Here and There
Sinopsis de la película
A Robert, un neoyorquino cansado de su cotidiana y mediocre vida, le ofrecen unos cuantos miles de dólares por casarse con una chica serbia. Ella es la novia de Branko, un joven serbio que lucha por sobrevivir en Nueva York y sueña con traer a su chica. Robert irá a Serbia y pasará unos días en casa de Branko, donde conocerá a su madre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tamo i ovde
- Año: 2009
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.4
42 valoraciones en total
Una película muy entretenida que nos brinda algunos de los elementos más típicos del cine balcánico de los últimos años. Veamos pues:
La película avanza para mostrarnos las dificultades diarias de Branko en Nueva York, una tierra inclemente a la que se a visto abocado a causa de las difíciles condiciones de vida en Serbia: no hay trabajo, no hay dinero . Esto resume bien la situación del país, nada halagüeña. No obstante, Robert, un músico frustrado al que nada parece estimular ya, se ve empujado por un buclé del destino en un cruce de caminos en el que se encuentra con Branko. Cuando éste le proponga su plan irá a Serbia y allí se encontrará con que hay otro mundo más allá de su realidad diaria. En cierto sentido parece como si de pronto comience a respirar de nuevo. Lo que el director propone es cuanto menos paradójico, pero al fin y al cabo es la misma esencia de la vida: nunca sabemos dónde podemos encontrar el camino largo tiempo atrás perdido. Acabará diciendo de Nueva York: No es Belgrado . Allí en Serbia ve otro modo de vivir, más humano y cercano, más cálido y acogedor, conoce el amor y la amistad. Todo típicos tópicos, pero planteados de un modo delicioso que te hacen desear tener el poder de empujar la historia hacia adelante, que todo salga como deseas y crees que debería pasar. ¿Ocurre así? Cada cual decide. Yo simplemente me quedo con que un hombre que no ha prestado mucha atención al mundo que le rodea acaba tomando conciencia de éste. Es curioso, por ejemplo, cuando Branko le propone ir a Serbia que éste le responde: Eh, un momento, ¿allí no están en guerra?, ¡claro, por eso te fuiste! . Nueva York, un mundo dentro del mundo, allí donde todo lo que acontece parece estar muy lejano por lo dramático de los millones de microcosmos que allí se mueven en medio de un mundo deshumanizado, porque Nueva York no es lo que podemos ver en Friends , por mucho que a todos nos gustaría pensar que es así.
Podemos destacar al resentido personaje que exterioriza su odio hacia Occidente por lo que él considera una afrenta continua al orgullo Serbio, en este caso el hermano de la novia de Branko. He aquí la memoria presente del bombardeo de Belgrado por la OTAN. De hecho, durante el trayecto entre el aeropuerto y la casa de Branko en el taxi del hermano de Olga, Robert será increpado por éste, como si él fuera culpable de ser estadounidense y de que su gobierno estuviera involucrado en el bombardeo. He aquí la importancia de los marcos de referencia interiorizados por la gente común, basados en una pura falacia: si el gobierno estadounidense practica terrorismo de estado es de suponer que dicha política está avalada por sus ciudadanos, por lo tanto todos los americanos son despreciables. Es curioso pero en estos casos es así como funciona la lógica humana en muchas cuestiones.
Sencillo y sin demasiadas pretensiones, este film explora los contrastes sociales y humanos entre dos ciudades tan distintas como Nueva York y Belgrado, a través del viaje a Serbia que emprende Robert, un individuo gris, taciturno y algo depresivo, quien ha aceptado ser parte de un matrimonio por conveniencia para traer a Estados Unidos a la novia de un inmigrante. La película no evita los clichés y por momentos es muy predecible a la hora de retratar el choque de dos culturas, pero algo hay en la forma de filmar de su director, Darko Lungulov, que termina por convencer: quizás es la mirada detallista y reposada, quizás es la humanidad que exhiben sus personajes, bien encarnados por convincentes actores, o el adecuado tono agridulce de esta comedia. O quizás todo a la vez… el caso es que el conjunto funciona, sin deslumbrar, pero funciona.
Coproducción Serbia/EEUU/Alemania, en la que se nos cuenta la historia de Robert, un músico en horas bajas al que vemos corto de dinero, que conoce a Branko, un joven serbio cuando este le hace una mudanza con su furgoneta, joven que a cambio de una cantidad de dinero le propone ir a Belgrado, casarse con su novia y así poder ella reunirse con él en Nueva York, cosa que tras un tira y afloja (monetario) este acepta.
Las vivencias del americano en Belgrado, y el melancólico choque cultural que para tan introvertido personaje estas suponen, salteadas con las dificultades de Branko en Nueva York, que a causa de un imprevisto, no logra reunir el dinero prometido que hacer llegar a Robert para que este acceda a la boda de conveniencia, con estos elementos, puede surgir algo que se pueda definir con las coletillas drama , comedia , romántica , mordaz , y/o costumbrista , pues bien, algo de todo ello hay, pero la minimalista forma de contarlo (a lo Jim Jasmurch), por Darko Lungulov, la escasa profundidad y carisma de los personajes (las emociones que transmite Robert están a la altura de un mejillón), y lo poco interesante, y frustrante en cuanto a lo mal aprovechado de tan atrayente historia, de una trama en la que encontramos un conspiranoico taxista serbio despotricando contra todo lo americano, la relación circunstancial entre Robert y la madre de Branco, esbozos del paisanaje y comportamientos de los habitantes de Belgrado, dan como resultado, una película que necesita de mucha manga ancha para calificarla mucho mas allá de pasable, ya que tanto minimalismo y guiños histórico/sociales (ahí reside su insipidez, en despachar con esbozos situaciones que daban para mucho mas), te mantienen durante todo el metraje al borde del bostezo, aunque por otra parte, en vista de las buenas referencias que me han llegado de gente en cuyo criterio cinematográfico confío, quizás sea mejor de lo que yo la juzgo, y tan solo me ha pillado en un día tonto, de esos que no estas para demasiados minimalismos.
En cuanto a los actores, salvo por el toque mitómano de ver en pantalla a Cyndi Lauper (por su faceta de cantante, ya que como actriz no es que lleve una carrera como para tirar cohetes), que a sus 57 años y en un papel desprovisto del glamour que suele acompañarla, el hecho tomatero de que el papel de Robert este interpretado por David Thornton (su marido en la vida real), el único destacable es Fedja Stojanovic dando vida a un personaje cuyos pliegues y actitudes son lo más interesante de la función.
Dos ciudades: Nueva York y Belgrado. Un hombre que transcurre su cotidianeidad entre la abulia, la depresión, la falta de dinero y un saxofón inútil. Un día cualquiera decide aceptar una oferta: un serbio le ofrece dinero fácil: debe viajar a Belgrado y casarse con su novia, para que obtenga la visa para irse a vivir con él a Estados Unidos. No imaginará nunca que Belgrado renovará su vida, encontrará allí gente con la cual compartirá amenos momentos. Amará esa ciudad gris y herida aun por la guerra. Robert sabe que no tiene nada que perder. Una historia sensible, desarrollada con sentimiento, humor, ternura cinéfila. Agradecer películas como esta, que no hacen más que brindarnos sus bellas cualidades humanas. Así seguiremos amando el cine.
A aquellos que les gusten las pequeñas historias, a los que sepan apreciar el valor de un cambio de rumbo en el momento menos pensado, a esos que valoran los gestos sencillos de la gente común, como la puteada de un taxista cabrón, o la cerveza fría y la melancolía compartida, a esa gente, les aseguro, les va a gustar esta película mucho mas de lo que dice el frío promedio calculado en esta página, o la aséptica sinopsis argumental leída por ahí. Obvio.. Claro que la mayoría moriría por vivir en New York, pero lo lindo de esta vida es que también hay algunos que vivirían por morir en Belgrado.