Historias mínimas
Sinopsis de la película
A miles de kilómetros al sur de Buenos Aires, tres personajes viajan por las solitarias rutas de la Patagonia. Don Justo, un anciano de 80 años dueño de un bar de carretera que regenta su hijo, se ha escapado de casa para buscar a su perro desaparecido desde hace tiempo. Roberto, un viajante de comercio de 40 años, lleva una tarta para el cumpleaños del hijo de la joven viuda de uno de sus clientes. Ese mismo día María Flores, una joven de 25 años, viaja con su hija en autobús siguiendo la misma ruta. Es una mujer muy humilde que acaba de saber que ha resultado ganadora en un sorteo de un programa de TV. Cada uno viaja por su cuenta, pero como sucede en las desérticas rutas patagónicas, sus vidas y sus ilusiones se entrecruzan en los escasos paradores de la región.
Detalles de la película
- Titulo Original: Historias mínimas
- Año: 2002
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
7.3
69 valoraciones en total
Historias mínimas es, efectivamente, y como reza su título, una pequeña, mínima película que narra tres cuentos componiéndolos armoniosamente a través de una cámara austera, una fotografía espléndida de Hugo Colace y un puñado de actores, que salvo Javier Lombardo, ni siquiera lo son pero que transmiten una verdad y maestría emocionantes.
La película se desarrolla en la inhóspita y fascinante Patagonia y las tres historias son las siguientes: Don Justo (Benedictis), un anciano de 80 años, que se escapa de la tutela de su hijo para volver a por su perro, símbolo de poder regresar a casa a morir en paz, Roberto (Lombardo), un comercial de 40 años, que busca seducir a una viuda reciente llevándola una tarta de cumpleaños en forma de balón de fútbol para su hijo, María Flores (Bravo), de 25 años y con una pequeña hija, que ha sido elegida para un estúpido programa de televisión dónde el premio es un inservible robot de cocina, dada su situación de pobreza.
Sorín cuenta tres historias minimalistas con tres personajes de distintas generaciones en los que la anchura patagónica nos ensimisma y encoge, a la vez que nos expande para fusionarnos con lo que se cuenta, que trasciende la anécdota para acercarse a lo fundamental.
Sorín logra, por lo tanto, una obra emotiva, sentimental, auténtica, intimista, de cabo a rabo agradecible.
Si pudiera mi puntuación sería de 9.50 o sea casi un 10. No llega a un 10 por muy poquito, por casi nada. Es una película maravillosa. Es tan sencilla, simple y humana como hacia tiempo no veía. Realmente me dejó en un estado de melancólica emoción, un revoltijo de sentimientos que estaba necesitando. Es de esas películas que parecen pequeñas pero son enormes de contenido, que yo siento que me reconcilian con la vida. Son tres historias distintas, de un abuelo buscando a su perrito, el vendedor enamorado y la joven madre que viaja a un concurso de televisión tan humilde…Transcurre en medio de paisajes de provincia, de pueblito alejado donde parece que no pasa nada y sin embargo pasa todo. Pasa la vida sin grandes pretenciones materiales, pero con la bondad y la solidaridad de la gente a flor de piel. Casi todos los intérpretes no son actores profesionales si no personas comunes que se animaron a actuar, y este detalle le suma frescura e inocencia al film. Leí las críticas de otros usuarios refiriéndose al cine argentino como depresivo y que debemos cambiar nuestra alimentación para que no nos siga deprimiendo tanto. Respeto su opinión, pero acá la mayoría de la gente come lo que puede y no lo que quiere, que la crísis constante en la que vivímos hace que los cineastas hagan tremendos sacrificios para poder filmar a veces a costa de perder sus propios bienes. Por eso hay que tener mucho coraje para hacer una película como Historias mínimas, sin estrellas ni grandes presupuestos pero con talento y corazón. Gracias Sorín ésta maravilla.
Don Justo, buscando a su perro perdido. María, seleccionada para participar en un concurso de televisión. Roberto, ideando una manera creativa de conquistar a la mujer que le gusta.
Tres historias paralelas de gente sencilla que viaja en pos de un sueño. Carreteras desnudas, el desierto de la Patagonia, el viento áspero. Corazones cálidos. Una tarta de cumpleaños. Parches adelgazantes. La aventura de un hombre mayor para reconciliarse consigo mismo. De un hombre de mediana edad que se siente solo. Y de una mujer joven que no sabe que es bella.
Pequeñas ilusiones suficientes para iluminar tres vidas del montón.
Porque la mayoría somos como ellos.
Aquí tenéis la historia de cualquiera.
Una maravilla hecha con lo mínimo. Los actores parecen profesionales, el guión y la fotografía muy buenos. Cuando se tiene algo que contar acerca de personas que viven, respiran, desean, aman, etc, como tu, como yo, como todos, sale una película que desborda ternura, cierta melancolía y alegría contenida. No se la pierdan.
Una vigorosa obra artesanal, deliciosa de principio a fin, que viene a demostrar que poco más hace falta, contando con un puñado de brillantes actores apoyados por un buen guión e idéntica dirección.
La película atrapa, te pueden gustar unas historias más que otras, pero todas enganchan formando un todo difícil de lograr en películas corales. Las piezas encajan una sobre otra y se van mostrando a través de sencillos diálogos y magníficas escenas perfectamente estructuradas y enlazadas. UN MERECIDO OCHO.