Julia
Sinopsis de la película
En los años 20, la futura escritora norteamericana Lillian Hellman conoce a Julia, la hija de una acaudalada familia escocesa. Entre ellas surge una profunda amistad, pero se ven obligadas a separarse en plena adolescencia. Mientras Julia se va a estudiar a Oxford y posteriormente a Viena, donde es discípula de Freud, Lily se convierte en una famosa escritora, pero añora la amistad de Julia, por lo que decide ir a visitarla a Viena. Pero corren malos tiempos para Europa, pues el nazismo está en pleno apogeo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Julia
- Año: 1977
- Duración: 118
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Opinión de la crítica
Película
7
54 valoraciones en total
En mi habitual andadura cinéfila, de vez en cuando me encuentro con alguna peliculita discreta, como Bajo sospecha , de Richard Thorpe, un típico producto de los años 40 protagonizado por unos convincentes Joan Crawford y Fred MacMurray. Ciertamente no se puede negar que el film es flojo, propagandístico, insulso y una tontería muy hija de su época. Eso sí, no he podido, mientras la veía, evitar pensar en lo muy sobrevalorada que está otra película de temática muy similar: Julia de Fred Zinnemann.
Porque por lo menos Bajo sospecha tiene la decencia de no tomarse en serio a sí misma en ningún momento, siendo su principal virtud una absoluta ausencia de pretensiones, al ofrecer solo un banal divertimento cinematográfico de espías americanos en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, es decir, una historia al más puro estilo pulp fiction para entretener a la audiencia y aprovechar, ya de paso, para hacer la necesaria propaganda anti-nazi (el film es de 1943).
En cambio, Julia es todo lo contrario, pues desprende una solemnidad, una seriedad, una trascendencia y un aroma de film intelectual (también muy hijo de su época) que quieren transmitir una férrea ideología política, cuando Julia no es más que una peliculita de una espía (ni eso, de una aburrida escritora aspirante a espía) con todos los clichés de este tipo de cine. Los principales defectos de la obra de Zinnemann son el absurdo inverosímil de la trama y la forma en que pretende captar el interés tanto con la historia principal (o varias: la relación con su amiga y el asunto de pasar dinero de contrabando en la Alemania nazi…) como con las secundarias que pueda haber (sobre su carrera de escritora, la relación con su marido también escritor, etcétera).
Todo se queda en un fútil intento, pues todas esas historias están desdibujadas o, más bien, solo esbozadas. No existe un desarrollo y una profundización, así que el espectador no entiende bien qué pasa, con lo cual la trama, el argumento, da la impresión de ser un absurdo, porque no se comprende a los personajes ni su forma de actuar ni su papel en el desarrollo de los acontecimientos. Parece una historia inverosímil, sin sentido (véase spoiler).
Se podría pensar que toda la trama de espionaje es solo una excusa argumental, algo secundario, al igual que su relación pseudolésbica con Julia (Vanessa Redgrave), pues el objetivo principal de la película es ver cómo supera la protagonista el bloqueo creativo que sufre. Pero también en esto fracasa el guión, siendo el final un disparate ilógico no concluyente. Más valdría no ir de sobrados con tantas pretensiones intelectuales y haber hecho simplemente un film discreto, bonito y sencillo.
http://www.eldespotricadorcinefilo.com
Hay películas que resisten muy bien el paso del tiempo. Julia es una de ellas, y resulta muy agradable volver a visionarla (¡¡por cuarta vez!!) y comprobar que te sigue dejando un buen sabor de boca, que se traduce en la certeza de que acabas de ver una película consistente, bien construida, con grandes actores (probar a contar cuántos oscar suman entre todos los profesionales que intervienen en la película, y no me refiero sólo a actores), un director muy de la industria de Hollywood, muy académico, pero también (como la película), muy sólido.
Película de actores, de interpretaciones, pero también bien manejada por su director, bien recreada, con muy buen gusto y muy agradable de ver. Recomendable para quien quiera ver una buena película.
Salud
Penúltimo film de Fred Zinnemann (1907-77). El guión, de Alvin Sargent (Luna de papel, Bogdanovich, 1973), adapta un relato de unas 40 páginas del segundo libro de la novela autobiográfica Pentimento (1973), de la dramaturga Lillian Hellman (1905-84), basada en experiencias autobiográficas. Se rueda en escenarios naturales y reales de Inglaterra (Isla de Wight) y Francia (Paris, Estrasburgo…) y en los platós de EMI Elstree Studios (RU) y Boulogne-Billancourt Studios (Francia). Nominado a 11 Oscar (actriz, fotografía, director, música, película…), gana 3 (actor reparto, actriz reparto y guión adaptado). Producido por Richard Roth para la Fox, se estrena el 2-X-1977 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en EEUU (Nueva Inglaterra…), Paris, Viena, Berlín, Moscú y Estrasburgo, entre 1924, cuando la protagonista Lillian tiene unos 10 años, hasta alcanzar los 50. La obra se divide en tres partes: la adolescencia de Lillian y Julia, la estancia de Julia en Viena para estudiar psicología con Freud y otros profesores y un largo viaje en tren desde Viena a Moscú. La primera parte hace las veces de prólogo y las otras dos se extienden entre 1934 y 1936. Se añade un breve epílogo, que pone final al largo flashback que contiene la historia. A una hora avanzada de un oscuro atardecer de lo que parece ser un otoño sombrío, que marca el presente narrativo del relato (1973, aproximadamente), separado de los hechos por unos 50 años (1926-73). La protagonista revisa sus recuerdos de infancia y juventud desde la distancia en el tiempo. Lo hace con ánimo reflexivo y analítico, como protagonista de la historia y desde su propio punto de vista.
La narración es pausada, se desarrolla en el marco de una visión intimista y muy personal, que se detiene en el análisis de unos pocos bloques de hechos. El estilo es minucioso, detallista, desapasionado, pulcro y elegante. No se plantea como una autocrítica, ni como una revisión encomiástica. A la búsqueda de un atractivo y seductor realismo, el autor pone en el ánimo de la protagonista, y a la vez narradora, propósitos de objetividad y verismo, que el paso del tiempo ha matizado, difuminado y subjetivizado. El largo flashback que contiene el relato incorpora otros flashbacks referidos a los años de infancia.
Aporta el interés de la confrontación de dos personajes femeninos diferentes y en parte contradictorios, lo que brinda la ocasión de presentar una visión contrastada y vitalista de las dos amigas. Una se muestra frágil, dependiente, necesitada de apoyos, reflexiva e insegura. La otra es extrovertida, independiente, autónoma, segura e idealista. La definición de los caracteres y la amistad blanca que los une condicionan y explican el desarrollo de la historia, su grata complejidad y riqueza de matices. No es irrelevante observar la diferencia de estatura de las dos y las posiciones relativas que tienden a adoptar una respecto de la otra (una se anticipa, lleva la iniciativa del dúo, etc.).
Basada en Pentimento, relato supuestamente autobiográfico de Lillian Hellman, su argumento describe una fuerte amistad que se extiende desde la niñez, entre la autora y Juila, mujer de una opulenta familia.
Aunque se ha cuestrionado la autenticidad de los hechos, la película resulta memorable. Las dos protagonistas están maravillosas, Jane Fonda como una temperamental Lillian, y Vanessa Redgrave dando vida a su amiga del alma, persona comprometida y entregada a los valores en los que cree. Jason Robards es un Dashiell Hammett taciturno, siempre en un segundo plano.
Todo el desarrollo está salpicado de recuerdos, ofreciendo la primera parte los altibajos creativos de Lillian, mientras la segunda, la más atrayente, recoge sobre todo un largo viaje, tenso y magníficamente narrado, con la Alemania nazi como telón de fondo.
Zinnemann es un grandioso cineasta clásico, cuya carrera está llena de obras maestras a lo largo de varias décadas, y aquí, como ya ocurrió en Chacal, realiza un trabajo espléndido, con un modernizado estilo, demostrando como su genialidad técnica se adaptaba a cada época.
En este caso es el amor entre amigas lo que vence fronteras de clase, ideológicas y de todo tipo.
Un amor incondicional con ecos de una sensualidad llena de vigor y sabiduría, sin sexo explícito, pero con la unión insondable de dos seres muy distintos que se viven como uno.
Está basada en una autobiografía de la escritora y autora de teatro Lillian Hellman: su parecido con Vanessa Redgrave es impresionante.
La película es muy interesante, un poco fría, al estilo de un director siempre distante, pero es muy importante ver a continuación (o volver a ver con estos datos), La Calumnia (1962), una película muy rompedora en su época, basada en una obra de teatro de la misma autora en la que trata la dificultad de sobrevivir de dos amigas que viven y palpitan como una pareja de enamorados… sin serlo, a merced de la voracidad del medio ambiente.
Aquí, Fonda-Redgrave, allá, Hepburn-MacLaine, duelo de maravillosas actrices que encarnan un conflicto que pervive a través del tiempo. Aquí, en Julia, se trata de la unión absoluta de dos amigas frente a un devenir político y social. En La Calumnia, la intimidad corrompida por los prejuicios, en cualquier caso: dos mujeres en peligro, dos mujeres que existieron, una de ellas, la autora, Lillian Hellman, toda una personalidad. Su libro de memorias de 1973 se encuentra en librerías y bibliotecas: Pentimento se llama.