Hard Boiled (Hervidero)
Sinopsis de la película
El inspector Tequila Yuen (Chow Yun-Fat) es un duro policía encargado de detener una operación de contrabando de armas y de encontrar al asesino de su compañero. John Woo continúa con su personal estilo de violencia casi poética y tiroteos con ritmo en un thriller que cuenta con numerosos seguidores, toda una cinta de culto dentro del cine de acción. En España se estrenó en el año 1995, resultando un fracaso en taquilla.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lashou shentanaka
- Año: 1992
- Duración: 127
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Opinión de la crítica
Película
6.9
81 valoraciones en total
He aquí mi película favorita de John Woo, con permiso de The Killer y Una bala en la cabeza. Esta me gusta más y creo que está un escalón por encima. Era la despedida de John Woo del cine en Hong Kong y quiso marcharse por la puerta grande, haciendo una película homenaje a su filmografía y a sus temas de siempre: policías, gangster, el honor, la pérdida de la identidad, el sacrificio… porque esta película por encima de todo es, aunque a veces su violencia impida a ciertas personas verlo, una oda a la amistad. Al igual que Takeshi Kitano, John Woo habla de los temas que le preocupan siempre enmarcados en un entorno de violencia. Kitano es más poético, y Woo un coreógrafo. Takeshi busca el intimismo (Hana-Bi), John la espectacularidad (A better tomorrow). Ya comentaré el resto de películas en otra ocasión, porque hoy voy a quedarme a gusto y romper una lanza en favor de Hard-Boiled ( Hervidero ).
Akira Kurosawa dijo que era imposible realizar una buena película con un guión malo, o sea, que por muy bueno que fuera el director sería inevitable. Normalmente, suelo estar de acuerdo con el gran maestro, pero en John Woo tenemos la excepción que confirma la regla.
Este filme de Woo se basa simplemente en la acción como transmisor de sensaciones, donde la historia, diálogos y personajes no serán más que relleno e innatamente descartable y superfluo.
Cuando la cámara se ralentiza el corazón se me acelera y entonces, cuando escucho el primer disparo, comienza un descenso vertiginoso hacia la esencia más visceral de la acción por la acción.
La receta de Woo es simple y sólo consta de dos ingredientes para conseguir que Jungla de Cristal o Acorralado , películas de acción imprescindibles, parezcan partidas de paintball grabada por alguno de los participantes.
El primer ingrediente es el estilo propio del director para rodar las escenas desde innumerables ángulos, para conseguir luego en el montaje algo impresionante, el saber ponerse la cámara al hombro y hacerte partícipe del tiroteo como si fueras el protagonista de algún juego de acción en primera persona.
El segundo ingrediente, es la exageración elevada a la enésima potencia. Decenas de extras, muertos, saltos y explosiones conseguirán que hasta que hombres que reciben disparos a bocajarro puedan seguir andando, sin que te moleste en una especie de catarsis de violencia donde todo será posible. Como ejemplo me he propuesto analizar el primer tiroteo que ocurre en el filme, para dejar constatación de lo que intento explicar. A los cinco minutos de película, la cámara se ralentiza, y empieza la juerga, pasan sólo cuatro minutos donde mueren 26 personas, donde se disparan alrededor de 600 balas, donde aparecen unos 60 extras. Este es de los más pequeños, un juego de niños comparado con lo que vendrá.
creía que ya no era capaz de disfrutar de películas de acción pura y dura, menos mal que me he vuelto a equivocar.
Si a la gran obra de John Woo como es The Killer le quitas todo el componente emocional y las escenas intimistas en las que sus personajes mostraban sus sentimientos a flor de piel, ¿qué es lo que te queda? Pues una ensalada de tiros de un par de narices, una mascletá cojonuda que viene a ser un espectáculo de acción puro y duro sin la menor anestesia.
Pues eso es exactamente es lo que ofrece esta descafeinada Hard Boiled. Hay dos tipos de entusiastas de Woo: los que admiran su capacidad para mezclar en una hábil coctelera tanto sentimientos como acción, y la gran mayoría, que se divierten principalmente con las explosiones coreográficas y la habilidad del director para las más espectaculares secuencias de acción tóguapas . En comparación con aquella pieza maestra, ésta tiene todas las de perder, y más cuando cuando compruebas que no hay ni un solo diálogo o situación con la más mínima enjundia o simpatización hacia los personajes, ya que éstos disparan mucho más y antes de lo que hablan.
Finalmente lo que encontramos es una sucesión de espectaculares secuencias, algunas de las más extensas y brillantes del género, que a pesar de constante bombo y platillo no son capaces de disimular la enorme carencia y el vacío que se encuentra de fondo, lo que a Woo a diferencia de sus anteriores trabajos no parece importarle, viéndose ya que desgraciadamente ahora sí que estaba ya a punto para tomar el rumbo a EEUU. La siempre agradable presencia de su estrella Chow Yun-Fat, añadido a que es cierto que la peli es entretenida a rabiar ayuda a minimizar los daños. A pesar de todo ello, Hard Boiled supone una experiencia tan entretenida como instantáneamente olvidable, alejada de la profundidad moral de algunos de sus anteriores trabajos y que es el resultado patente de lo que pasa si despojas a la historia de todo lo esencial, quedando tras ella el atronador ruido de las balas de pistolas, recortadas, metralletas y todo aquello que haga pum . Una película en la que se dan cita tanto el genio como la torpeza de uno de los grandes nombres del género de acción.
·LO MEJOR: Cumple con su objetivo de entretener al respetable.
·LO PEOR: La simplicidad y lo vacuo de la premisa.
Podemos afirmar y cada vez somos más, que Chow Yun-Fat es Dios y John Woo un profeta que nos dice, disparad chicos, disparad sin parar, por la espalda si hace falta pero disparad.
Película especialmente recomendada para:
Adictos al plomo, estadistas con ganas de contar el número de disparos efectuados, admiradores de Chow Yun-Fat, detractores de Chow Yun-Fat (para que se lamenten.), amigos de los niños, aspirantes a mafiosos, cinéfilos rompe-pelotas, traficantes de armas y demás fauna biológica que compone este mundo llamado dolor.
Una cosilla más, quizá estemos delante de la mejor película de acción de la historia.
Épica, monumental, prodigiosa, colosal… Estos son solamente algunos de los múltiples adjetivos de los que los simples mortales podemos valernos para intentar explicar el auténtico desbarre de proporciones bíblicas al que el binomio Woo-Yun Fat nos somete durante los más de 120 minutos de metraje del filme: 182.880 fotogramas impregnados de un saber hacer del que pocos directores pueden hacer gala. Hard-Boiled es una obra capital del cine moderno de acción.
John Woo y Chow Yun-Fat tocaron el techo de sus respectivas filmografías con este filme, y mientras el uno ha perdido parte de su magia en Hollywood, el otro no puede decirse que haya participado en buenos proyectos precisamente. Sin embargo, Tony Leung sí que ha sabido mantenerse en la cresta de la ola, y no es difícil ver su rostro en filmes de prestigiosos directores como Ang Lee, Wong Kar-Wai o Zhang Yimou.
El guión, obra de Barry Wong y Gordon Chan, toma como base una historia del propio Woo. ¿Qué puede decirse de él? Desde luego, carece de la originalidad de los libretos de Charlie Kaufman. En él no encontraremos los elegantes e ingeniosos diálogos de Lubitsch o Wilder. No nos hará reflexionar sobre la vida o la condición humana como hicieran Bergman o Tarkovski. No. Hard-Boiled es un melodrama de acción, típico de su director, pero más atemperado que otros trabajos suyos anteriores, como The Killer o A Better Tomorrow. Nos encontramos ante uno de esos casos en los que el contenido está totalmente supeditado a la forma, al envoltorio. El filme posee un poderío visual avasallador, si bien no se puede dejar de reseñar en la trama algunos de los temas más habituales del director hongkonés. El honor y la amistad están presentes a lo largo de toda la cinta, en lo que es sin duda uno de los rasgos más característicos del director desde que trabajara en los años 70 como ayudante para la mítica Shaw Brothers.
Estamos pues, como se ha dicho, ante una película fundamentalmente visual, un violento y a la vez bello espectáculo pirotécnico que entra por los ojos, por el corazón, y ante el cual la razón poco o nada tiene que argumentar al respecto, salvo situarse en stand-by y dejar que el torrente de imágenes penetren directamente hasta lo más profundo de nuestro ser, hasta nuestra parte más visceral, y disfrutar…
En una Hong Kong al borde del colapso, con unos maleantes sin escrúpulos que actúan a sus anchas mientras los policías son incapaces de poner freno a la situación, el inspector Tequila tomará cartas en el asunto y se involucrará personalmente para dar al traste con una peligrosa organización de tráfico de armas.