Kotoko
Sinopsis de la película
Kotoko es una mujer con una personalidad bipolar cuya visión del mundo va del blanco al negro, sin grises de por medio. Hiere su cuerpo de forma impulsiva, solo para demostrarse que está dispuesta a vivir pase lo que pase, y solo encuentra paz al cantar sus canciones. El nacimiento de su hija añade una capa más de confusión a su mente: el bombardeo constante de noticias sobre guerras y catástrofes aumentan su temor de los peligros que el mundo exterior depara a su bebé.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kotoko
- Año: 2011
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
5.9
54 valoraciones en total
Penúltima película de Shinya Tsukamoto, director, guionista y actor, conocido por el horror biológico cyberpunk de sus propuestas cinematográficas, el caos y el constante delirio mental de sus protagonistas (en ocasiones interpretados por él mismo), teniendo así en la película de culto Tetsuo (1989) su primer referente. Es el cine que conozco, filmes como The Adventure of Denchu Kozo (1987), Hiruko the Goblin (1991), Tetsuo 2 (1992), Haze (2005), Nightmare Detective 1 y 2 (entre el 2006 y 2008, aunque más comercial), y Tetsuo 3 (2009), es cuando haciendo una revisión de su filmografía me encuentro con dramas, filmes de intriga y acción, pero a luces, con el sello torcido de Tsukamoto, es como acudo a Kotoko. Un drama psicológico surrealista, terriblemente doloroso y psicótico, autofinanciado y premiado en el Festival de Venecia del 2011 por Mejor película en la sección Horizontes, dedicada a las nuevas tendencias cinematográficas.
En Kotoko Tsukamoto llega a generar un mundo turbulento y violento, sin necesidad virar a la ciencia ficción o al terror sobrenatural y/o biológico, horadando en la psique de una madre soltera presa de una psicosis paranoica crónica, una ideación delirante permanente. Delirio irreductible a la argumentación lógica, donde la cualidad del filme radica en el cómo. Con un dejo por instantes a Repulsion (1965) de Roman Polanski, Shinya retrata a esta mujer desde dentro, con cierto aire de improvisación y movimientos acelerados, musicalizados y galopantes, salpicado de sangre y emociones. Somos testigos de sus miedos y sus placeres, de su confusión. Kotoko incapacitada mentalmente vive aterrorizada ante la idea de perder o asesinar a su pequeño hijo, errática y alienada, frágil, es cuando conoce al famoso escritor Seitaro Tanaka, quien cae perdidamente enamorado, dando lugar a una relación donde el sadismo y la autoflagelación serán el ancla hacia la realidad. Eso es el guion, posiblemente peque de sobresaturado, pero aun así, conduce a un final más estable de lo que pudiésemos imaginar.
Interpretada por la cantante japonesa Cocco (de quien el director se declara fan) y co-protagonizada por Tsukamoto, Kotoko se mueve en su narrativa furiosa e imperfecta, bastante intima, con una bella banda sonora. Me gustó (y más que otras películas de su filmografía) pero admito no es un filme fácil, quizá sea redundante y chocante para quien busque una película de Horror, y demasiado violenta para quien guste más del cine de arte, porque… Kotoko es una simbiosis entre el J-Horror y el Cine de arte que puede no a todos gustar.
http://teatro-vandrian.blogspot.com
La filmografía de Shinya Tsukamoto me es parcialmente desconocida pero lo que he visto de su obra revela a un autor incapaz de caer en los lugares comunes. Sin buscar nunca la perfección, el realizador que se puso en el mapa con la radical Tetsuo the Iron Man (1988) ha ido alternando en los últimos años producciones experimentales con otras igualmente extrañas pero más enfocadas a la narración lineal, e incluso se ha atrevido a gestar una franquicia que no he visto al completo pero cuya primera parte (Nightmare Detective, 2006) es un deshecho cósmico. En Kotoko el realizador sigue experimentando con las formas pero el tono de la obra remite irremediablemente a su interesanet Vital (2004), mostándosenos la vida de una mujer con una enfermedad que hace que vea dobles algunas cosas.
Protagonizada por cantante Cocco y rodada en gran parte para que ésta se luzca (hay varios momentos musicales y una escena en la que gratuitamente se enfoca a la mujer durante varios minutos mientras se dedica a lo que mejor sabe hacer), Kotoko está muy lejos de apasionar o ser perfecta pero es gracias a Tsukamoto que la cosa llega a más: su furiosa e imperfecta narración, los añadidos cómicos que suavizan un poco la brutalidad de lo que sucede en pantalla y algún momento de puro alucine que aunque no sorprende dede luego tampoco molesta. Una obra interesante e irregular que merece la pena pero que requiere, como toda su obra, que el espectador se implique y la vea , en lugar de mirarla .
Creo que es la segunda vez en mi vida que me levanto y me voy de una película. Y he visto películas que me han parecido buenas, malas, horribles e infumables hasta el final.
No diré que Kotoko supera este ránking, quizás era un mal día o mala hora, o mal cine… el caso es que después de aguantar treinta minutos a una mujer esquelética y loca chillando y cantando con un niño llorón y ver que el guión no va a ir más allá de las alucinaciones, no pude más.
Desde luego, el mal rollo de la manía persecutoria está muy conseguido: sin embargo, no es necesario ver 10 episodios de locura uno detrás de otro para explicar que la chica está loca. Y probablemente, si te gusta como cantante, no te importa que cante varias canciones enteras… pero si tú has ido a ver una película y no un videoclip, y la muchacha no te parece irresistiblemente atractiva, la cosa puede resultar insoportable. A mí y a mis amigos nos lo pareció.
Cinta complicada la que tenemos por delante, una historia de una mujer que sufre una doble visión de las cosas, una real y una irreal, entre las cuales no sabe distinguir.
Kotoko tiene un hijo pequeño, un hijo al que quiere mucho y por el que sufre. Sufre porque duda de que pueda protegerlo, ya que no sabe diferenciar de lo real y lo irreal. Además tras momentos de crisis provoca cortes, no para suicidarse, sino todo lo contrario, para ver como el cuerpo humano es capaz de regenerarse y curarse.
El sufrimiento es palpable durante toda la película, hasta que un incidente provoca que le quiten la custodia y se la den a su hermana. A partir de ahí comienza una extraña relación con un escritor famoso más que particular y a partir de ahí prefiero no contar más.
La película es extraña por la forma que está contada, pero también porque el personaje de Kotoko, se pone a cantar en varios momentos de la película. Cantando dice, es la única forma de ver la vida tal y como es, sin doble visión.
Un film extraño, en el que suceden todo tipo de cosas a la cual más absurda, pero que si te mantiene con interés puedes conseguir entender la película y sacar alguna que otra conclusión.
Igual que la protagonista, tuve un desdoblamiento al empezar esta filmación: por un lado, estaba esperando ver una película, por otro lado, sólo estaba viendo gritos ensordecedores, gore gratuito y pausas musicales. Pronto me di cuenta que sólo una de estas interpretaciones era la acertada, la segunda, pero ya iba por la mitad, y vamos a terminarla. Casi termina ella conmigo. Sólo al final mejora un poco por la escena de fantasía terrorífica que aporta originalidad y que, por una vez, nos hace entender a Kotoko más allá de sus gritos y del fácil, y repetidísimo en la película, recurso de la visión doble. Después de la fantasía todavía queda tiempo para una escena de cierta ternura, pero es demasiado tarde y escaso para salvar la película.