Hoy no habrá salida
Sinopsis de la película
En una ciudad soviética se está llevando a cabo una reforma urbanística, para lo cual se llevan a cabo diversas excavaciones. En una de ellas, se descubre una gran cantidad de bombas de la II Guerra Mundial. Segundo mediometraje de Andrei Tarkovsky.
Detalles de la película
- Titulo Original: Segodnya uvolneniya ne budet aka
- Año: 1959
- Duración: 46
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Opinión de la crítica
Película
5.8
46 valoraciones en total
No me andaré con rodeos: Lo único que comparte esta peli con Tarkovsky es su idioma, porque por todo lo demás no pasa de ser un guión de lo más simple llevado a cabo con una falta de personalidad alarmante, así que dudo bastante que aquí dejase su huella impresa Tarkovsky de algún modo cercano a la dirección. Ni de coña, vamos.
Ante todo, diré que la excusa de que eran sus inicios no me sirve. No porque no crea que el genial cineasta soviético no pudiese haber rodado algo así, sino porque sólo hay que ver su anterior y recomendabilísimo corto ( Los asesinos ) para darse cuenta de que el porte y la compostura que deja aquel relato posee una distinción digna de mención, cosa que en Hoy no habrá salida no se vislumbra en ningún momento.
En ella, por contra, hallamos a un grupo de actores realizando sus labores de forma resultona, pero con carencias más que patentes que, mientras rodean una trama de lo más convencional, en la que no sobresalen demasiados aspectos técnicos, nos otorgan una ligera visión sobre un cine en el que apenas hay virtudes.
No seré yo, sin embargo, quien diga que es mala, porque estaría faltando a la verdad. No es que lo sea, es que básicamente lo común de su planteamiento y lo usual de sus formas hacen de ella un curioso entretenimiento que, en caso de querer ir más allá, no lo logra en ningún momento.
A resumidas cuentas, a cualquiera que quiera otear en ella las virtudes de uno de los mayores genios de la historia del cine, le recomiendo que se dirija mucho antes (y como rito iniciático) a otras cintas como El asesino , El violín y la apisonadora o La infancia de Iván , asequibles todas ellas, y de un virtuosismo visual tan potente como cautivador, que a esta desangelada pero aceptable producción.
Decía Matt Dilllon en Drugstore Cowboy:
«Es esta la vida de mierda. Nunca sabes que va a pasar después. […] Mira, la mayoría de la gente, no saben como se sentirán de un minuto a otro, pero un falopero, tiene una linda idea. Todo lo que tienes que hacer es mirar las etiquetas de las pequeñas botellas.»
Y Tarkovsky es pura droga, aunque esta vez con efectos secundarios alternativos en su amplio concepto y sentido: a veces te eleva, a veces te mata y a veces simplemente te da un viaje que te quedas sopa. Aquí no se aprecia al cineasta de Sacrificio pero sí de un competente mediometraje donde el pretendido suspense eclipsa a los personajes.
Poco más aparte de algunos detalles de montaje y juego con las posiciones de cámara.
El problema de Hoy no habrá salida es que pone «placebo (primera versión)» en la etiqueta del frasco que la contiene.
Como bien dice el compañero, este mediometraje es la versión rusa descafeinada del Salario del miedo y no porque no mantenga la tensión y el suspense, sino porque no hay un desarrollo dramático de los personajes ni tampoco psicológico. Todo lo contrario de lo que serían las señas de identidad de Tarkovsky. Abstracción, metáfora, poesía y profundidad filosófica.
Pero para mí, es interesante porque plantea una cuestión que me he preguntado muchas veces después de conocer la filmografía de directores no convencionales . En concreto, y sé que muchos no estaréis de acuerdo, de David Lynch. Sus películas más normales , las que tienen un planteamiento, nudo y desenlace, las que siguen códigos narrativos de toda la vida, son las más flojas (la casi histérica El hombre elefante y la blandengue y llorona Una historia verdadera ). Cuanto más onírico, surrealista, simbólico e incomprensible se vuelve, más gana su cine y más artístico se vuelve. No voy a descubrir, a estas alturas, la genialidad del director norteamericano. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿Hace ese cine porque no sabe hacer otro? ¿Tiene problemas con la narrativa convencional?.
No lo sé, pero Tarkovsky , desde luego que no después de ver esta película. Ya no volvió a ser normal nunca más. Eligió otro camino más personal. Parece que el título de este trabajo fue premonitorio y nosotros lo agradecimos. Para siempre.