Iracema: Uma Transa Amazônica
Sinopsis de la película
La historia en estilo semidocumental sigue el camino de un camionero y una prostituta de 15 años de edad, viajando juntos por la carretera Transamazónica, recientemente construida por el régimen militar. Su construcción promete llevar el progreso a los campesinos sin tierra que viven en la región. El conductor, Tiao, siempre habla de su confianza en el progreso de Brasil y los beneficios de la carretera, mientras se queja de la ignorancia de la gente pobre que ilegalmente toma posesión de tierras. En contraposición, se ven por las ventanillas del camión los paisajes de deforestación, incendios y devastación, que impactan directamente en la poblaciones de la selva amazónica. Mientras tanto, la joven Iracema sigue lo que cree es su destino: vagar sin rumbo, subiéndose a los camiones. Más adelante son testigos de la precariedad laboral al observar la negociación que implica a un corredor de apuestas y a un agricultor, quien reprocha los altos precios argumentando que la mayoría de los hombres que contrata pronto mueren a causa de la malaria. Cuando Tiao deja a Iracema en el camino, ella se prostituirá para sobrevivir. La película fue prohibida en Brasil y fue lanzada oficialmente en 1981.
Detalles de la película
- Titulo Original: Iracema: Uma Transa Amazônica
- Año: 1975
- Duración: 91
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A mediados de los Setenta, Brasil se lanzó a devastar la Amazonia orquestando la operación (exclusivamente económica) como o futuro da nazión. Afortunadamente, un par de modestos documentalistas decidieron dejar constancia de los hechos en Iracema. La película va en la onda docu-realidad, al estilo del -por entonces- conocidísimo Vivir Cada Día, un programa semanal de TVE que daba a conocer las vidas de taxistas, camioneros, labradores… Al ser docu-realidad asienta mejor el objetivo (plasmar lo que pasa, la devastación de la Amazonia) que ficcionando, aunque lógicamente se pierde espectacularidad.
Destaca la chica, Edna de Cássia, jovencísima, de la calle. Es una de esas estrellas fugaces que aparecen una vez -esta vez- y luego desaparecen para siempre -vivas o muertas- en la inmensidad de la fría noche.