Iron Man: La rebelión del technivoro
Sinopsis de la película
Dirigido por Hiroshi Hamasaki y con una historia de Brandon Auman, esta película explora la confrontación entre Iron Man y el villano Ezekiel Stane, quien desarrolla nueva biotecnología que, al parecer, sobrepasa la de la armadura de Iron Man. Así, Stane lanzará un ataque terrorista y hará parecer culpable a Iron Man, tras lo cual, el propio Stark tendrá que evadir a los cazadores de S.H.I.E.L.D. y encontrar la manera de limpiar su nombre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Iron Man: Rise of the Technovore (Ironman Anime Movie)
- Año: 2013
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
4.6
26 valoraciones en total
De no tener apenas presencia fuera de los cómics (con la excepción de dos series de televisión en 1966 y 1994) a ser casi un fijo en la producción audiovisual de los últimos años. La primera piedra la puso la flojísima The Invincible Iron Man (2007), pero cuando verdaderamente explotó la burbuja fue con Ironman (Jon Favreau, 2008), una exitosa película protagonizada por Robert Downey Jr. que además motivó el inicio de la fase uno de Marvel que se cerró el pasado año con Los Vengadores (Joss Whedon, 2012). Antes de esa meta hubo varias paradas, en formato cine (Ironman 2 -2010-) y TV (Iron Man: Armored Adventures -Canadá, 2009-, Ironman -Japón, 2010-). Es esta última la más interesante de todas pues puede considerarse el origen de la película que tenemos ahora entre manos, una de las dos realizadas en el país nipón este año, estando prevista Iron Man & Hulk: Heroes United para un estreno directo a DVD/BluRay en diciembre.
Iron Man: Rise of the Technovore (o Iron Man: La rebelión del technivoro en su traducción española) es una película de animación japonesa que tiene todos los tics de la producción media nipona abrazando de forma abierta una estructura retro y una estética seria y adulta, algo que ya es seña de identidad de su productora Madhouse (responsable también de la serie anime de 2010). Hiroshi Hamasaki (Texhnolyze, Steins,Gate) se encarga de la dirección mientras que el guión corre a cargo de Kengo Kaji, que adapta en largo una historia del escritor marvelita Brandon Auman. Lamentablemente la suma de todos estos talentos no ha dado de sí un film especialmente inspirado, recordando a esas películas de segunda que se lanzaron en España a rebufo del éxito de Akira o Ghost in the Shell allá por los años 90.
Concretamente es muy fácil tender hilos hacia la superior Spriggan (Hirotsugu Kawasaki, 1998), siendo en ambos casos trabajos más densos de lo esperado, con un argumento que se desarrolla de forma lentísima y sin saber muy bien hacia dónde se encamina. Si en el film de Kawasaki la traca final venía carga de reflexiones filosóficas lanzadas al aire sin ton ni son, y referencias bíblicas gratuitas, en La rebelión del technivoro se plantea un discurso similar a cargo del villano principal de la historia, un ser casi indestructible con armadura mutante que le pondrá las cosas muy difíciles al bueno de Tony Stark. La historia avanza (es un decir) casi como si la película durase cinco horas, pero no, no llega a 90 minutos. El problema es el ritmo, tremendamente moroso, y las ambiciones de reinventar la rueda a través de un libreto que se inicia con una voz en off muy pedante y rara vez cambia de tono, cargando las tintas y haciendo que el visionado sea bastante coñazo. Técnicamente eso sí es muy notable, sobre todo considerando que sale directa al mercado doméstico. No puede decirse -en un sentido extricto- que es una mala película… pero su torpísimo guión (con no pocos agujeros y grandes ínfulas que no llegan demasiado lejos) evita que pueda volar más alto.
Esta podría haber sido una película de Iron-Man genuinamente épica, tan grandiosa que eclipsara a las de acción real. Pero por desgracia no ha funcionado como debería.
Su punto fuerte son las escenas de acción. La animación japonesa siempre ha llevado mucha ventaja a la occidental en ese campo, y es gracias a ello que, cuando hay hostias y explosiones, esta película es la mar de disfrutable. Por desgracia, una vez que sales de ahí, el resto empieza a decaer. Todas las demás escenas son básicamente sucesiones sin ritmo ni sentido de planos de gente quieta. Los diálogos se hacen lentos y están lastrados por un exceso de pausas innecesarias (hay una escena en la que, cuando consiguen burlar a la Viuda Negra, te quedas con ganas de decirle Pues haber dicho esa frase de un tirón y no les habría dado tiempo, gilipollas ). Tony Stark carece casi por completo de carisma, Nick Fury se limita a estar encabronado toda la película y Ojo de Halcón es poco más que un niñato prepotente. Hay algún que otro insulto a la inteligencia que, pensando lo mejor de todo el mundo, sólo puedo querer justificar como un fallo de traducción (aunque no me lo creo ni yo… éste lo comentaré en spoiler). El final es un deus ex-machina forzado y vacío que sin embargo pretende ser terriblemente emotivo. El villano, si bien parte de una base interesante (y tiene un diseño que podría funcionar a las mil maravillas en cualquier película de Guillermo del Toro), acaba convirtiéndose en una carga infumable. Y cuando se termina la película, te encuentras con que, si hubieran eliminado tooooodos esos planos de personaje quieto mirando a algo, pasamos a plano del algo, pasamos a plano del pasillo, plano del cielo, plano de algo, plano de una hormiga, plano del ojo del personaje, plano de algo desde otro ángulo , a lo mejor habrían tenido tiempo para contar todas esas pequeñas cosas que, al final, resulta que no te han contado (y que también desarrollaré en spoiler).
En resumen, la idea no estaba mal y la técnica de animación no es mala en absoluto, pero la ejecución es bastante penosa y convierte lo que podía haber sido una película en una proyección de diapositivas con toñas.
Intento baldío de hacer algo grande, que se queda en eso, un intento, carente de carisma y atractivo.
Hamasaki tenía todos los elementos de crear una buena película, y sobre todo el más importante, el dinero, y eso se refleja en cada una de las escenas de la película, la calidad de la misma, imágenes tremendas y de gran calidad, pero eso no basta para hacer una buena película, hay otros elementos que deben estar a la altura, y ahí hace aguas.
Principalmente, uno de los fallos más gordos, es el guión, su desarrollo, estéril y menos emocionante que ver una hilera de hormigas portando el trigo, aunque tiene un buen comienzo, a partir del segundo tercio de la película empieza a renquear, para acabar en un coma profundo con un final más apestoso que un mal día de gases. Muchos de los aspectos de la película se resuelven sin interés alguno, como el que va al súper y coge de la estantería lo que quiere, y es qué sin la intriga mínima una película de acción rara vez funciona.
Otro fallo, son los personajes, Stark parece bebe furioso, sin razón, sin sentido, sin gracia, sin prepotencia y por supuesto sin esa inteligencia que lo caracteriza, hasta que le dan la teta. Pepper, es más sensual, perdiendo ese rol de secretaría inocente/cabrona que nos tenía acostumbrados. Y así el resto, están muy descafeinados o alejados de los que conocemos.
En fin otro intento, y otro fracaso más dentro de animación para Iron Man, pero la pena es qué esta vez el gasto ha sido mayor, y eso decepciona aún más.