Just Another Love Story
Sinopsis de la película
Un hombre casado y con hijos tiene una vida placentera, hasta el día que sufre un espectacular accidente de coche. Él queda ileso, pero la chica del otro vehículo cae en coma. El hombre la va a visitar y empieza a hacerse pasar por su novio frente a sus familiares…
Detalles de la película
- Titulo Original: Kærlighed på film (Just Another Love Story)
- Año: 2007
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6.9
79 valoraciones en total
Cada día dudo menos de que mi cine predilecto es el danés, y eso que mi incursión en este cine fue con Festen y la califiqué con un regular, cinta que para muchas personas es una maravilla, en cambio a mí no me sedujo lo suficiente.
Hace un tiempo el cine surcoreano me cautivaba con películas como My Sassy Girl, A Moment to Remember, Hierro 3, Domicilio desconocido, etc…, (he de decir que no me gustó mucho Old Boy, a pesar de lo que la gente me pueda criticar), pero los asiáticos que saben crear films muy originales, son al mismo tiempo más irregulares, y me cuesta encontrar películas que verdaderamente me encanten. En cambio, cada film danés que escojo, no me es posible ponerle menos de un 8 sobre 10.
Ole Bornedal y su Just Another Love Story es un verdadero thriller en toda regla, pues estremece, emociona y asusta por partes iguales, objetivo que persigue esta clase de género. Y lo hace convenciendo al espectador que lo que ha contemplado es digno de ser visto y es digno de ser difundido, por haber creado una historia tan sumamente conseguida en todos los aspectos, donde los giros de guión son asombrosos.
El film puede llegar a ser un tanto surrealista pero, vistas las historias que acontecen en la vida real, pues en nada te sorprende que esto pueda ocurrir, es más, es perfectamente probable y posible. Lo que da realmente pavor es precisamente eso, que te pueda suceder.
En cualquier caso, son tantas las películas que recomendaría del cine dinamarqués que casi no me cabrían en los dedos de las dos manos. Me temo que voy a tener que indagar más a fondo en este majuestuoso cine, al alcance de muy pocos países, y es una opinión subjetiva, claro, como todo este blog.
El séptimo arte, en este país escandinavo, es verdaderamente un arte, donde los sueños de la Gran Pantalla se hacen realidad.
Parece que el thriller nórdico disfruta de su mejor momento. No ya por el éxito de la adaptación del best seller de Steig Larsson, sino también por títulos que han ido llegando a nuestro país como Dinero fácil, Headhunters o Flame y Citron, por no hablar del inesperádo éxito que supuso Drive, de otro cineasta afincado en tierras danesas, que es de donde procede precisamente el cineasta que destacamos hoy. Lejos de ningún tipo de moda, Bornedal siempre franqueó el terreno del thriller con algo más que decir, ya lo hizo en su ópera prima, El vigilante nocturno, de la que luego entregó una revisión formal y discursivamente limitada con La sombra de la noche, para continuar experimentando en otros campos a principios de nuevo siglo con el fallido drama de época I Am Dina y una incursión en la comedia de terror a través de La substituta. No sería, sin embargo, hasta finales de una década que terminó hace apenas un par de años, cuando Bornedal se destaparía de nuevo con lo que mejor sabe hacer: juguetear, subvertir y manipular las normas de un género al que volvió con una fuerza inusitada, primero con la fantástica Just Another Love Story, y más tarde gracias a la no menos recomendable Deliver Us From Evil, donde se sumergía de lleno en el poco frecuentado (por desgracia) subgénero de asedios en pueblos perdidos de la mano de Dios para salir airoso y triunfante.
Centrémonos, no obstante, en la que hasta ahora ha sido su mejor trabajo en un terreno con el que ya empezó flirteando en su ópera prima, donde dejó buena muestra de que lo suyo no era dar más pinceladas al género en otro trabajo impersonal, sino más bien recrearse con sus claves e intentar enlazar un juego intertextual que implicase a un espectador demasiado habituado a no formar parte de un género que parece más apocado a la rutina y amontonamiento de tópicos que otra cosa. Con Just Another Love Story, Bornedal inicia ese jugueteo desde su título en el que ya se intuye una ironía bastante patente. Ironía que extiende y desplaza a las tres primeras secuencias de su film, presentadas con un intertítulo y constituyentes del esqueleto de una historia que ya sorprende introduciendo sus claves desde buen principio, e incluso secuencias que poseerán un peso verdaderamente importante, desafiando así la estructura narrativa de un conjunto en el que lo importante no es su punto final, sino más bien el como.
Amante del montaje y los misterios que sostienen al espectador en vilo (ya sorprendían a modo de homenaje dos secuencias en sus primeros trabajos que parecían fundir al danés con el mismísimo genio del suspense), Bornedal se muestra disconformista con un armazón clásico que contrapone otorgando en su construcción un premeditado desorden narrativo de buenas a primeras, que se resolverá tras diez minutos de caos premeditado donde los recursos formales destacan en los cimientos de una obra que sabe llevar de la mano al espectador dentro de ese desorden autoinducido.
Tomando como pretexto la base argumental de Mientras dormías, enésima comedia romántica de la inefable Sandra Bullock, el danés moldea la trama a su antojo construyendo un thriller adictivo en el que no sobran elementos de géneros ya olvidados como el «noir» (del que el protagonista nos avanza en su primera secuencia ese «Siempre tiene que haber una mujer» en forma de diálogo y Bornedal construye avezadas referencias) e ingredientes que buscan, además de alejarse del regazo más convencional del thriller, rizar sus claves con una mala uva que en tantas ocasiones se pide a gritos y pocos cineastas se lo han concedido como el autor de El vigilante nocturno aquí.
Tras un desarrollo en el que la premisa de Just Another Love Story se desarrolla con pericia, audacia y un humor retorcido de lo más adecuado (el amigo del protagonista pidiéndole que le ceda a su mujer), Bornedal se desmelena y concede un tercer acto verdaderamente portentoso, que llega a sus mejores cotas habilitando un juego psicológico entre sus personajes en el marco tan sencillo como el de una apacible cena entre amigos, y que demuestra que el cineasta no sólo tiene ganas de coquetear con las sensaciones del espectador, también las tiene de hacerlo con sus personajes: para deconstruirlos, descolocarlos y arrojarlos a una situación que nunca se le va de las manos por extremas que puedan parecer sus consecuencias, y terminan estimulando unos minutos finales donde el espectador se coloca exactamente en la misma posición que los protagonistas del film: la confusión.
Su último plano, que en realidad es el primero —en otro de esos jugueteos tan propios del cine del danés—, se comprende la síntesis de una obra portentosa que, pensándolo bien, no podía terminar de otro modo. No, por lo menos, si Bornedal quería ser consecuente y rematar otro de esos discursos intertextuales tan propios de un cineasta que, siempre que ha jugado en su terreno favorito, ha estado lejos del conformismo y la comodidad.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Poco tiene en común con la simplona peli de sobremesa de la Bullock. Thriller brutal, bien narrado y dirigido, digno de ver en pantalla grande (tuve la suerte de verlo en el Sevilla Festival de Cine Europeo) donde la huida de rutina se convierte en algo intenso y peligroso. Un riesgo muy real más allá de la suplantación de identidad. Un protagonista a la búsqueda de emociones.
Y yo sin buscar nada, encontré una peli genial.
Llueve, de a poco cada vez más fuerte. Un sólo farol iluminando la oscura vereda donde un hombre yace tendido sangrando, con los ojos abiertos: agoniza. Todo sucede mientras sigue garuando, y lo que garúa son lágrimas desde el cielo, ilusiones rotas, gotas de amor y de rocío. El frío hecho líquido o la realidad convertida en una sustancia cristalina que baja rápidamente, del cielo hacia el asfalto y también hacia las baldosas.
El amor está luto, y la vida sorprendida de sí misma, se mira al espejo y se asusta de ser como es.
Me sorprendo al ver la calidad de algunos filmes rodados en Dinamarca, seguro que todavía no se ha fijado ninguna universidad de esas extrañas, sino habrían hecho ya un estudio de esos chorra, descubriendo el motivo del hallazgo. Recordemos que el país fue y es cuna del cine Dogma, esa forma de hacer cine tan exclusiva y difícil. Supongo que el motivo será que Dinamarca invierte en cine bastante con lo que su cantera de directores es envidiable, Lars Von Trier, Thomas Vinterberg, Nicolas Winding Refn o el que nos ocupa esta reseña Ole Bornedal son el ejemplo. Con películas como Rompiendo la Olas de Lars von Trier dirigida allá por los años 90 o a otro de los grandes que después descubriríamos Thomas Vinterberg con Querida Wendy 2005.
Just Another Love Story no es la primera película de Bornedal su opera prima fue El Vigilante Nocturno 1994 ya para entonces el uso de la atmósfera oscura, la manera de manejar de la cámara y el estilo narrativo dejaban ver a un director diferente y e interesante. El film gusto en América y la industria Hollywoodiense vio un candidato de provecho así que le propusieron hacer el remake de su propia película a los pocos años después Nightwatch 1997 con Ewan McGregor, y Nick Nolte, la película esta llevaba ese estigma americano, así que nos vamos a ahorrar las comparaciones, solo decir que esta copia termina con el departamento de policía al completo, varias ambulancias y hasta un helicóptero….
Ole Bornedal no debió gustarle mucho el resultado, ya que se volvió a su Dinamarca como alma que lleva el diablo. Y gracias que volvió y volvió fuerte, demostró que no había perdido sus tablas, aunque hay por ahí alguna película para el olvido. Pero en 2007 lo hizo, cuajo la idea de una historia de amor distinta Just Another Love Story, puede que tomase como referencia el pastel de Mientras Dormías con Sandra Bullock, pero la calidad marca diferencia entre uno y otro.
Bornedal como solo el sabe,amontona al espectador durante los primeros 20 o 30 minutos que no sabe por dónde tirar, lo maneja como quiere, una introducción a la película sencillamente esplendida, en el que se distingue las diferentes formas de amor según Bornedal, y aun siendo una película de lo más triste, incluye algo fresco como es algo de humor. Resaltar una escena que me estremeció, un accidente contado de la forma más dramática que he podido ver hasta ahora. El danés mezcla imágenes para componer la confusión total y disfruta atosigando al espectador para después concluir por fin, con un desenlace maestro. Todo un trabajo artesanal que funciona intachablemente. Por supuesto que la película no es ni mucho menos perfecta, pero el producto tiene estilo, clase y después de verla te queda esa grata sensación de haber visto algo bueno.
La parte interpretativa es muy buena, con actores con el talento de Nikolaj Lie Kaas Reconstruction 2003 o Anders W. Berthelsen Italiano Para principiante 2000, la puesta en escena así como la fotografía revelan que las ganas de hacer las cosas bien dan su recompensa.
http://www.cine-autor.com