Innocence
Sinopsis de la película
Con el paso del tiempo la inocencia del primer amor se puede perder, pero para algunos es imposible de olvidar. Andreas Borg, un organista y profesor de música jubilado, descubre que su primer verdadero amor, Claire, vive en la misma ciudad que él. Cincuenta años después de compartir una apasionada historia de amor en la Bélgica de la posguerra, Andreas decide escribirle una carta. Vacilante, Claire acepta su petición de volverse a encontrar, y pronto se hará evidente que el amor que existió entre ambos no se ha marchitado. Parece que nada haya cambiado cuando inevitablemente lo ha hecho. Sabiendo que el tiempo es precioso, ambos se embarcan en una aventura tan descabellada, intensa y tempestuosa como la que tuvieron en su juventud.
Detalles de la película
- Titulo Original: Innocence
- Año: 2000
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
5.9
34 valoraciones en total
Las mujeres tienden a madurar, los hombres se limitan a envejecer, la protagonista tiene tantas décadas encima como para conocer este peligro de sobra. Sin embargo, la ilusión de recuperar a su primer amor hace que todo vuelva a inocentarse olvidando ese dimorfismo emocional, que si algo minúsculamente bueno tienen los estragos del tiempo en la memoria es desconocer lo que conocíamos de sobra, en el momento que nos convenga.
El reencuentro los hace renacer, apareciendo también nuevos dilemas bajo viejas formas.
Precioso inconformismo femenino que no se acomoda al plantearse que los movimientos de ficha de sus dos hombres (marido y primer amor) son sólo respuestas a sus acciones, dadas por su inocente soledad.
El amor y el sexo en los adultos mayores es por sí mismo un tema interesante y revelador como disparador de sentido en esta película que, no obstante, desemboca en una serie de desatinos e inverosimilitudes.
Una historia bastante bella, pero que es llevada con un ritmo muy lento, lo que la hace algo tediosa, aunque bastante romántica, con muchas aciertos.
Lo mejor de la película, son las múltiples frases que ocupan durante el film, bastante emotivas.
Actuaciones regulares, por momentos los personajes cambian, algo que puede entenderse por el ritmo de la película, el final bastante insípido, con las palabras finales demasiado simples, sin duda la primera parte de la película es lo mejor.
– ¡Abuelito, abuelito, vuelve a contarme cómo era tu primera novia…
– No querido, no. Te contaré algo mejor, te contaré cómo es la novia que me acabo de echar… (ahora que lo pienso, ¡es la misma!)
A menudo nos decimos que si ahora volviéramos a vivir nuestro primer amor, ¡cuántas locuras experimentaríamos, cómo nos volveríamos a dejar llevar por la ilusión! Pero este delicioso rito de iniciación también va de la mano de grandes ambiciones, de una mirada perdida confiando en un futuro aún por construir. La osada juventud nos hace creer que el mañana siempre nos traerá experiencias mucho más apasionantes a las que tan casualmente nos acaban de abordar, aunque impliquen romper nuestro primer pedazo de corazón conquistado.
La jubilación se asocia a revivir viejos álbumes fotográficos, a mirarse en los ojos de los más niños buscando ternura, recuperando la ingenuidad del disfrute minuto a minuto, una vez desprendidos del yugo de las expectativas sociales y propias. Los años nos reflotan los recuerdos como silenciosos testigos, inexpugnables referentes que nos convierten en los jueces más severos para con la vanidad de nuestras virtudes, pero los observadores más comprensivos respecto a la humanidad de nuestros vicios.
´Innocence´ tiene el acierto de conjugar el que suele ser el amor más puro, el primero, con el que parece más auténtico por destilarse tras los trajines de desengaños y varapalos propios de una larga vida, el de anciano.
Desde los primeros minutos del largo se aprecia un intento por bucear en nuestras universales inquietudes, como si la vejez trajera consigo un profundo pensamiento filosófico. Se agradecen (mucho) las bofetadas al interiorismo humano, se soportan ciertas licencias pretenciosas pero disgusta cierta coartada moralista de la trama. En esencia es ésta una historia, dicho vulgarmente, de cuernos. Pero las arrugas, la vulnerabilidad senil, los tiernos ´flashback´ de sus escarceos de juventud parecen perseguir bloquear toda posible reflexión sobre el marido ofendido. ¿No presume de cinta reflexiva? ¿A qué la puñalada ´si hubiéramos estado más unidos físicamente, esto no hubiera pasado´? ¿Qué infidelidad busca sensaciones que ya se encuentran en el seno de la pareja? Me sobra la estampita del aséptico marido que tiene a la mujer de florero. De no ser así ¿hubiera renunciado acaso el escritor a reconquistarla? ¿hubiera ella acallado la ilusión del galanteo y el bombardeo de intensos recuerdos que recrea la película? Quizás, pero el cuadro sería más honesto.
Pese a estas forzadas justificaciones, resulta agradable comprobar que no hay mejor antiarrugas que los sentimientos, ni caducidad alguna que impida reanudar un desbocado amor de juventud donde mismo se quedó, sin que las pastillas que recomienda el geriatra supongan mayor obstáculo que aquéllas antiacné. Un buen antídoto contra tanta basura que exalta hasta el ridículo la eterna juventud…
Esta película ilustra la frase el amor verdadero nunca muere mejor que cualquier otra que haya visto. Aunque los amantes hayan estado separados toda una vida. Aunque haya habido otro amores. Aunque los cuerpos en otro tiempo frescos y jóvenes sean ahora decadentes y enfermos, si había autentico amor entre ellos éste seguirá ahí.
Se trata de una cinta que rezuma sensibilidad, inteligente y adulta, que muestra en pantalla una faceta de la sexualidad que pocas veces tenemos oportunidad de ver: la ternura.
Citando al crítico Roger Ebert: Esta es una película que cree que el amor lleva al sexo, hecha en una epoca en que las películas creen que el sexo lleva al amor (…).Esta película es tan sabia acerca del amor que nos hace preguntarnos de qué se creen que van otras historia de amor.