Gosick (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2011). 24 episodios. Gosick toma lugar en 1924 en un pequeño país europeo llamado Sauville. Kazuya Kujo, quien es el tercer hijo de un soldado imperial, es un estudiante de intercambio de la Academia Saint Marguerite. En la academia, los cuentos de horror y las leyendas urbanas hacen parte de la moda entre los estudiantes. Allá conoce a Victorique, una misteriosa y hermosa chica que nunca va a clases y se la pasa todo el día leyendo en la biblioteca o resolviendo misterios que los detectives más hábiles no pueden resolver.
Detalles de la película
- Titulo Original: Goshikku (Gosick) (TV Series)
- Año: 2011
- Duración: 24
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Opinión de la crítica
7
50 valoraciones en total
Gosick, es un anime nuevo para este 2011, basado en una novela gráfica japonesa del mismo nombre.
Su historia se centra en un joven estudiante de intercambio japonés que llega a un país ficticio de Europa a principios de 1920, allí podrá conocer una curiosa chica experta en resolver misteriosos crimenes…
Se trata de una serie visualmente buena, con toque de época. Logra mantener la intriga en cada capítulo y sin salirse de la trama de la serie.
La forma en que van conociendose los personajes es sutil y detallada, al igual que los misterios que surgen en sus historias de crimenes, centrados en 3 personajes principales.
En definitiva un buen anime que deja de lado batallas espectaculares o sangrientas y te muestra por otro lado, una fantasía y un suspense comparable a los casos del detective Sherlock Holmes.
Muy recomendable
Gosick, Gosick, Gosick. Puede que sea el anime por el que más me ha costado organizar mis ideas para así poder plasmarlas en papel. Ésto último, por supuesto, es un decir. En ésta crítica me gustaría focalizar en esas personas que no son capaces de expresar sus sensaciones tras ver un anime más allá de un escueto me gusta o no me gusta, lo cual yo muchas veces he criticado para mis adentros, y a veces con patente severidad. Pero ver Gosick me ha hecho pensar que incluso detrás de esas pequeñas frases existe todo un bagaje personal que hace que una de éstas historias -un anime- pueda resultar del agrado de alguien o no. Juventud, cultura, episodios personales, gustos específicos… todo es significativo y así asociamos algo concreto de nuestra vida con la historia que vemos, a veces llegando a condicionar bastante nuestra propia objetividad. Por ejemplo, el observar personajes que sufran acoso escolar -tal que varios chicos de la refrescante serie Great Teacher Onizuka *-, será sumamente trascendente para algunos que hayan padecido (o estén padeciendo) tan terrible mal, mientras que a otros les aburrirá porque les hará pensar en esa gente quejica y débil de su entorno, condicionando su opinión sobre el anime. Es decir, la gran mayoría de las veces nuestras experiencias personales pueden modificar la percepción objetiva, haciéndonos focalizar ya sea en un elemento agradable o desagradable que hará que más adelante digamos que un anime nos ha gustado o no. Y luego algunos no profundizarán más allá de esa opinión.
Pero cuando se escribe sobre los animes se debe -o se debería- describirlos de la forma más justa y precisa posible y después dotarlos de contenido personal. Hasta cierto punto es una clase de aprendizaje. Para mi es estimulante y muy instructivo enfrentar mi impresión subjetiva con la evaluación más seria, hasta que ambas encuentran un punto de equilibrio. Con Gosick, no obstante, ha resultado la divertida circunstancia de que no pueden llegar a un acuerdo tácito. Tal que intentar mezclar agua con aceite.
Por un lado la primera impresión que tuve desde los primeros minutos de Gosick no hizo sino reafirmarse a medida que los capítulos se sucedían. Gosick es otro anime dirigido a gente joven y como tal presenta una historia ligera, esa clase de historia que sigue una receta previa sin arriesgar más allá, sin ofrecer nada diferente, sin siquiera sofisticarse en algún elemento concreto. Lo que ves es lo que hay, no hay que buscar una segunda lectura. Por otro lado el relato que cuenta podría incluso calificarse de confuso, ya que no hay estructura narrativa propiamente dicha. Los personajes principales viven diversas situaciones detectivescas que les unen como compañeros y cómplices, pero lejos de tratarse de misterios individuales y aislados como ocurre en los libros de Agatha Christie y Arthur Conan Doyle, Gosick insiste en aunar cada misterio y resolución del mismo en una cadena de sucesos a gran escala que evidentemente se idearon pretendiendo aportar al argumento una profundidad que no tiene. Un anime que nada en la sencillez (que nadie entienda ésto como algo malo, la sencillez puede ser mimada y pulida hasta alcanzar la sublimación) no puede aspirar a dotar a su argumento con características densas de seinen salvo que tenga una trama muy bien trabajada, y ese no es el caso de Gosick. Hablamos de dos colegiales, dos personas muy jóvenes e inexpertas que mientras resuelven crímenes tanto actuales como antiguos, por circunstancias no del todo ajenas a ellos se ven cada vez más involucrados en una conjura política para ¿desentrañar el misterio de la reina asesinada diez años atrás? ¿salvar al país de las ínfulas de poder de un hombre malvado obsesionado con el ocultismo? Sí y no. Gosick introduce en su argumento tantas, tantísimas mini-historias sin que haya realmente un nexo de unión claro entre ellas que cuesta entender qué era lo que realmente quería contar, si es que alguna vez lo hubo.
Coronado todo ésto por un último capítulo con aire de OVA, que si bien posee un ritmo poderoso e incansable, en sí mismo es toda una historia -aparte- concentrada en veinticuatro minutos. Tiene a su favor que cierra todos los cabos sueltos pero lo hace de una forma abrupta y con muy poco tacto por las normas narrativas de Inicio, Desarrollo y Desenlace, tal que un padre que en un golpe de cansancio salta a la última página del cuento para poder decir y… FIN. Estructuralmente hablando Gosick es una obra endeble, y es endeble porque al introducir incontables elementos (de ciencia, magia, ocultismo, alquimia, ilusionismo, historia, política…) jugando a ser distintos tipos de animes a la vez se pierde a sí mismo, incapaz de sostener un equilibrio narrativo. En definitiva, parece que ni el propio anime supiera qué quería expresar con su ¿historia? más allá de un bonito romance entre dos personas, cada una a su manera, aisladas de su entorno que sueñan con tener una vida juntos.
Ésta es mi opinión objetiva de Gosick. Hablemos ahora de mis impresiones personales.
Como he dicho Gosick me parece una obra torpe, pero hasta cierto punto esa torpeza me ha caído simpática porque si bien el anime peca de aspirar a más de lo que está capacitado para ofrecer, su esfuerzo ha despertado en mi sentimientos tiernos. Algo parecido me ocurrió con Fate: Stay Night. Por otro lado si hay algo que Gosick tiene a su favor es el detallismo. El detalle -en los antiguos edificios y lugares que visitan nuestros personajes, en los objetos y utensilios, en la textura y acabado de los trajes- es rico y muy variado, y me hace pensar que los artífices de Gosick realmente sentían pasión por el arte y la cultura de aquella preciosa época, tristemente muy dejada de lado en la Historia dada la enorme y destructiva trascendencia que tuvo La Segunda Guerra Mundial (el anime se desarrolla en 1924 cuando Europa se había recuperado de la Primera, entonces solo conocida como La Gran Guerra).
(Sigue en spoiler)