Grupo 7
Sinopsis de la película
Año 1987. La ciudad de Sevilla se prepara para acoger la Expo del 92. Ángel (Mario Casas), un joven inteligente y ambicioso, aspira a ser inspector de policía, y entró en el cuerpo intentando respetar la ley. Rafael (Antonio de la Torre), en cambio, es un policía expeditivo, contundente y arrogante. Junto con Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez) forman el Grupo 7, un conjunto de policías sin escrúpulos, dispuestos a todo con tal de lograr sus objetivos en el departamento de antidrogas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Grupo 7
- Año: 2012
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6.5
64 valoraciones en total
Un grupo de cuatro policías (conocido como Grupo 7 ) tiene como misión limpiar las calles de Sevilla de drogas y de gentes de mal vivir, en las vísperas de la Expo 92. Cada cual posee sus cosillas: uno es honesto y buen tío, otro, un tipo violento y amargado, el tercero, un salado sevillano que se las sabe todas, el último, un homófobo que se conoce bien el oficio. Entre los cuatro, merced a unos chanchullos no del todo legales, empiezan a ganarse fama política y policial, cuando empiezan a llegar los problemas…
Lo que podría ser una cosa chusca mal traída, se convierte en un intenso, entretenidísimo y bien resuelto thriller español que da el nivel necesario. Vaya si lo da. Toda la parte policial está rodada con primor (salvo un par de detalles que desvelo en el spoiler), se cuidan las subtramas, la ambientación. Las líneas de diálogo tienen mucha chispa, nunca ve uno el artificio. Incluso en las redadas más jodidas de la peli mantienen todos su salero sevillano, lo cual le da al asunto verdadera vidilla. Las escenas impactan, el argumento nunca se lía o aburre, todo es lógico y está bien traído. En definitiva: una peli de género que sobresale en el panorama español.
Pero no es oro todo lo que reluce. De los cuatros protagonistas, sólo 2 poseen realmente una fuerte interioridad. El homófobo (y fíjense que no de otro modo sé describirlo) es un personaje plano, que está ahí y ya. El casado se enamora de una puta, y ahí se acaba su arco. Casas y De la Torre sí poseen una vida interior, pero nos importa un bledo: lo hemos visto ya mil veces. Uno de ellos padece dificultades en su matrimonio, porque es policía, claro. Imma Cuesta lo hace bien, pero su personaje no va más allá de cuatro escenas y dos actitudes. El otro afronta un drama personal y amoroso que parece metido con calzador. Ni nos emocionan ni nos alteran sus desdichadas cuitas. De ninguno de los dos.
El conjunto resulta, por tanto, frustrante. Su calidad técnica y su seriedad (se toma en serio a sí misma, y le sale bien) triunfan, pero las tramas emocionales no calan en el espectador. Son banales, son estereotipos.
En fin, es de agradecer una sorpresa tan madura como ésta en el cine español, pero no se ha llegado al nivel de cintas recientes como Celda 211. Una pena. Aunque se agradece el muy buen intento. Es cine patrio más que digno.
Lo mejor: evita lo fácil, rebosa talento, y posee un tono solemne que funciona. Lo peor: la parte emocional está ya más que vista, y no emociona.
(Sigue en spoiler hablando sobre los actores y algunos hechos del guión).
[Esta crítica está escrita sin ningún tipo de acritud al ganador del Premio Fotogramas de Plata 2011 al Actor más buscado en internet]
[Sí, dan esos premios]
¡Qué original! Un argumento que narra los años previos a la Expo del 92 de Sevilla…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
La ambientación es cojonuda. Simplemente perfecta.
Ya, pero es que sale Mario Casas…
La película es española pero de las buenas…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
Los personajes secundarios están muy bien construidos…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
La historia es muy potente…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
Se palpa autentica realidad y tensión…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
¡Qué peliculón! ¡Parece por momentos hasta The Wire!…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
En España no se hace tan buen cine de género…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
No tiene nada que envidiar a Tropa de élite o Gomorra…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
Es mejor que No habrá paz para los malvados y fue la película española en los Goya, incluso por encima de la ganadora del BAFTA…
Ya, pero es que sale Mario Casas…
¡Qué buena película! ¡Para una sesión doble con Ciudad de Dios!
Ya, pero es que sale Mario Casas… y no disfrazado y en el papel de Curro, la mascota de la Expo.
Pocas veces en un país se ha dado una separación tan grande entre el público y un sector artístico: casi ninguna película española -a tenor de las cifras de la taquilla- interesa al público nacional. No nos engañemos: no se trata de internet, ni de un cambio en el modelo de negocio, ni de piratería, ni de las famosas descargas que quiere parar la ley Sinde-Wert. No. Se trata de que en 2012, aún siguen unos pocos haciendo prácticamente el mismo tipo de cine de hace dos o tres décadas, un cine que solo les interesa a ellos y sus amiguitos. Esto no es presunción, ni pedantería, señores. Es una realidad tan hiriente, tan palpable, que esta cercenando, cuando no destruyendo, la poquita industria cinematográfica española (y mejor ya no hablemos de la andaluza…). Aún recuerdo las palabras del maestro Luis García Berlanga, que decía que el cine no debería regirse por el Ministerio del Cultura, sino por el de Industria. Cuánta razón tenía, señores, cuánta razón tenía. Para que en Hollywood se hagan películas como Los Descendientes , también tienen que hacerse Resacón en Las Vegas . Y ahora que no me vengan los puristas hablando del cine necesario : señores, el cine es espectáculo, básicamente. Entretenimiento. Si luego tenemos la habilidad de lanzar un mensaje, sea de la índole que sea, pues bendito sea Dios. Pero lo primero es entretener. ¿Que no funciona esa fórmula? Pues sólo tienen que ver Avatar , por poner un ejemplo: entretenimiento puro y duro, espectacularidad a raudales… y encima mensaje ecológico, anticolonialista y antimilitarista en el mismo producto. Claro que es mucho más fácil utilizar personajes excluidos socialmente para hacer una crónica doliente de lo malo e lo injusto que es el mundo…pero lamentablemente, eso es lo que vemos a todos los días en los informativos, y lo que es peor, en la calle misma, a nuestro alrededor. Creo que eso no es lo que tiene que ofrecerle un cineasta a un espectador, sencillamente porque el que va a coger el coche, desplazarse, pagar el aparcamiento, pagar la entrada, lo que vaya a comer o beber en el cine (¿por qué nos llevamos las manos a la cabeza con comer o beber en el cine, si ya lo hacían los espectadores en las proyección de Griffith, en los albores del cine? el problema es la forma, y la educación, claro…) ya está harto de ver y oír ese mensaje. Y en el mismo tono. Hay que ofrecerle algo que no tenga, y que únicamente pueda experimentar en una sala de cine. (SIGUE EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)
Esperaba bastante de esta película ya que las críticas que había leído la catalogaban de excelente, pero, para mi, se queda lejos de esta catalogación.
La película empieza bien, con una digna secuencia de acción y exponiendo de manera clara, el modus operandi no convencional del grupo. Lamentablemente, según pasas los minutos, el guión va flojeando y mi interés en la película decayendo.
No creo que el basar la historia entorno a la Expo 92 ayude a la película, el paso de los años, mostrado en la película mediante imágenes de archivo, no queda bien retratado en la película. Existen detalles, como el cambio de casa, el niño, que indican que el tiempo pasado, podríamos añadir también aquí el cambio de actitud que experimenta el personaje de Mario Casas, pero a todas luces me parece insuficiente para justificar el transcurso de cinco años, habiendo tramas que se inician en un año y concluyen varios años después sin ninguna explicación.
Volviendo al cambio de actitud, es un cambio lógico teniendo en cuenta el entorno en el que se mueve, incluso podría pasar en apena tres o cuatro meses, sin necesidad de tirar del recurso de los años, pero que, desde mi punto de vista, la película no explica ni desarrolla en su justa medida el cambio de actitud. Esto es algo que, en general, se puede achacar a toda la película, hay muchas escenas, pero quizás faltarían más escenas de desarrollo que dotaran de una mayor consistencia al guión. Tampoco pienso que fuese necesario recrear a un villano, villano que despertaba risas en la sala cada vez que aparecía porque era innecesario en esta película(concreto un poco más en spoilers). Tampoco la película utiliza de manera óptima la diabetes de el personaje de Mario Casas.
En cuanto a los actores, Mario Casas no se encuentra del todo cómodo en las escenas de mayor crudeza, lo que resta credibilidad a lo que presenciamos. El resto del grupo cumple, destacando el rostro imperturbable de Antonio de la Torre.
La dirección llevada acabo por Alberto Rodríguez es convincente pero creo que abusa en exceso del desenfoque. También hay que destacar un par de escenas que producen vergüenza ajena en el espectador y que no deberían haber entrado en la edición final.
En conclusión, nos encontramos ante una película que por ciertos problemas de desarrollo en el guión, se queda en un quiero y no puedo.
Sin empezar a analizar los pormenores, diría que va ser una de las más taquilleras de la temporada y además se lo merece, buena película.
Entretiene de principio a fin. Logra que en casi todo el metraje no apartes la mirada de la pantalla, consigue que tu mente durante un tiempo se olvide de todo y se meta en la trama, en la vida de un grupo de policías en los suburbios de la Sevilla de los años 90.
Todas las localizaciones están excelentemente buscadas y las situaciones entre policías y malos muy bien retratadas.
A destacar las interpretaciones de dos secundarios Julián Villagrán (como yonki confidente) y Estefanía de los Santos (como Caoba la prostituta). En cuanto a los actores principales el director ha jugado a caballo ganador, Antonio de la Torre nuevamente bordando el personaje, aunque cuando hace de poli bueno y de salvador de personas descarriadas su papel baja unos puntos. Joaquín Núñez y José Manuel Poga muy buenas interpretaciones, a destacar la de este último, José Manuel Poga al que le tenían que haber involucrado más en el guion, y lo siento, haberle quitado más minutos a Mario Casas.
Sí, lo siento, a Mario Casas no le creo. Igual es muy guapo, igual es muy joven, igual es muy fuerte o igual cuando sale él en pantalla tengo que luchar contra mis pensamientos y decir que no, que no estoy viendo Los hombres de Paco . Y también quiero pensar que ha pasado un duro casting, y no le han obligado al director a incluirle en la película para garantizar la taquilla o………….. quizás sí, y lo último que espero es que no le nominen a los Goya ……….. o quizás sí.
En definitiva muy buena película.
P.D.: ¡Dios! ¿Por qué hay gente que va al cine y se tira toda la película hablando y comentándola en voz alta? Nooooooooooooooooo, !!en el cine no se habla!!