Harry el fuerte
Sinopsis de la película
Los principales asesinos de la ciudad están siendo asesinados en San Francisco. Uno a uno, los criminales que han escapado de una acción judicial están recibiendo la justicia que merecen, un tipo de justicia que haría pensar que el detective de homicidios Harry Callahan está utilizando sus métodos implacables. Pero los asesinos han juzgado mal a Harry, que deberá enfrentarse esta vez a un inesperado escuadrón de la muerte que lleva placa policial. Su enemigo verdadero es el sistema. Pero Harry ha jurado proteger el sistema con su Magnum 44.
Detalles de la película
- Titulo Original: Magnum Force aka
- Año: 1973
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
6.4
34 valoraciones en total
Segunda película sobre el inspector Harry Callahan y segundo trabajo juntos de Ted Post y Clint.
Aquí lo que más echo en falta es la magnífica narración que Don Siegel conigue crear en Harry el sucio , no sé por qué le pusieron Harry el fuerte si aquí trata diferente a los malos , también hay que decir que están muy bien trabajadas las escenas de acción con disparos realistas, aunque no esté a la altura de su predecesora se puede ver perfectamente incluso se escapa algún que otro detalle bueno… y Clint sigue siendo el mismo.
Primera secuela de Harry el sucio (Siegel, 1971), realizada por Ted Post (Cometieron dos errores, 1968). El guión, de John Milius ( Apocalypse Now ) y Michel Cimino ( El cazador ), desarrolla un argumento de John Milius (inspirado en hechos reales sucedidos en San Francisco en los años 50 del siglo pasado) y cuenta con aportaciones de Harry Julian Fink y Rita Fink en la definición de caracteres. Se rueda en escenarios reales de San Francisco (Hall City, Hall of Justice, Broadway Tunnel, Washington Street…) y Oakland (CA) y en los platós de Warner Studios (Burbank, CA). Producido por Robert Daley para Malpaso/Warner, se estrena el 25-XII-1973 (EEUU y Suecia).
La acción dramática tiene lugar en San Francisco, en 1972/73. El inspector de homicidios Harry Callahan (Eastwood), con la ayuda de Early Smith (Perry), se enfrenta a una organización justiciera de jóvenes policías, dirigida por altas instancias policiales y políticas, que tiene por objeto eliminar a los criminales que consiguen burlar la acción de la Justicia por falta de pruebas legales o por corrupción. Callahan es un hombre frío, solitario y duro, de métodos drásticos, implacables y violentos.
El film combina acción, crimen, drama, thriller y policiaco. Contiene excelentes escenas de carreras, persecuciones, saltos sobre el vacío y caídas desde gran altura, rodadas con habilidad y montadas con eficacia. El guión incorpora algunas secuencias que parecen superfluas porque exhiben violencia y no hacen avanzar la acción. La interpretación de Eastwood, bien secundado por Hal Holbrook y Mitchell Ryan, es impecable y acorde con la idiosincrasia del papel que encarna. El desarrollo de los personajes es escaso: adolecen de esquematismo y caen en la exageración. Harry Callahan, más humano aquí que en Harry el sucio, no deja de ser un personaje con componentes irreales e inverosímiles. Para contrarrestar las acusaciones de racismo y xenofobia dirigidas a Harry el sucio , en esta ocasión Callahan trabaja con un compañero afroamericano y se relaciona con una muchacha de origen asiático. La película, pensada como obra de evasión, es entretenida y absorbente, aunque no mantiene los niveles de calidad del primer film.
Ni los mandos acobardados y corruptos de la policía, ni los jóvenes justicieros, ni el anti-héroe de métodos brutales, merecen el respeto del espectador. El público tiene problemas para identificarse con Harry y con sus métodos: ahí radica una de las debilidades del film. Adviértase que el guión, para mejorar la imagen de Harry y aumentar su capacidad de hacerse con las simpatías y el favor del espectador, aleja del inspector y desplaza a otros personajes las actitudes y las acciones más descabelladas y violentas.
Poco se tardó en continuar al policía más famoso de la historia del cine, eso sí teniendo muy en cuenta la respuesta global que obtuvo el film de Siegel especialmente en cuanto a los métodos empleados por el Inspector Callahan, al que la crítica tildó de fascista reaccionario, cuando la realidad fue que el film original pretendía sobretodo reflejar el desamparo habitual al que se enfrentaban las víctimas de los delitos criminales. Y ante el miedo a nuevos ataques se optó por reblandecer al personaje sacrificando de esta forma gran parte de su atractivo, esto desemboca en dar un giro a la historia y buscar una manera de establecer una pauta atribuyendo los métodos extremos a otros personajes, en este caso también policías para tratar de invertir las críticas difundidas por el primer film. Lo cierto es que la premisa argumental es sumamente atractiva, la idea de unos policías vigilantes que deciden ejecutar sus propios veredictos sobre los criminales que escapan de la justicia, es un punto de partida interesante que en principio está en la línea de lo que se espera. Sin embargo es su condescendencia y falta de criterio argumental lo que choca con el personaje de Harry, en lugar de centrarse en las motivaciones de los personajes se centra en el razonamiento de Harry al que de una manera alarmante cambian de temperamento. Si en la obra maestra de Siegel, éste logró establecer una amplia gama de matices sobre las actuaciones más o menos censurables, comprendiendo (que no justificando) su modo de operar, en esta segunda entrega la paleta de matices se elimina por completo reduciendo las actuaciones a blanco o negro, buenos y malos, bien o mal sin sacar provecho en ningún momento del amplio abanico de posibilidades que Ted Post tenía ante sí, en lugar de tratar de redimir al bueno de Harry por sus actuaciones pasadas. De esta manera la película resulta poco creíble como continuación, las personas no cambian así como así y menos aún cuando hablamos de personas adultas, aún así el film como tal no está mal, es entretenido, cuenta con buenos actores y el desarrollo de la historia es interesante a pesar de sus lagunas, otro ejemplo más de lo que podría haber sido un gran film que se queda a medio camino.
Segunda entrega de las aventuras del rudo policía, que tantas buenas y malas críticas le reportaran a su protagonista, el incombustible Eastwood, aquí enfrentado a todo un escuadrón de la muerte, comandado y respaldado por miembros de las altas esferas policiales, que se dedican a dar matarile a los más diversos criminales.
La premisa del filme es interesante, aunque contradictoria en cuanto al personaje de Callaghan se refiere, ya que acostumbrado a ejercer la más implacable violencia sobre los asesinos, aquí defiende a los mismos para que éstos sean juzgados dignamente.
Se incrementa con creces la violencia y las escenas impactantes, además de contar con un reparto muy televisivo, con David Soul, (Starsky y Hutch), Robert Urich, (Los hombres de Harrelson), o Mitchell Ryan, (El Equipo A, El increíble Hulk).
Película menor que la primera parte, pero que hará las delicias de los seguidores del popular actor, y del no menos popular personaje.
Las secuelas difícilmente tienen reválidas mejores, aunque eso no significa que sean en muchos casos lógicas. Al poli Harry le salieron tan bien las cosas siendo sucio que en un género en el que sí caben bien segundas partes mereció una nueva oportunidad para exhibirse siendo esta vez un poli fuerte. Queda lejos sin embargo de lo que fue en primer lugar y baja algún escalón, por no decir bastantes, colocándose a cierta distancia del primogénito en cuanto a intensidad y atractivo. ¿Es el mismo poli? Ni siquiera su voz es la misma, ignoro cómo pudieron doblar a Clint sin el genial Constantino, los motivos para no contar con su voz de siempre, lo que está claro es que a partir de ahí todo es diferente. La brutalidad en sus métodos no es la misma, la chulería y el tomar el camino más corto. La película entretiene y mantiene un ritmo bueno, no es que la trama se merezca premios al mejor guión, pero al menos ofrece una mínima corrección. El icono Harry se hizo grande gracias a la primera entrega, no a esta segunda, eso desde luego.