Jobs
Sinopsis de la película
Biografía de Steve Jobs (1955-2011), el emprendedor más importante de los Estados Unidos y cofundador de Apple, que se centra sobre todo en sus primeros años como creador y empresario. Sólo se necesita una persona para empezar una revolución. La película cuenta la épica y turbulenta historia de Jobs mientras abría un camino que cambió el mundo tecnológico para siempre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jobs aka
- Año: 2013
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
5.2
85 valoraciones en total
Varias cosas me molestaron de esta película. En primer lugar, da la sensación de que más que sobre Steve Jobs, trata sobre su empresa (digo, no niego la obvia relación, pero sobre las idas y vueltas en la creación de la PC ya tenemos Piratas de Silicon Valley, la película podría mostrar otras facetas).
En relación a esta sensación de que me estaban queriendo vender un ipod, ya me resultaba muy molesto que aparecieran a cada momento secuencias de montaje tipo trailer con la música guiando las emociones constantemente, como si la escena por sí sola no generara nada (no estoy en contra del uso de música de fondo, no soy extremista, pero en ciertas películas siento que me están estafando con el abuso de colchones de cuerdas o pianitos emotivos).
Y… en fin, sobre el guión, quisieron meter muchas cosas y finalmente no profundizaron en nada interesante (salvo, como dije, en la maravilla de los productos apple, oh, ya, me llegó al corazón, tráiganme una mac! )
Lo único que destaco en líneas generales es la fotografía.
Despues de haber leido varios libros sobre la figura de Steve Jobs (Steve Jobs, de Walter Isaacson, El camino de Steve Jobs, de Jay Elliot o The Little Kingdom de Michael Moritz) uno se queda a medias viendo este film.
Es cierto que resumir la vida de un personaje tan prolífico en dos horas es difícil. Pero hay lagunas muy llamativas en este biopic. Cinematograficamente hablando, es entretenida, pero la encuentro incoherente, ya que su inicio no tiene nada que ver con su final: No se cierra el círculo. Ademas la estructura lanzamiento de producto-fracaso es demasiado repetitiva. Por último, se obvia por completo el tema Pixar-Disney, asi como sus problemas de salud.
Estoy seguro de que a los applemaníacos les encantará, pero uno tiene la sensación de que el film es demasiado pro-Steve.
¿Ashton Kutcher? Bastante creible dando vida a Jobs.
A la hora de realizar una crítica objetiva sobre esta película cabría la posibilidad de realizar un paralelismo con La Red Social por su similar temática y punto de partida. La diferencia fundamental entre ambas es que mientras que en aquella el guión era buenísimo y trataba cada tema con la misma importancia llevándonos de un sitio a otro y presentando a los personajes claramente (por algo ganó el oscar), ésta carece totalmente de eso.
Porque se supone que esto es un biopic sobre la figura de Steve Jobs, pero realmente es una especie de retrato acerca de un genio informático y los vaivenes de la compañía que él fundó. El problema es que carece de cualquier tipo de interés, de cualquier tipo de emoción o de motivación que el espectador pueda asumir como suya propia para sentirse interesado. No. Aquí lo que hay son constantes saltos en la narración para mostrarnos los diferentes proyectos (sobre todo en lo referente a ordenadores) en los que se vio involucrado Jobs. Pero tan esquemáticamente contados que nunca, en ningún momento, vemos la elaboración del producto o la presentación final (si quitamos la escena del principio con el ipod o la primera computadora de apple).
Así que básicamente el guión y el director se dedican a mostrarnos la interrelación entre Jobs y sus diferentes equipos y su anárquica forma de trabajar, casi despótica, que realmente me sorprendió dado que no conocía ese lado sociópata y casi psicótico del genio emprendedor.
Ver esas salidas de tono, esa capacidad destructiva llevada por la obsesión de conseguir una perfección imposible es realmente llamativo, y sus consecuencias, tristes (véase por ejemplo la relación con su novia y su reacción ante su embarazo).
No hay más. Ashton Kutcher lo intenta, incluso adopta las posturas y los andares de Jobs, sus gestos con la manos, sus miradas e incluso los peinados, pero no dejas de ver a Ashton Kutcher. Y a su alrededor solo ves un mundo que él vería cambiante, pero que realmente solo cambiaba por el constante cambio de colaboradores que se producía con cada proyecto.
La labor de fotografía y de banda sonora son notables, y es innegable que está muy bien rodada y sus planos son muy correctos, pero si el guión es tan inconstante y básico, la película no puede salir demasiado bien.
Dicen que los genios son unos incomprendidos, y es innegable que Jobs fue un genio, pero esta película está muy lejos de ser una genialidad y se queda en un intento bastante pobre por retratar el espíritu emprendedor, revolucionario y arriesgado del fundador de Apple. Un cuatro y poco más. Espero que no me machaquen a muchos negativos y muchas gracias si me lee alguien y me valora positivamente.
Y ahí está, la película dedicada al gran gurú de nuestra época, al héroe que, muy desinteresadamente, cambió la vida -a mejor, se entiende- del mundo entero. Perdón, papeles equivocados… resulta que el retrato robot ahora facilitado no se corresponde con nadie actualmente vivo, de modo que al final nos tendremos que conformar con la persona que inventó (mejor dicho, que supo vender) un dispositivo para escuchar música y un teléfono móvil. No está nada mal para un genio… del marketing. Punto. El hecho de que el mundo pareciera que fuera a colapsarse con la muerte de Steve Jobs fue, en efecto, un apocalíptico indicativo de la falta de luces en una sociedad que no tuvo a nadie mejor que ensalzar que a un tirano en forma de moderno hombre negocios que hacía sus presentaciones en pantalones vaqueros. Vaya. El caso es que el planeta lloró, y mucho, la muerte de uno de sus más queridos líderes… del mismo modo, el público de Sundance (donde se presentó en sociedad la película que ahora nos concierne) esperaba como agua de mayo, y con el pañuelo de la nostalgia en la mano, la presentación de la película dedicada a su vida y obra.
La verdad es que no puede colocarse a jOBS en la carpeta de grandes decepciones de aquella maravillosa edición del festival de Robert Redford, porque a poco que se mantuviera la cabeza mínimamente fría respecto al susodicho personaje (es decir, si el receptor sabía distinguir al simple hombre del dios que nos obligaron a comprar), era de esperar que del material de base difícilmente pudiera salir algo salvable… mucho menos si este algo decide tomarse tan delirantemente en serio a sí mismo. Pero ni con estas, se sigue prefiriendo la versión de el hombre que cambió el mundo, y claro, no hay más que ver lo agradecido que estuvo el mundo. Al final de la presentación oficial de jOBS, en el Eccles Theatre (la joya de la corona del festival), se escuchó una sonora ovación. Los hubo incluso que se levantaron, para que de algún modo, sus aplausos se oyeran más que los de la persona de al lado.
La aclamación no fue para la película, sino para la confirmación del nacimiento de una nueva religión (si hay una dedicada a, por ejemplo, Diego Armando Maradona, ¿por qué diablos el sanutrrón Jobs no podría tener la suya?). Al fin y al cabo, el fanatismo es lo único que explica tanto la reacción del público ante tal bazofia, como el enfoque que usa el endeble director Joshua Michael Stern (a sus correctos pero híper-manipuladores, por sensibleros, filmes anteriores nos remitimos) para hablarnos del que sin duda alguna es su ídolo. Esto sí, por mucha devoción que se mostrara durante la proyección, la primera y muy indicativa de la charla a posteriori con el máximo responsable de la cinta fue ¿Dónde está Ashton? (AKA Me importa un comino todo… ¿dónde está el tío bueno?). Lo dicho, muy revelador.
A lo largo de dos horas de metraje -que parecen cuatro, o más-, jOBS va sacándole la piel a la sagrada manzana, más concretamente, a su profético creador, deteniéndose brevemente en las sombras para alargarse descaradamente en unas virtudes que a sus ojos se dirían homéricas, pero que en realidad son poco más que las conquistas de un visionario -admitámoslo- de las vendas (Que el mercado no te diga lo que quiere… dile 44 tú al mercado lo que quiere. Éste y no otro es el auténtico legado). Mientras se echa en falta más rigor en la historia empresarial del gigante empresarial (en este sentido, la película se ve superada hasta por la olvidable pero correcta Piratas de Silicon Valley) Ashton Kutcher se adueña del espectáculo, confundiendo la caracterización con la imitación (en los peores tramos, con la caricaturización) y paseándose con paso torpón -lo mismo que Stern- por este intolerablemente divinizado biopic, insufrible y autocomplaciente prueba de que la falta de grandes hombres / mujeres de nuestros tiempos ha llevado a los escritores / diseñadores de libros de autoayuda a apoderarse de nuestras vidas. Muy triste… muy gris.
La película cuenta la historia de Steve Jobs desde que merodeaba por diferentes clases en la universidad hasta cuando ya ha alcanzado el éxito con su compañía Apple a finales de los 90. Al acabar de ver la película te das cuenta de que está mal estructurada, sobre todo porque el guión trata de condensar demasiados eventos en poco tiempo y aun así pocas cosas interesantes ocurren en las dos horas que dura la cinta. Ese avance acelerado en algunas ocasiones hace que la película no se centre en nada en concreto y vaya dando saltos sin darle la menor importancia a lo que va contando, avanzando a marchas forzadas y perdiendo el interés del espectador.
La banda sonora, cuyo papel debería ser el de reforzar las imágenes, acaba estorbando en algunas ocasiones al querer magnificar cada acción en la película e intentar salvar la falta de química entre los actores. En cuanto a la dirección no hay nada que destacar, ni un plano que pueda llamar la atención.
Ashton Kutcher interpreta a Steve Jobs de forma convincente, es una de las sorpresas de la película ya que era una seria duda si sería capaz de interpretar correctamente a un personaje tan conocido. Kutcher guarda un cierto parecido con Jobs y consigue imitar su gesto facial y su forma de andar entre otras características de la expresión corporal del fundador de Apple. Pero la actuación convincente no es suficiente ya que es el personaje que tiene absolutamente todo el peso de la historia, y a medida que avanza la película parece que anda corto de carisma. Además que sea presentado como un capullo y un presuntuoso le quita bastante humanidad al personaje, lo que impide que el público empatice con ese protagonista. Precisamente un gran fallo es que todo el guión se centre en la figura de Jobs, dejando huérfana a la película de personajes secundarios que puedan enriquecer la historia. Así que faltan un Joey como el de ‘Toro salvaje’ o un Sean Parker como el de ‘La red social’, personajes que puedan reforzar el papel del protagonista con una personalidad y carácter que llamen la atención.
Aun así la película tiene el atractivo de contar, de forma más o menos acertada, la historia de uno de los hombres que se supone que más ha innovado en las últimas décadas en cuanto a tecnología se refiere. Por lo tanto ese es uno de los factores (por no decir el único) por los que puede interesar al público. Al final de la película conoces algo más sobre la vida de Steve Jobs, y esa es la principal baza de la cinta. Pero es cierto que una persona tan influyente debería haber tenido un biopic más interesante y que contara la historia de su vida de una forma en la que atrapara al público. Por lo que habría sido mejor no precipitarse a hacer esta película y esperar para obtener un mejor resultado con un guión más elaborado.