Hollywood: Departamento de homicidios
Sinopsis de la película
Dos agentes de homicidios del cuerpo de policía de Los Ángeles investigan un múltiple asesinato en un club de raperos. Uno de ellos es Joe Gavilan (Harrison Ford), un veterano detective con problemas de dinero y tres exesposas. El otro es K.C. Calden (Josh Hartnett), un joven policía con poca vocación que quiere ser actor. Las primeras investigaciones del caso apuntan a un jefe de un sello de rap, que se rumorea arregló la muerte de los raperos artistas que se negaron a firmar un contrato con él.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hollywood Homicide
- Año: 2003
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
4.5
52 valoraciones en total
Desmayado intento de buddy movie a mayor gloria de un cansado Harrison Ford y de un Josh Hartnett cuyo único interés artístico reside en lo tremendamente bueno que está, porque de lo que es gracia o talento, el pobre tiene bien poco. El conjunto resulta tontorrón y prescindible, ni la parte de acción es trepidante ni la parte de comedia es cómica, con lo que acaba dando la impresión de que el guionista escribió con el piloto automático puesto mientras estaba de parranda en Las Vegas. Lo único decentillo, la divertida escena amoroso-geriátrico entre Ford y Lena Olin y los pluriempleos de los protagonistas.
No vale ni para una tarde de domingo lluviosa (ni tormentosa).
Película dirigida a dos determinados grupos de espectadores: Los que ven cualquier basura porque les gusta la figura de Harrison Ford, y los que ven cualquier basura porque les gusta la figura de Josh Hartnett. Preferentemente, en el primer grupo predominan ya señoras, y en el segundo grupo principalmente señoritas.
Para el resto de mortales, película típica de detectives de homicidios, con dos caras conocidas (no por ello deben de tener una aureola sobre la cabeza), y un argumento típico, predecible, pobre, vacío, lamentable en definitiva.
No faltará gente que valore la cara bonita (para ellos) de los actores, pero como película, floja, floja, floja.
Un 3 bajo.
Tuve la suerte de ver esta película sin esperar demasiado de ella, es la típica comedia policial para ver un domingo al medio día, fácil de ver, no te obliga a estar muy concentrado.
Si esperas un peliculón de Harrison Ford ya te puedes olvidar, si por otro lado esperas la típica película americana para ver relajado es perfecta.
Una comedia amena para ver en familia.
Me encantan estas películas que van de broma a pesar del serio fondo policíaco, y ésta en concreto es una pasada de principio a fin. El tratamiento de los dos policías es la propuesta, sus vidas privadas por encima de sus cometidos como policías, el uno como agente inmobiliario en medio de la venta de una gran mansión y el otro como actor, que está en preparativos para una representación de Un tranvía llamado Deseo y él haciendo de Brando . Al mismo tiempo están en boca de todos siendo investigados por Asuntos Internos, mientras se encargan de unos crímenes relacionados con una discográfica que actúa mafiosamente.
La película es netamente americana y creo que ha sido criticada negativamente porque no se la ha prestado la atención que merece.
A lo dicho hay que sumar los escarceos amorosos de ambos policías (simpática la relación de Harrison Ford con Lena Olin y el detalle del donut), y luego tiene una persecución grandiosa, con unas escenas humorísticas de las que te ríes aunque no quieras. Es buenísima esa en la que el sargento Gávilan (Harrison Ford) corre tras el asesino por la calles y se cruza con un cliente y éste aprovecha para proponerle una nueva oferta por la mansión. Y no te digo nada cuando le quita la bici a una niña para perseguir al asesino. Añadiremos, porque sí y porque me agrada ese tío, el trabajo de Martin Landau, también el cameo acertadísimo de Robert Wagner como detalle anecdótico, y más tonterías increíbles pero perfectamente acopladas a un ingenioso argumento. Un éxito porque se adivina que la película no quiere tampoco ser más de lo que es, una buddy movie intrascendente pero redonda, divertida, bien trabajada y tomada muy en serio a pesar de su sentido bromista.
La fotografía a ritmo de rap es de lo más acertada y agradable. Harrison Ford se luce. Esa es la verdad. Está realmente convincente como poli divorciado, con familia que no sale, estresado, lleno de deudas y con una vida amorosa a trompicones que causará más de una sonrisa amable al espectador, y todo el rato recibiendo llamadas al móvil por sus asuntos de negocios y de trabajo. He dudado si Josh Hartnett estaría a su altura pero he comprobado que sí, sin robar planos ni intentarlo si quiera. Al final, como digo, se puede disfrutar de sus excelentes trabajos.
Una agradable película con dos simpáticos amigos y compañeros que a pesar de la diferencia de edad e inquietudes, se aprecian, el público lo capta y eso es lo importante.
Mal ejemplo de buddy movie es este, chicos. El guión es insulso, Hartnett no vale para la comedia, Ford no está muy afinado (y se le ve muy perdido), los chistes chirrían, los detalles que implican a raperos aburren y la dirección es mediocre.
Conclusión lógica: piñazo importante en taquilla.
Otra demostración del mal olfato con los guiones que está teniendo Harrison Ford en estos últimos años.