuentro doméstico el Día de Acción de Gracias.
Detalles de la película
- Titulo Original: Krisha
- Año: 2015
- Duración: 83
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes obtener una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te citamos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
6.5
85 valoraciones en total
En su primera película, rodada con su familia como actores y en casa de sus padres, Trey Edward Shults encaja de manera muy interesante una historia con un gran peso en sus personajes principales construidos con autenticidad, con a una propuesta narrativa que en ocasiones semeja un documental sobre la vida salvaje. El comportamiento más animal oculto bajo un bonito disfraz de humano socialmente aceptado.
Si nos adentramos en la jungla es porque pertenecemos a la naturaleza, y como humanos también estamos expuestos al peligro. Krisha es inteligentemente atrevida en estos términos y obliga al espectador a avanzar con su inicialmente desconocida protagonista, y en las profundidades de su frondosa identidad nos encontramos luchando para salir mentalmente cabales. Me gustaría poder hablar de lo que esconde en su interior este personaje que comparte nombre con el de su actriz (Krisha Fairchild), pero sería arruinar parte del camino que creo necesario recorrer.
Entre su compleja relación de personajes, predomina una atenta empatía hacia la mujer, y más concretamente hacia la figura materna, resaltando la incómoda situación que resulta de aquellos deberes que la sociedad ha asociado a la condición de madre, no solo con respecto a sus hijos, sino también con respecto a su posición en relación al resto de la familia. Una visión que no solo emerge de Krisha, sino que se refuerza de manera muy explícita desde el exterior. Y en el camino, no duda en exponer al ridículo ciertas conductas masculinas en sus roles familiares. Esta empatía audaz eleva su complejidad al verse sujeta a comportamientos cuestionables, de los que no se encuentra exenta su protagonista.
El guion describe una situación familiar fácil de asociar a experiencias propias, gracias a la naturalidad con la que está escrito. Este realismo se ve acrecentado por la actuación de su protagonista, que se zampa a su personaje y lo muestra como si hubiera nacido con una cámara enfocándola. Es fácilmente, la mejor interpretación de una actriz no profesional que he visto.
Shults juega a poner al espectador en la incomodidad más absoluta, para poco a poco mostrar las razones de nuestro malestar una vez formamos parte de la familia, y a pesar de que el punto de vista es irrefutable, el juicio lo deja en nuestras manos.
Krisha es incómoda, irritante, molesta y claustrofóbica, al tiempo que es dulce y con una sensibilidad propia que nos lleva al interior de una familia que intenta, no sin dificultad, sobreponerse a sus trapos sucios. Consigue crear una atmósfera propia de las mejores películas del género de terror, sin necesariamente serlo.
https://faunacinefila.wordpress.com/
Tan solo ver la primera escena, me dí cuenta de que iba a visualizar algo grande. Esa introducción tan intimista y demacrada de Krisha justo al empezar la película, hizo que me agarrara los machos y pusiera todos mis sentidos en alerta para lo que se avecinaba.
Y no me equivoqué no, de hecho es rara la vez que me equivoco cuando algo es rematadamente bueno, filmado en tan solo unos 20 segundos.
La película es tremendamente incómoda, esa sensación de mal rollo está presente en todo momento, la tensión se palpa en cada escena.
La actriz Krisha Fairchild, curiosamente es el mismo nombre que da el título a la película, hace un magisterio interpretativo al alcance de muy pocas, deambulando por la casa con cierto recelo y actuando a veces de una manera un tanto siniestra, perturbadora en ocasiones, como si no encajase con las personas que le rodean. Es aquí donde uno se pregunta que coño está pasando, por que notas que algo no encaja, que algo va mal y Edwar Shults lo transmite a la perfección, con una banda sonora estrambótica y unos gestos de los actores cuando menos también extraños, perros ladrando, gente sin parar de hablar, situaciones singulares……en definitiva, mala combinación para la protagonista de este pedazo de drama psicológico.
Admito que hasta el minuto 50, apróximadamente, la película me estaba gustando, pero la mala hostia se me iba apoderando de mi al no saber bien interpretar que estaba ocurriendo o que podría ocurrir, lanzaba mil y una preguntas a mi coco y planteaba futuras posibilidades de desenlace, hasta que ocurre algo, algo que desata el tarro de las esencias y eleva la película desde ese momento hasta el final a obra de arte. Y entonces uno ve la luz, todas las incógnitas quedan de un plumazo aclaradas, la puerta se abre de par en par y entonces, esa misma cara de incredulidad, pasa en cero coma cero segundos a una de asombro y de verdad, que cuando siento eso, cuando algo me lo transmite, los ojos se me empapan.
No tengo mas remedio que quitarme el sombrero ante tal situación, el hecho de que a mi edad, alguna película me sorprenda en estos tiempos de conformismo, merece todo mi reconocimiento.
Shults se saca de la chistera, una ópera prima que no dejará indiferente a nadie, los que busquen acción, que se olviden, los que como yo, que están a todas horas escudriñando el panorama actual referente al cine y buscando nuevas sensaciones, deberían de aventurarse, eso si, teniendo muy en cuenta que el filme es catalogado de esos incómodos y que puede jugar una mala pasada a mas de uno, pero que a otros sin duda fascinará.
Con todo esto que comento y debido al buen rato , entre comillas que me hizo pasar, no tengo mas remedio que darle un merecidísimo 8,7.
Buenísima!!!
Krisha da mal rollo. Busca dar mal rollo.
Desde los primeros segundos se intuye la disfunción familiar. Conforme avanza el metraje, el film va desgranando la información, intensificando la tensión. El hecho de que el guión sea del propio director, los actores de su familia y se sitúe en la casa familiar real, nos da una idea de lo íntimo y personal que llega a ser el proyecto. Recuerda el cine de Haneke, por lo incómodo. Pero aquí la incomodidad nace de confrontar un personaje principal (que vemos claramente desequilibrado) con un ambiente familiar disfuncional.
Trey Edwaurd Shults lleva las situaciones hasta sus últimas consecuencias. Con inteligencia, utilizando muchos recursos narrativos, técnicos (el uso del tamaño del cuadro o la angustiosa banda sonora) consigue implicarnos emocionalmente en tan difícil historia. Sin trampa, sin artificio, y también sin clemencia. El resultado son 83 minutos que auguran una carrera muy interesante a su director.
A través de un largo plano secuencia, vemos a una mujer llamada Krisha llegar a un típico chalet americano en el Día de Acción de Gracias. En ese momento, su numerosa familia sale poco a poco a recibirla bajo el típico ritual burgués: besitos, qué tal estás, qué bien te veo. Todo buenas palabras, pero en seguida llega la realidad, y es que realmente a nadie le importa Krisha más que para cocinar el pavo que se zamparán como cena. Ella lo percibe rápidamente y desde el otro lado de la pantalla vemos cómo reacciona a la situación, algo en lo que tiene una especial relevancia aquello que sucedió en el pasado y que nadie parece querer mencionar.
El nombre de la protagonista es también el título de la ópera prima del cineasta estadounidense Trey Edward Shults, así como tía natural del mismo. No en vano, los personajes que vemos en la película son su familia en la vida real, un detalle con posos de cómico que seguramente tenga más que ver con cuestiones presupuestarias que con la propia realidad de la obra. Y es que Krisha deja claro que busca incomodar tanto a través de la técnica como del propio guión. En el primer caso, el director altera tiempo, formato, narrativa… Juega con todos los elementos de los que dispone, consciente de que quiere dejar tocado al espectador a través de múltiples facetas que le definan a él mismo como cineasta. En el segundo caso, contemplamos el asfixiado ambiente de una casa donde los jóvenes berrean y echan pulsos mientras los adultos se muestran nerviosos, un contexto en el que la presencia de los perros es la guinda necesaria para generar esta asfixia.
Krisha es una película que se cuece a fuego lento. Llegado un momento de la cinta, todo apunta a pensar que ese intento de impactar se queda en un mero ejercicio de estilo sin base argumental sólida con la que alimentarlo. Pero no. La recta final es realmente vibrante, ya que sobre el tapete cinematográfico se pone en liza toda la baraja y Edward Shults sabe jugar sus cartas de manera verdaderamente sorprendente, llevando al paroxismo esa alteración narrativa que comentábamos.
La cuestión es que Krisha no quiere parecerse a otras películas cuyo visionado se suele calificar de incómodo, como bien pudiera ser el trabajo de Haneke. El cineasta estadounidense prefiere no entrar en ese juego, consciente de las propias limitaciones que le confiere su juventud. Pero sí deja por el camino varios aspectos interesantes, como es el propio hecho de situar toda la acción en el ámbito familiar, donde los enfrentamientos siempre son más peliagudos al existir el vínculo de la sangre y, por tanto, eliminar el rechazo a la gente de fuera. Una grata perspectiva para una más que loable ejecución.
Pese a su bisoñez, Edward Shults no muestra complejo ninguno al llevar el pulso en la dirección, hasta tal punto de que se permite en lujo de cerrar la cinta con un plano que, al compararlo con el inicio de la misma, sirve como grato resumen de la personalidad de un cineasta cuya carrera tras las cámaras ha comenzado de muy buenos modos. Pese a que en Krisha se le puede achacar algo más de definición en el guión, que nunca llega a definir una línea clara, lo cierto es que el cineasta goza de lo más importante en el cine como es querer jugar con imágenes y sonido. Y lo consigue de buena manera en este drama psicológico que cumple con lo prometido a lo largo de sus 83 minutos de metraje.
Álvaro Casanova – @Alvcasanova
Crítica para http://www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
53 Festival Internacional de Cine de Gijón
Ojalá le deis una oportunidad a Krisha . Superada la primera y extraña media hora, todo el peso psicológico se va posando, como una nube negra, sobre la reunión familiar. Lo agrio de Una mujer bajo la influencia y la introspección más dura que se ha realizado sobre una mujer en el último lustro en el cine tienen lugar en esta joya sobre la enfermedad mental. Va más allá del alcoholismo, pues Krisha Fairchild parece saber qué es el dolor, ya que solo una interpretación así, con tanta dosis de realidades, puede llegar a nuestros nervios y a nuestro corazón.
Terrible, áspera, real.