Historias de San Valentín
Sinopsis de la película
El film consta de varias historias que suceden el día de San Valentín: una oficial del ejército (Julia Roberts) que vuela desde Iraq a Los Ángeles, coincide en el avión con alguien que debe resolver algunos asuntos (Bradley Cooper), el dueño de una floristería (Ashton Kutcher) le propone matrimonio a su novia (Jessica Alba), aunque, en realidad, está enamorado de una amiga (Jennifer Garner), cuyo novio está casado, una jubilada (Shirley MacLaine) le confiesa a su marido que mantuvo un largo romance con otra persona, una mujer (Anne Hathaway) que trabaja en la agencia de talentos más importante de la ciudad sale con un empleado de Correos. Y, finalmente, una desafortunada publicista (Jessica Biel) resulta que no tiene con quién quedar el día de San Valentín.
Detalles de la película
- Titulo Original: Valentines Day
- Año: 2010
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
4.8
97 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Anne Hathaway
- Ashton Kutcher
- Bonnie Aarons
- Bradley Cooper
- Bryce Robinson
- Carter Jenkins
- Christine Lakin
- Emma Roberts
- Eric Dane
- George Lopez
- Hector Elizondo
- Jamie Foxx
- Jennifer Garner
- Jessica Alba
- Jessica Biel
- Julia Roberts
- Kathy Bates
- Patrick Dempsey
- Queen Latifah
- Shirley MacLaine
- Taylor Lautner
- Taylor Swift
- Topher Grace
Querido Garry Marshall,
aquí te paso la lista de instrucciones que me pediste para hacer la mejor película romántica de la historia.
Firmado: San Valentín (Mr. Dollar para los amigos)
INSTRUCCIONES:
1)Revísate Love Actually ahí en un moment y quédate con los 3 elementos fundamentales: muchas historias, amor, actores famosos.
2)Bien, ahora hazte tu propio guión sobre la base del de la peli inglesa, y ya sabes: muchas historias (más vale cantidad que calidad), amor (quien dice amor dice pastelería industrial de la barata, total, eso es lo que busca la gente en San Valentín, ¿no? Osos amorosos y corazoncitos de golosina…), actores famosos (todos los que puedas, ahí a granel, don´t worry, esto se desglosará en los puntos siguientes).
3)Vale, ya tenemos el guión, así que ahora vamos con los personajes. Para hacerte las cosas más fáciles… OLVÍDATE DE ELLOS. Sí, olvídate, piensa en actores, no en personajes, ¿para qué vas a preocuparte en definirlos si la gente va a ver a Ashton Kutcher, Julia Roberts, etc… y no a sus personajes?
4)Cambia al niño gracioso de la peli inglesa por un niñato caprichoso e insoportable que se le parezca, ya sabes, uno más al estilo Hollywood que le dé el toque inocente al film.
5)Llama a Jessica Alba y ofrécele un papel, el que sea, uno en el que no hable mucho, si puede ser, uno bastante idiota, ya sabes.
6)Págale a Julia Roberts dos millones de euros por salir seis minutos… eso es Marketing, baby.
7)Clava a Jennifer Garner y a Ashton Kutcher de pareja con química (y si lo consigues me cambio de sexo, lo juro).
8)Mete al hombre lobo de Crepúsculo (creo que tiene nombre… Taylor Lautner o algo así) ahí donde sea para que las niñas se cieguen por culpa de su libido.
9)Ah, y si puedes, contrata también a Hannah Montana. ¿Que está ocupada? ¡Pues a Taylor Swift! ¿Qué más dará?
10)Ya que te has gastado tanto en el reparto, no pongas mayor atención en lo que son las imágenes. ¿El montaje? No es tan importante. ¿Recursos cinematográficos? Cero. Por ejemplo, ¿que quieres contar una historia que sucede en un avión y quieres poner una escena donde éste se vea? PLANTA UN DIBUJO, hay que ser elegante, hombre.
11)Uy, casi se me olvida. Que se note que la industria es abierta y tolerante: mete la homosexualidad ahí donde puedas, tampoco desarrolles mucho el tema ni metas ninguna imagen chocante, NO, pero que se note que los aceptamos casi como si fueran personas normales.
(San Valentín es un poco pesadilla, así que la conclusión esta en el spoiler)
En Historias de San Valentín se entrecruzan hasta seis historias de seis parejas diferentes, relacionadas con la celebración de tan romántica/comercial fecha. En primer lugar, hay que tener en cuenta una diferencia real: en Estados Unidos y Reino unido existe una tradición anglosajona de celebrar este día, muchísimo más arraigada que en España, donde la celebración del día de San Valentín empezó a introducirse lentamente en los 80 como un reclamo comercial. Sin embargo, en Estados Unidos no es así: siempre se celebró, mucho antes de que se convirtiera principalmente en un negocio. Partiendo de ahí, Historias de San Valentín nos ofrece una peli de las clasificadas como comedia romántica . Es decir, es una película ligera, intrascendente, que nos ofrece una historia amena y agradable sobre el amor y los avatares del amor, las idas y venidas para dar con el amor verdadero. Para pasar un rato agradable sin más complicaciones.
Es verdad que a este tipo de películas no se les puede exigir demasiado, y que el público ya sabe a lo que va cuando entra a verlas en una sala: es sólo una excusa comercial para atraer muchos espectadores en el cine, un panorama liviano que sólo busca divertir y hacer pasar un buen rato a quienes quieren coronar una cita romántica, esta vez con el plus de reunir en una misma cinta a un elenco lleno de figuras famosas, estrellas… y algunos -sólo algunos- actores destacados. Pero aunque se supone que no debemos ser tan graves y severos con esta clase de cine, tras ver Historias de San Valentín es inevitable pensar que antes de esforzarse en reunir a su reparto estelar, los productores debieron preocuparse de contar con un guión decente, o al menos inteligente y que no crea que los espectadores nunca antes han visto una película romántica.
Es tal la cantidad de lugares comunes que abunda en esta película que se la podría considerar la madre de las comedias románticas predecibles y rutinarias (incluyendo las canciones de su soundtrack)… además, se sabe que siempre la receta de juntar muchas historias para contarlas en paralelo, es arma de doble filo: es ineludible que sea muy poco lo que se puede profundizar en los personajes y situaciones, e inevitablemente algunos de ellos serán sólo un adorno en la trama, cuya desaparición no alteraría demasiado las cosas en el contexto general y dan exactamente lo mismo.
Puede que en el pasado Garry Marshall haya tenido buenos momentos con producciones amables y encantadoras como Nada en común , Pretty woman , Frankie & Johnny o su popular Princesa por sorpresa . Seamos sinceros: en ninguno de esos casos se trataba de obras maestras, pero sí películas con una buena cuota de sensibilidad y simpatía, donde era fundamental el carisma y talento de actores como Hanks, Gleason, Roberts, Pacino, Pfeiffer, Hathaway, Andrews y su actor fetiche, Hector Elizondo (quien también aparece en Historias de San Valentín ). Lamentablemente, no puede decirse lo mismo del enjambre de figuras convocadas en esta ocasión: algunos de ellos logran salvarse con dignidad -Topher Grace y Anne Hathaway, Bradley Cooper y Julia Roberts-, otros intentan sobrevivir a personajes que rozan el patetismo en ciertas escenas -pobres Jennifer Garner y Shirley MacLaine, ¡no se merecían esto!- y otros dan vergüenza ajena y demuestran que aún tienen mucho que aprender de la pantalla grande, en particular las parejas adolescentes, Emma Roberts y Carter Jenkins, y, especialmente, los dos Taylor, Lautner y Swift.
El resultado final: muy pocas risas -casi todas ellas por cuenta de Hathaway-, romance por todos lados pero lleno de cursilería y escasa espontaneidad, una dirección con piloto automático y un guión ridículo, que llega a provocar risa por lo malo y su acumulación de clichés. A pesar de todo esto, de seguro muchos la disfrutarán y servirá para estimular su 14 de febrero, pero al menos a mí me pareció muy, pero muy mala.
Que el invento del San Valentín es otro negocio más que tiene como objetivo saquear nuestros bolsillos a costa de nuestros corazones, no es novedad a estas alturas. A este respecto, Historias de San Valentín , descarada maniobra comercial que se estrenó el día de ídem en Estados Unidos, es una perfecta alegoría de lo que las empresas piensan de este señalado día. Se puede añadir a modo de documento visual en un posible futuro estudio sobre el particular, así tendría alguna utilidad, porque como película pocas como ésta sobran tanto en este mundo.
El problema básico reside en que la película de Marshall es un pastelón, pero no un pastelón cualquiera, es un pastelón de nata, chocolate, almedras garrapiñadas con salsa de dulce de leche y con una cobertura glaseada color de rosa y con forma de corazón. Es decir, que hay que estar en el umbral diabético para soportarla sin grandes daños. La que avisa no es traidora, la primera escena consiste en Ashton Kutcher (¡un floristero!) pidiéndole a Jessica Alba que se case con él en el Día de San Valentín. A partir de este momento, el que continúe adelante se merece todo lo que le pase.
Tanto actores como productora y director parecen haber acordado una unión temporal de fuerzas para lograr la máxima cantidad de pasta con el menor esfuerzo posible. Historias de San Valentín es un plagio total de Love actually , hay historias en las que sólo se limitan a cambiar el sexo, el nombre o la posición familiar con respecto al filme inglés. Pero bueno, ya sabemos que no se van a currar nada para esta cosa. Lo peor no es esto, lo peor es que es un coñazo bananero y dura un huevo y medio.
El reparto por supuesto es de campanillas, algo esencial para vender el producto: no hay muchos directores que puedan reunir semejante cantidad de nombres en una misma película. Pero como la cosa es alimenticia ninguno se lo curra demasiado aunque los hay con cierto oficio que sobreviven a la debacle. Hablo sobre todo de la MacLaine, de Kathy Bates, de Anne Hathaway y de Jamie Foxx que más o menos cumplen. Luego están los niños monos de turno, yo me quedo con Jessica Alba, no por su interpretación (su personaje no da para mucho) sino porque es un peluchito lindísimo. Si hicieran los Pokémon en imagen real, Jessica tendría que hacer de Pikachu.
Luego hay gente condenable como Bradley Cooper, al que odio a muerte ¿siempre tiene que parecer tan baboso?
Centrémonos, la peli, pues eso, ni peli ni Día de los Enamorados, New Line Cinema y Hallmark compinchados para hincharse a lovedólares. Es tan mala que hasta justificaría que la Sinde sacase una ley sólo para prohibir que se viese a menos que fuese pirateada.
¿Se puede conseguir un reparto más repleto de caras conocidas que este? Difícilmente. ¿Se pueden reunir a más actores que ya han demostrado tener cierta gracia natural en una misma comedia? Probablemente no. ¿Es esto sinónimo de conseguir una buena comedia romántica? Ni muchísimo menos.
Historias de San Valentín, dirigida por Garry Marshall (director de las existosas Pretty Woman o Novia a la fuga), toma el relevo de Love Actually para relatarnos una serie de historias con un detonante común: el amor. El problema es que no está a la altura de la situación.
Hacer comedia no es fácil, y hacer buena comedia mucho menos. Este es uno de los principales problemas que nos encontramos cuando llegan a las salas de cine este tipo de comedias románticas cuyo principal reclamo son sus actores protagonistas, entendiéndolos como caras bonitas (o simplemente conocidas) que arrastrarán al cine a millones de espectadores. Es entonces cuando se dejan de lado prioridades como un buen guión o una buena dirección de actores, ambos aspectos fundamentales para que una comedia salga a flote.
Y, además, esta excesiva abundancia de actores provoca otro grave problema: ninguno brilla, ninguno sorprende, ninguno llega a provocar más de una, o, si está realmente inspirado, dos sonrisas durante su breve aparición. Y es que a excepción de muy pocos (Anne Hathaway, Bradley Cooper o Julia Roberts), todos aportan a Historias de San Valentín una de sus facetas más aburridas.
Pero no toda la culpa recae en la falta de entrega de sus actores protagonistas, de hecho, muchos de ellos han tenido que lidiar con personajes planos, historias que ya han sido contadas millones de veces y escenas de las que, difícilmente, podrían haber salido con cierta dignidad. Quizá actores como Jessica Biel, Jennifer Garner, Emma Roberts, Queen Latifah o Hector Elizondo se han limitado a intentar salir bien parados de una serie de personajes que rozan la absurdez en ciertos momentos.
En definitiva, nos encontramos ante una película cuya única (y fallida) baza son las historias de las parejas protagonistas, encarnadas por casi una veintena de caras conocidas que no aportan, ni mucho menos, todo su potencial. Aun así, no llega a ser una película realmente aburrida, consiguiendo en el espectador un par de carcajadas durante su visionado (eso sí, todas a cargo de Anne Hathaway).