Ingrid
Sinopsis de la película
Un hombre, recién instalado en su nuevo piso, conoce a Ingrid, una joven artista tan bella como misteriosa. La fascinación por Ingrid y su compleja vida irá en crescendo, y el vecino descubrirá alguno de sus peligrosos secretos, ligados con el oscuro mundo de la magia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ingrid
- Año: 2009
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
3.9
32 valoraciones en total
Hasta hace poco se diría de Eduard Cortés que era un director que iba a contracorriente con respecto a las pautas más marcadas en el cine patrio. La razón es que era uno de los pocos cineastas cuya trayectoria profesional deja latente que nunca ha mostrado ningún reparo a la hora de encarar proyectos que podrían enmarcarse dentro del conocido como cine de género. Esto es, aquellas películas que más que obedecer a las tendencias sociales de una determinada nación que a la larga acaban repercutiendo de una forma u otra en su respectiva cinematografía, rinden fidelidad a una historia -y a su modo de narrarla-, cuya elección dicta ya buena parte del camino a recorrer. Son pues filmes cuya trama podría desarrollarse en cualquier sitio y que por ello se hacen comprensibles/digeribles más allá de las fronteras del lugar en el que han sido concebidas.
Esta práctica que no demasiado tiempo atrás constituía una auténtica rareza en nuestro país ha conocido en los últimos años un más que evidente -y bienvenido- proceso de consolidación. Por ejemplo, el que ‘Celda 211’ de Daniel Monzón arrasara de forma tan clara en los últimos premios de la Academia constituye una prueba testifical de valor irrefutable. Es por ello que el nuevo trabajo de Eduard Cortés, que es un claro exponente de este movimiento, suscitaba especial interés ahora que su modo de ver el séptimo arte es algo ya más estandarizado. Pero no es necesario que la tal ‘Ingrid’ muestre demasiadas cartas para darnos cuenta que el director ha dado un paso más -¿hacia delante o hacia atrás?- yendo ahora al cine de autor.
Hablando en plata, esto ha sido siempre y sigue siendo algo comparable a un salto al vacío sin red, o a irse de rallyes con Carlos Sainz en un coche que no disponga de piezas de recambio… lo que viene a ser jugar con fuego. Y más cuando el principal referente en este viaje alucinógeno no es otro que el mismísimo David Lynch. Esto tiene su cara amable en el sentido que el aclamado cineasta norteamericano se ha caracterizado a lo largo de su dilatada carrera por ser un maestro a la hora de captar la atención del espectador. Así lo hace Cortés sirviéndose de elementos tan lynchianos como lo son episodios desconcertantes que descolocan a un espectador al que le parecía tenerlo todo bajo control (muy interesantes las escapadas sonámbulas de la protagonista), o la visión hipodérmica de submundos perturbadores que coexisten con el nuestro.
Las enormes ganas que tenía de ver /Ingrid , el nuevo proyecto de Eduard Cortés, quedaron espoleadas durante su inicio, en el que el director catalán parece estar realizando un retrato que, lejos de un hiperrealismo marcado que se inclina por no alcanzar en ningún momento, se asemeja más a un ejercicio de abstracción de la realidad que otra cosa.
Poco duran esas sensaciones, pues desgraciadamente Cortés sigue realizando acometidas a ese mundo que pretende mostrar acogiéndose a aquello de el exceso por el exceso, y lo que podría haber resultado un perspicaz juego donde el universo retratado traspasase el limbo de la realidad para sumergirnos en un halo donde la palabra a la que hice mención antes, abstracción, fuese un mero testimonio más, finalmente parece quedarse corta ante unas pretensiones que se me escapan, ya no porque el retrato que desea fraguar Cortés no comprendo que senda quiere tomar ni a donde quiere llegar, ni porque ese mundo no me atraiga ni tenga mucho que ver conmigo, sino por el simple hecho de que el alejamiento al que puede inducir /Ingrid con un desarrollo tan extravagante e, incluso, extremo en ocasiones, lo único que provoca es extrañez y poco más.
El desarrollo de personajes que, lejos de ese ambiente que se devanea entre la singularidad y el asombro, no poseen demasiados rasgos que los definan como tal, y aunque parte de su carácter esté esbozado, sólo lo está por el tópico y lo vulgar, haciendo de aquellas pequeñas particularidades que, como en su guión dan a /Ingrid un tono distintivo, en ese aspecto desaparecen en pro de unas personalidades que no parecen poder más de sí, que no ahondan en el conflicto y no tienen una evolución sólida más allá de cuatro diálogos que representan sus estados de un modo excesivamente banal, y no porque sus intérpretes no pongan empeño en ello (tanto la debutante Elena Serrano como Farelo están suficientemente bien), sino porque la progresión dramática que debería tener se coarta en favor de otros aspectos que no benefician para nada el film de Cortés.
Así, y aunque se deba aplaudir, en parte, la valentía del cineasta catalán por intentar desarrollar una propuesta que va más allá del marco que conocemos por cine patrio, su trabajo no se puede definir más que con palabras como fallido, estrepitoso o vacuo, y aunque el mundo que trate de reflejar sea en ocasiones así, no sirve de excusa para alguien como el que dirigiera La vida de nadie con una sobriedad y un aplomo que en /Ingrid no se alcanzarían ni con todo el esfuerzo del mundo, y es que cuando la base falla (que no es otra que su guión), poco más se puede hacer.
Fantástica película la cual deja muy claro desde un principio que pasa del traje y la corbata para llegar a nuestros ojos de la manera mas informal. Una estructura intuitiva y moderna respaldada de elementos escénicos que llenan de vida cada parte de este film.
Es una película que parece fruto del desorden de la mente de un adolescente, desordenada, arriesgada, alocada, interesada y dedicada a él como receptor implícito y solo a él. De esa manera que no agrade al gusto crítico formado por mi intuición por cineastas con unos valores preestablecidos.
El estreno de esta obra al mismo tiempo abre las puertas al cine español, el cual esta encogido en sus raíces y busca lo tradicional, Ingrid es una apelación a un movimiento alternativo y vanguardista que no entiende de fronteras, habla de moda, y no es más que eso, una continua evolución.
Finalmente os invito a ver esta película protagonizada por una perfecta, bella y misteriosa Elena Serrano, la profunda mirada de Eduard Farelo y un ambiente rodeado de los mejores grupos independientes españoles.
Miguel Álvarez Fandiño.
Fuimos a ver este engendro en el Festival de Sitges. Mucha pose de tercera para el estreno y ya de entrada tuve la sensación que éramos los únicos PRINGADOS que habíamos pagado 7 eurazos por entrada. Total, presentación de turno y Eduard Farelo, el prota conocido de la peli se despidió con un Dejad las críticas para dentro de 4 días cuando hayayis pensado en la peli . No iba desencaminado.
Empieza a desfilar en la pantalla una sucesión de imágenes de peña supuestamente ultracool, bohemia y artista metiéndose de todo, haciendo el gilipollas y siempre, SIEMPRE un grupo detrás tocando en directo. Luego hay como veintitrés performances cada cinco minutos (no sin el grupillo de turno haciendo ruido), y una supuesta historia que lo entrelaza todo que es la del personaje de la chica principal, a la cual odias ya a los cinco minutos de metraje, y Eduard Farelo, que no sabes muy bien qué pinta ahí (el tio siempre en una esquina, birra en mano, en todas las fiestas en las que está con una pinta de disfrutar que no veas, mientras que lo único que le preocupa es si se folla o no a la chica).
Total, que al cabo de una hora ya no aguantamos más y nos largamos de ahí. No sé si la historia tiene un final, no sé si al final salía una performance en la que alguien con dos dedos de frente se cargaba a todos los posers de la escena barcelonesa con una UZI y lo más importante de todo… NUNCA SABRÉ SI EL TIO AL FINAL SE FOLLABA A LA CHICA O ERA UN PAGAFANTAS.
Lo mejor de todo, la retahíla de instituciones públicas que han financiado este bodrio. Lo mínimo que podrían hacer es poner la entrada a los cines gratis para que cuanta más gente mejor vea como se dilapidan los impuestos en esta época de crisis.
Con toda la honestidad del mundo: NO VAYAIS A VER ESTO, POR FAVOR. Invertireis mejor vuestro tiempo metiendo vuestra polla en una licuadora, en serio.
Ingrid me ha parecido el desfile gotic/dark/intimist/sadomasoquist/underground más descarado de los últimos años. Me cuesta verla como una película, así de crudo lo digo: la narrativa parece un collage de videoclips para mostrar en pantalla toda la cultura artística de la vanguardia estructural. Tal es así que la peli, salvo al personaje principal, nunca decide tomar el curso de un acontecimiento primario, su sostén estructural es vaporoso, parece la puesta en pantalla de una poesía alocada y siniestra que progresa como un espiral sin fuente y sin destino.
Eduard farelo, más que representar a su personaje, parece representar al espectador: un invitado de más y de lujo a este caleidoscopio de artistas apocalípticos.