Juana de Arco
Sinopsis de la película
En 1412, nace en Domrémy (Francia) la Doncella de Orleáns. La guerra de los Cien Años contra Inglaterra dura ya casi un siglo y ha devastado Francia. Juana es una muchacha profundamente religiosa. Después de tener su primera visión, vuelve a su hogar y se encuentra con que los ingleses han matado a su familia. Algunos años después, completamente convencida de que Dios le ha encomendado la misión de expulsar a los ingleses de Francia, va a ver al Delfín, el futuro Carlos VII, que le proporciona tropas para levantar el cerco de Orleáns.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Messenger: The Story of Joan of Arc (Jeanne dArc) aka
- Año: 1999
- Duración: 151
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Opinión de la crítica
5.8
87 valoraciones en total
Puede que me tachen de ignorante del cine, pero yo he visto dos veces esta película y me parecen excesivas las pestes que se echan de ella. Milla Jovovich no es una actriz digna del Oscar, pero aceptar un papel de santa soldado medieval quemada por herejía siendo una topmodel del Este me parece valiente por su parte. No es insoportable. Insoportable es Eddie Murphy, por ejemplo. La trama es angustiosa en ciertos pasajes y eso yo lo valoro. Una historia que me inspire sensaciones es automáticamente una historia digna de visionar. Me gustan los papeles de Faye Dunaway, la reina desconfiada que mueve los hilos en la corte, del debilucho y avaricioso delfín Carlos y de Vincent Cassel, que si no recuerdo mal hace de capitán guasón. Milla está atrapada entre actores y actrices que siempre han sido y serán la crema, por eso no destaca todo lo que debería hacerlo una protagonista. Pero repito que hay escenas que merecen la pena por su tensión:
Enorme película sobre Juana de Arco, una mujer que existió realmente en la Francia del siglo XV, una joven mujer iluminada, de idiosincrasia muy religiosa, visionaria y también corajuda-valiente.
Esta versión de Luc Besson sobre la vida de Juana de Arco, santa para el mecanismo burocrático y los chupatintas del Vaticano a partir del siglo XX, es sin duda una magnífica obra y manera de exponernos la biografía de quien fue una mujer excepcional, una asombrosa heroina que marcó un hito en la historia de Francia.
Luc Besson usa espléndidamente la belleza de la actriz Milla Jovovich (si después de este filme aún hay tipos que prefieren considerar a Milla Jovovich más como modelo que como actriz, con el fin de descalificarla, entonces ¿cómo podremos llamar actrices a Margarita Xirgu, a Eva Gäelle Green, a Jane Fonda o Sofía Loren, entre muchas otras cuyas caras bonitas no quita para nada su excelente hacer a la hora de interpretar papeles de cine o teatro?).
Luc Besson, desde mi punto de vista ha logrado la versión más apasionante, plástica, por supuesto colorida, estética, atractiva, aleccionadora, bien explicada y próxima a lo sucedido históricamente, de cuantas se han hecho sobre la tal Juana hasta el día de hoy.
Sobresaliente esa media hora final donde, los diálogos entre su consciencia o la parte más consciente de su mente visionaria (personificada por Dustin Hoffman) y ella la Juana de carne y hueso, la famosa Juana al borde de la hoguera, hacen que se confronte duramente consigo misma, hasta sudar, rebrincar y reconocer que sus supuestos religiosos o misión divina pudo deberse mucho más a lo que había sufrido, sentía y ansiaba que a un mensaje, mandato o envío de Dios.
Una película de indiscutible calidad. Muy buena y recomendable sobre todo para la gente que piense algo más que superficialmente.
Fej Delvahe
En contraposición con la mayoría de las críticas demoledoras que leí, creo que es una buena película. Opiniones devastadoras que no tienen en cuenta buenas actuaciones -la protagonista resulta convincente- y Dustin Hoffmann, entre otros. La reconstrucción de época es lograda, el vestuario también exhibe calidad. Las escenas bélicas son cuidadas y entretenidas. El dramatismo no llega a la exageración. Quizá pueda objetarse (más allá de su calidad interpetativa) el papel de Dustin Hoffmann, porque -según los créditos es la conciencia -no resulta muy claro su rol en el film, apareciendo como una figura algo mefistofélica que pone en entredicho las decisiones y opiniones de la protagonista, que en definitiva, no queda muy en claro si es una mística, una santa o quién sabe.
De las versiones que han aparecido en la gran pantalla, Besson es el único que examina la figura de Juana desde su infancia. Pero en lugar de ejercer esta pequeña ventaja que le da lo inexplorado, acaba por ser un episodio de la vida terriblemente maniqueo, donde el director, intenta dar sentido a las batallas posteriores por el odio y la venganza. Atrás queda el posible intento de querer entender a una niña perseguida por unas revelaciones que no llega a comprender. Besson se queda en la superficie, más que indagar el efecto que producen dichas apariciones en Juana, busca siempre de manera lacerante el asombro del espectador con el uso gratuito de efectos de luz, animación y movimientos desordenados de cámara.
Dice la leyenda, que Juana, para convencer al Delfín de que ella debía liderar los ejércitos franceses, le contó en la intimidad al futuro monarca una cosa que sólo él sabía. Pero como iremos corroborando conforme transcurre la cinta, a Besson la realidad histórica le traía sin cuidado y en esta versión Juana sólo le habla de sus revelaciones. Que en un trabajo de esta índole falte a la verdad, sinceramente me trae sin cuidado pero que Besson se dedique a rodar escenas y kilómetros de cinta sin que consiga fuerza alguna en algunos de los pasajes de la vida de Juana eso sí que es pecaminoso. El primer encuentro con el Delfín, siempre ha sido rodado con una gran pericia (Fleming, Preminger o Rivette), respetando un tempo, a unos personajes y a una dirección artística que ofrecían cierta garantía de calidad. Pero aquí Besson consigue una escena de planos sin sentido, con meras caras figurativas y burlescas, y llena de múltiples clichés.
Pero si hay algo que carece de toda lógica es el personaje interpretado por Dustin Hoffman. Esta supuesta conciencia de Juana (o demonio racional, váyanse ustedes a saber), que va ganando importancia (o mejor dicho minutos) conforme transcurre la historia es como esos deus ex machina que necesita el guionista para explicar las contradicciones de uno de los personajes más estudiados y menos comprendidos de la historia. Otros directores, han sabido captar la díscola personalidad de esta beata guerrera sin necesidad de crearse personajes fantasma ni el uso de voces en off. Tampoco ayuda la actuación a veces cercana, y otras tantas, histérica de Milla Jovovich, un vaivén que intenta representar la confusión mental de la Santa pero que arroja como resultado un nulo equilibrio entre una escena y otra, puesto que el director mantiene la exaltación ¡los ciento cincuenta y un minutos de metraje! sin importarle lo más mínimo el momento en que se encuentre la heroína.
(Abróchense los cinturones porque esto continúa).
Es poco lo que se sabe en realidad de aquella joven natural de la región francesa de Orleáns, santificada y reverenciada.
Nunca sabremos si aquella chica visionaria era una especie de mística o si no estaba muy bien de la cabeza, si sus visiones o alucinaciones eran producto de alguna enfermedad mental, de algún fanatismo extremo o de algún inexplicable contacto con lo divino. Y ese es uno de los puntos positivos que tiene esta película: no despeja esa duda. No pretende atribuirse un conocimiento definitivo sobre el personaje, que nadie posee. No se despeja la incógnita de si ella realmente era una enviada divina o si sencillamente todo era producto de su mente exaltada. Al final podría resultar que todo el lío que armó no fue más que una consecuencia de un carácter fogoso y carismático que buscaba sed de venganza, alimentada por su odio hacia los ingleses.
Fuera como fuese, lo cierto es que aquella jovencita analfabeta y oriunda de una pobre aldea fue capaz de movilizar ejércitos, remover el orgullo de un príncipe sin trono y agitar la conciencia de un pueblo que llevaba muchas décadas sufriendo el asedio británico. Que ella estuviera loca o cuerda no fue obstáculo para que abriera una brecha en los acontecimientos de su tiempo y cambiara el curso de la Historia.
Sea o no dudosa la extraña historia de Juana de Arco, que sea justo o no su título de santa, la verdad es que su halo consigue sobrepasar a toda la polémica que despierta.
La película refleja bastante bien ese halo. Quizás el único don que ella poseía era su poder de persuasión, su carisma exaltado que conmovía los espíritus deseosos de seguir alguna causa. Eso se nos muestra con convicción, a través de la elocuente y expresiva fotografía y de los diálogos. Vemos a una chica que ha aprendido a odiar a fuerza de padecer invasiones y sufrir la pérdida de seres amados, y que encuentra consuelo en su fe. Una fe que la arrastra inexorablemente hacia el liderazgo. Ella no es más que una muchacha con el alma de un guerrero que busca saciarse en el campo de batalla. Pero las dudas la asaltan continuamente. ¿Ha elegido el camino correcto? ¿Está cumpliendo los que ella cree que son los designios de Dios? Eso nunca se aclara.
En fin, sea o no verdad todo lo que se cuenta de ella, este drama histórico lo cuenta con atractivo, cierto magnetismo, con la ambigüedad justa, dureza y adrenalina. Tal vez tenga todo ese efectismo que tanto se le critica, pero entonces la historia perdería fuerza y no sería Juana de Arco de Luc Besson, sino una Juana de Arco quizás más en plan santita y niña que no ha roto un plato, descafeinada y simplona. Y se agradece que no sea así.
Decididamente, tiene su punto interesante y no desmerece verla.