Grizzly Man
Sinopsis de la película
Entre 1990 y 2003, Timothy Treadwell, camarero, actor ocasional y ex-alcohólico, pasó catorce veranos conviviendo con los osos grizzly. Él mismo grabó con su cámara de vídeo sus estancias en Alaska y su obsesiva relación con los plantígrados (unas cien horas). Werner Herzog usó parte de este material. El último verano, uno de los osos atacó a Timothy y a su novia Annie.
Detalles de la película
- Titulo Original: Grizzly Man
- Año: 2005
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
7.2
57 valoraciones en total
Magnífico trabajo de Werner Herzog el realizado en este documental, uno de los más completos que he visto, ya que trata diversos temas, siendo el más importante, evidentemente, el análisis psicológico de Timothy Treadwell.
Lo cierto es que tras ver el material grabado por Treadwell da la impresión de que no sabía tanto sobre osos como él mismo se pensaba, ya que suele repetir la misma información continuamente, o bien añade bastante palabrería sin fondo. Eso sí, los osos grizzly eran su vida, no tanto estudiarlos como vivir con ellos, y en ese entorno fue desarrollando un narcisismo increíble, creyéndose el paladín de los osos y el único ser humano sobre la Tierra que realmente los amaba. Al basar toda su vida en eso ocurrió lo esperable: no se sentía capaz de volver a su mundo, de abandonar a los peludos animales. También es probable que la soledad hiciese mella en él, ya que en ocasiones humanizaba a los osos o los zorros, otro gran error por su parte. Todo esto fue una consecuencia de la vida como fracasado que tenía antes, que dejó atrás volcándose totalmente en el mundo de los osos grizzly, articulando toda su vida en ellos abandonando todo lo que pudo a los demás humanos.
El documental tiene un excelente trabajo de montaje entre imágenes grabadas por el propio Treadwell y el nuevo material de Herzog, que se complementan a la perfección.
En definitiva, excelente documental sobre los osos, el fracaso, la estupidez (en ocasiones hacía cosas realmente estúpidas), la pasión, el martirio, el narcisismo y la soledad.
Mitómano, narcisista histriónico, Timothy Treadwell, el protagonista del documental, no ama a esos osos, hace como que les ama, ni ama tampoco a esos zorros. Y no se acerca tanto a ellos como parece: por más contacto físico que haya entre él y esos animales, no logra conectar de verdad, los antropomorfiza, los convierte en una caricatura de seres humanos, tal como los niños hacen con las muñecas. El infantilismo del personaje es tal que, conforme avanza el metraje, comprendemos por qué al inicio le llaman retrasado mental. Todo es impostura, el tono de su voz, su pretencioso amor, sus ardientes deseos de ser alguien. Los osos son los secundarios en los dos documentales, tanto en el de Herzog como en el de Treadwell. A este último lo mismo le podía haber dado por coleccionar moscas o aprender zulú.
La manera de estar en el mundo de Timothy es artificiosa de cabo a rabo. Incluso cuando se rueda a sí mismo, parece que parodie al típico aventurero de documental. Por supuesto, Amie, su novia, no debe salir, se supone que estoy solo, la verdad importa nada, es el imperio de la apariencia, de la imagen, de una vida que se vive como si. Que es un mentiroso lo saben los que le conocieron: no nació en Australia, por mucho que practique un forzado y ridículo acento, ni probablemente quedó segundo en un cásting, tal como sospecha su propio padre. Hasta se cambia de apellido porque es más teatral. Es la tragedia del que no sabe ser auténtico, un mal cada vez más extendido en la sociedad, con el agravante que ni un estilo de vida radical y más o menos solitaria logra curar. Se podría decir que más que la novia o los osos, le acompañan las cámaras, una especie de espejo donde este narciso se mira y donde podrá exhibir su imaginada grandiosidad al mundo. Se proyecta claramente cuando llama fracasados a los cuidadores de la reserva.
La película es maravillosa para mostrar esta distorsión. Cuanto más grandioso se ve a sí mismo, más mediocre y vació le percibimos nosotros. Su excepcionalidad no tiene calidad sino cantidad. Es excesivo en todo, histriónico de manual, pero falso: una identidad falsificada, un ego enorme, pura imagen. Esta vacuidad es tan portentosa, la mediocridad del personaje tan apabullante, que es incapaz de observar a los animales con un mínimo de reflexión científica. Aunque se crea un experto en osos, en realidad no sabe nada de ellos porque no puede salir de sí mismo ni un solo momento.
Interesantísimo documental que muestra las filmaciones llevadas a cabo por Timothy Treadwell, el personaje que pasó casi 15 veranos conviviendo en Alaska con los osos grizzly hasta que un día uno de ellos simplemente se lo comió.
100 minutos, escogidos de entre más de 100 horas de filmación, en los que, junto a una narración del propio Herzog y a algunas entrevistas, se ve a Timothy comportarse como si fuese el presentador de una especie de programa sobre la vida salvaje, para luego posteriormente profundizarse en su carácter, sus reflexiones, sus multiples excentricidades, etc. Una personalidad, la suya, que le relaciona con los protagonistas de otras películas de Herzog: personas extraordinarias, a veces cercanas a la locura (como en este caso), que se sienten extraños en su propia tierra, pero que luchan con gran tesón por aquello en lo que creen.
La película, más allá de indagar en el personaje y de plantear la pregunta de si Timothy era un idealista que vivió según sus principios o un chiflado que tuvo lo que se merecía, expone ante el espectador el proceso de fabricación de un documental y por tanto de la realidad en el cine, mostrando, por ejemplo, cómo tomas que por su extravagancia nunca cabría suponer preparadas de antemano eran repetidas por él una decena de veces hasta conseguir el resultado deseado. Esto, unido a los comentarios de Herzog acerca de algunas de las escenas, y al siempre singular comportamiento de Timothy ante la cámara, hace que la película parezca navegar constantemente entre la realidad y la ficción, hasta tal punto que incluso en el momento de su estreno se planteó si no sería todo un gran montaje, un falso documental. Pues supuestamente no: Todo lo que aparece es real, incluyendo momentos tan surrealistas como ver al piloto que se encargo de las tareas de limpieza diciendo que en su opinión a Timothy no se lo habían comido antes porque los osos debían de creer que era una especie de retrasado mental.
Es interesante comparar Grizzly man con otra película reciente (y también basada en hechos reales) acerca de un joven idealista que se va a Alaska a vivir en medio de la naturaleza: Hacia rutas salvajes, de Sean Penn. Gustándome ambas bastante, la verdad es que casi no podrían ser más contrapuestas. No ya porque una sea ficción y la otra no, sino porque mientras la de Sean Penn está completamente dramatizada y sentimentalizada, Herzog mantiene siempre una distancia total con su personaje y jamás se identifica con él ni se pone de su lado (o del contrario).
Es curioso por las distintas fases emocioales que he atravesado durante el recorrido que Herzog nos hace por las estepas de Alaska.
Grizzly Man es una película-documental. Muestra la crónica de la vida y muerte de Timothy Treadwell, un ecologista entusiasta de los osos. El material principal de la película son las grabaciones de vídeo en que el propio Treadwell que se filmaba a si mismo en compañía de los grizzly durante su estancia con ellos en el Parque y Reserva Nacional Katmai en Alaska.
Habla de un hombre que detestaba su vida en un mundo convencional, y que amaba a los osos grizzly. Todos los veranos se iba a vivir junto a ellos. Era consciente del peligro, pero no actuaba basado en ello. Él mismo sabía cuál iba a ser su final, y no parecía importarle.
Prefería ver a los osos como animales mansos, como domésticos. Threadwell (el amante de los osos) tenía una visión ingenua y completamente distorsionada de lo salvaje.
Timothy Treadwell, un hombre al parecer sin oficio, tras una serie de experiencias negativas en su vida, tales como que no le contrataran para el papel de camarero en Cheers (serie de TV 1982-1993) prefiriendo en su lugar a Woody Harrelson, descubrió 13 años antes de su muerte, que su misión en la vida era defender a los osos pardos de Alaska.
Las entrevistas a los biólogos y expertos en el tema afirman que con su estancia en las praderas cada verano, Timothy Treadwell perjudicó más a los osos al transmitir la imagen de que los humanos eran inofensivos.
Lo cierto es que el protagonista de este documental tenía, claros problemas de estabilidad mental, evidentes en la cantidad de veces que le dice a todo animal te amo , que en su afán por defender a los osos pardos consiguió que de manera cruel y despiadada se lo comieran a él y a su novia.
Uno de los pilotos que participó en la misión de recogida de los restos llego a decir Yo creo que los osos no lo atacaron durante tantos años porque lo consideraban retrasado mental.
Timothy Treadwell estaba en busca de un reino que no parecia ser de este mundo, un paraíso perdido que sin embargo resulto letal cuando cree encontrarlo. Treadwell pretendió convivir con los osos, incluso fantaseaba con convertirse en oso y acabó sirviéndole de comida a uno de ellos.
Una tragedia tan brutal, sobrecogedora y espectacular que parece diseñada por un productor de Hollywood, o por el propio Treadwell, quien seguramente hubiera estado encantado con su propio final.
La película genero por venta de taquillas la cantidad de $4,0 millones, además recibió 18 nominaciones a diferentes premios, de los cuales gano doce de ellos.