God Help the Girl
Sinopsis de la película
Eve, una joven de Glasgow internada en un hospital, escribe canciones para superar los problemas emocionales que la han llevado hasta allí. Un día conoce a James y a Cassie, dos músicos que, al igual que ella, se encuentran en plena encrucijada vital. Musical escrito y dirigido por Stuart Murdoch, el vocalista del grupo Belle & Sebastian.
Detalles de la película
- Titulo Original: God Help the Girl
- Año: 2014
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
5.8
91 valoraciones en total
Los demonios de la cabeza no respetan las horas de sueño. Los problemas se propagan aprovechando el silencio antes de dormir. No hay obstáculos para la culpa. No hay lugar donde ocultar la frustración. Afortunadamente, existe algún método para tranquilizarse hasta que llegue Morfeo. Algunos rezan e intentan escuchar la voz de Dios. Otros, se refugian en el espacio radioeléctrico. Eve sintoniza todas las noches su programa musical favorito, el santuario perfecto en el que consigue evadirse, donde no hay lugar para las interferencias.
Eve está lejos de su casa, sin perspectivas y sin una idea clara de cómo salir de la oscuridad donde se adentró hace tiempo. Su determinación por salir adelante contrasta con su poca autoestima. Un problema que James tratará de solucionar desde que se conocen. Eve es especial, y tiene un don para componer canciones. Pero ella no es capaz de verlo hasta que James la anima a formar una banda de pop junto a otra chica llamada Cassie.
‘God help the girl’ es una joya audiovisual que ningún friki de los musicales debe perderse. Para esos otros espectadores que no se acaban de encontrar cómodos con este género, puede ser una grata sorpresa. La trama se enreda con las piezas musicales de una forma tan natural que ninguna canción parece inoportuna. Ello se debe en gran parte a que la película ha sido creada para las canciones, y no las canciones para la película. Las letras sostienen toda la carga emocional, y hacen avanzar la historia convirtiendo cada pieza en un elemento imprescindible.
Stuart Murdoch, quien lleva toda su vida dedicada a la banda de indie escocés ‘Belle and Sebastian’, se atreve a escribir y dirigir su primera película. Una obra musical que, ensegún él, surgió a través de la necesidad de agrupar una serie de canciones que había visionado claramente para un proyecto cinematográfico. Y después de diez años dándole vueltas, por fin ha podido materializarlo.
Stuart Murdoch ha reconocido que el buen resultado de ‘God help the girl’ se debe en gran parte al equipo de buenos profesionales con el que ha contado. Entre ellos se encuentra, por ejemplo, Barry Mendel, el productor de las películas de Wes Anderson ‘The Royal Tenenbaums’ y ‘Academia Rushmore’. Y su influencia se nota en la estética envolvente y mágica. La voz de la protagonista, Emily Browning, es un descubrimiento. Su estilo delicado contrasta con la dureza y la desesperación de algunas canciones. Quizás sea este el encanto de ‘God help the girl’, un cuchillo azucarado que se hunde en la garganta, para extirpar la realidad más dolorosa.
lauracarneros.wordpress.com
Lo que nosotros llamamos ahora depresión, los antiguos lo denominaban melancolía y la asociaban a la creatividad. En ocasiones es un estado muy dulce y resulta fácil dejarse llevar, deslizarse hacia la ataraxia para precipitarse en el pozo sin fondo de la inacción. El no saber gestionar los talentos propios, pensar que se van a malograr, conduce a la inseguridad. El paso siguiente es la depresión. Y es una situación que se plantea muy a menudo en el tránsito a la edad adulta, sobre todo en personas sensibles e inteligentes (tengo para mí que los imbéciles son inasequibles a la depresión). Esa es la situación en la que se encuentra la protagonista.
En lo que dura un verano (a esa edad siempre hay un verano determinante), Eve llega a creer que puede resolver su conflicto con la ayuda de sus amigos, con los que monta un grupo, hasta que cae en la cuenta de que él es un iluminado que cree que se puede alcanzar lo que se desea sin tomar ninguna iniciativa y que ella no pasa de ser una diletante. Eve llega a la conclusión de que por esa vía nunca llegará al pleno dominio de su talento. Son muy majos, se lo han pasado muy bien y se tienen cariño, pero no dejan de ser lastre. Se impone una solución drástica.
No me parece que la historia sea dulce o naive. La visión que se da del final de la adolescencia tiene muy poco que ver con la habitual, más ligada a los procesos hormonales. Me llama mucho la atención la independencia de los protagonistas. Las familias no aparecen por ningún sitio. La única figura de autoridad es la psiquiatra, que acaba jugando un papel determinante.
Por lo demás, las canciones son muy bonitas, sin ser particularmente memorables, las coreografías no pasan de apañadas (otra vez los bailarines sin pies), está plagada de guiños y referencias (me he reido mucho con la aparición de una novicia exclaustrada con una guitarra en una mano y una maleta en la otra en una secuencia de ¡Qué noche la de aquel día! ) y hay sonoridades que evocan los tiempos más brillantes del pop. La prota demuestra que una little voice es suficiente para salir más que airosa y, además, se da un aire a Anna Karina. Un encanto.
Y como dijo Paul Weller: Im only sad in a natural way / And I enjoy sometimes feeling this way .
Podría haber sido mejor . Una de las frases más tristes que puede pronunciar un espectador tras ver una película como God help the girl, un musical que prometía ser algo más que una historia naíf sujeta débilmente por varios videoclips que se convierten en alambres que se tuercen y que no termina levantando un ejercicio artístico que brille lo suficiente como para embelesar al que firma este comentario.
El director Stuart Murdoch, miembro del grupo indie pop Belle and Sebastian, debuta en los largometrajes más allá de las bandas sonoras con esta cinta que se antoja que podría haber funcionado mejor con menos duración, un mejor desenlace, un desarrollo más logrado de los personajes y unos números musicales que hicieran evolucionar la película (algunos lo consiguen, muchos no). Pese a que su opera prima arranca bien, pronto empieza a calarse y parece que su metraje no llega a buen puerto, mientras se la adorna de un aire hipster que más que a otras películas del estilo, nos recuerda más bien a los discos que pululan por las secciones musicales.
Emily Browning encabeza el reparto de God help the girl encarnando a la frágil Eve, una adolescente internada en una clínica por sus problemas con la anorexia, y que intenta comenzar una nueva vida mientras sigue su sueño de cantar. Browning cumple, sobre todo en el apartado musical, donde ya había destacado con otras películas. Pese a ello, la confusión del personaje interpretado por la Violet Boudelaire de Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket (Brad Silberling, 2004) llega a frustrar a un espectador que deseaba que Eve no diese tanto bandazos, se mostrase a veces como una hipócrita (ese elijo al idiota en vez de al buen tipo, pero seguiré aprovechándome del pagafantas de turno ) y finalmente dé pie a un desenlace brusco donde parece que renuncia a los sueños con tal de vivir sin ellos. Así es el personaje, así pueden llegar a ser los adolescentes y así es la película: un musical que lucha por definirse y que no lo consigue.
El otro papel que gira en torno a ella, James, parece no poder moverse más allá de esta chica, a la que simplemente acompaña sin nunca poder ser otra cosa, aunque el actor Olly Alexander (el vampiro Fenton en Penny Dreadful) no lo haga mal, es que no puede obrar milagros y añadir cosas a una función devorada por Eve y sus problemas, aderezados todos ellos con números musicales a veces mejor o peor conseguidos. Estas dolencias en el desarrollo los sufre también Cassie, una Hannah Murray que permanece en un limbo durante toda la obra aunque parezca que sea la chica que quiere aprender a ser ella misma, pero está tan mal enfocada en el guion, que esto se resume en una breve escena donde sacrifica su gusto por David Bowie a favor de un grupo musical pop demasiado luminoso. Cada uno con sus gustos, yo no opinaré aquí (bueno sí, Bowie siempre es mejor. Fin).
God help the girl es acompañada por una estética puramente moderna en el sentido de hipster tal y como se entiende hoy (basta ver que a los figurantes se les denomina como hipsters en los créditos). Desde los degradados que recuerdan a Instagram, hasta los suéteres que harían las delicias de nuestros abuelos o las gafas de pasta que convierten los ojos en ventanas ciclópeas, todo acaba resultando ser un acabado que solo sirve para convertir la película en un himno de ese nuevo público hipster que esperaba su propio himno con forma de musical del que poder decir yo lo vi antes de que fuera famoso .
Dejando los chistes fáciles, podemos ver todo esto con el tráiler de la película que promete un musical pop para todos , pero me temo que no es así, al menos no lo es para un servidor. God help the girl podría haber sido mejor, pero se queda como un musical para ver algún día si no se quiere otra cosa, especialmente por un público deseoso de encontrar un film con la estética y la música que solo se encuentran en otros medios. Sin embargo, muchos no somos parte de ese público.
¡Qué ganas de bailar! No me pasaba esto desde… la semana pasada cuando vi por primera vez en pantalla grande y en versión original Singin in the rain (un auténtico lujo). Y eso que yo no soy fan de los musicales. Pero God help the girl se añade desde hoy a mi lista, junto a Cabaret y la antes mencionada.
Definitivamente indie, para algunos probablemente demasiado, se la podría acusar de ser un videoclip largo de Belle & Sebastian… Y no se andaría muy lejos de la realidad. Pero es que los vídeos de este grupo (y su música) ya de por sí son una auténtica gozada. Y claro, esta película está dirigida por Stuart Murdoch, el líder de esa banda, y sorprendentemente, ésta es su primera película como director. Y digo sorprendentemente porque ya quisieran muchos que llevan años dirigiendo ser capaces de crear una historia tan fresca, tan bien narrada y tan consecuente con sus intenciones. ¿Que es muy simple en su desarrollo? Puede. ¿Que es demasiado gafapasta y postadolescente? Quizá. ¿Pero acaso no es esa la intención de su autor? ¿Y no te entran unos deseos irrefrenables de volver a ser joven como los protagonistas, de tener su talento y sus ganas de vivir y, sobre todo, de estar bailando en ese hall pueblerino y cincuentañero con esos tupés y esas faldas de vuelo? Si no te ha ocurrido, está claro, no eres indie ni gafapasta ni te gusta bailar…
¿Y de sus valores cinematográficos? Podemos hablar de una línea argumental clara con unos temas musicales estupendos (no veo el momento de tener la banda sonora) que se introducen de manera natural en el argumento y que no aburren (como en otras películas del género). Su puesta en escena es sencilla y visualmente dinámica. ¿Preciosista? Sí, claro, estoy seguro de que Glasgow no tiene ese encanto tan naif, pero tampoco Hollywood es como en Cantando bajo la lluvia ni la prostitución en el Berlín previo a la guerra mundial era como la pintaron en Cabaret … Los rostros de los actores llenan la pantalla, los labios y los pómulos de la protagonista (Bette Davis hubiera matado por ellos, como ya lo dijo de Katharine Hepburn) Emily Browning, la naturalidad pasmosa (y pasmada) de Hannah Murray (la misma que ya ha usado en Skins y Juego de tronos ), y los ojos tras las gafas de pasta de Olly Alexander.
Y si aún no os parece que la peli pueda ser suficientemente interesante, aún hay más: bulimia, depresión, amores no correspondidos o sí, amistad, ansias musicales, curanderos, los inicios de unos grandes músicos en ciernes, coreografías naturistas, estética retro-indie, sueños y muchas ganas de tirar palante… Todo ellos acompañado por una banda sonora nada desdeñable, interpretada por sus actores (¡menuda voz la de Emily Browning! hay que quitarse la bisera indie)… Parece que el grupo God help the girl, ya existía antes de la película, pero su música ha sido regrabada para este proyecto. ¿Qué más? Si quieres revivir el entusiasmo de un verano en el que la vida comenzó para ti, esta es tu peli…
Y si quieres la crítica completa con enlaces y fotos, vete a mi blog: http://www.robmadrugada.esy.es/god-help-the-girl/
Probablemente lo que venga primero a la cabeza de God Help the Girl es parece todo una forzada actuación.
Todo apariencia, nada de fondo, una serie de números musicales cuidadosamente coreografiados más dignos de un videoclip.
Y, por ir a lo fácil, sí, algo hipster, algo de postureo, nada realmente verdadero.
Pero es a mitad de su camino cuando God Help the Girl opta por contar algo, antes solo está preparando el terreno para quien lo quiera disfrutar.
Eve, una chica de Glasgow, está internada en un centro, cuidada de su anorexia, medicada y completamente inútil a ojos del mundo, e incluso empieza a estarlo a sus propios ojos. Para combatir esa rutina solo encadena una serie de fugas sin sentido, que la hunden aún más en un pozo que empieza a gustarle, de donde solo sale gracias a las letras de sus canciones.
A su vez, James es un socorrista que encadena frustradas actuaciones musicales, y vive de un trabajo alimenticio cuando querría estar tocando sin descanso sobre un escenario. Continua negándose a si mismo, solo para poder seguir tirando.
Dos personas, en busca de su supuesta gran oportunidad, sin realmente buscarla, porque hace mucho que las ganas escaparon de ellos.
Su encuentro es una de esas cosas casuales y estúpidas que pasan.
Simplemente dos personas, tres contando a Cassie, una niña rica sin claro objetivo y función, comprendiéndose por fin. Encontrando, de la marea de gente, una razón por la que levantarse, por la que quedarse un poco más, por la que apoyarse y seguir adelante, sabiendo que más que nunca el mundo está a sus pies.
Porque a veces sucede que te encuentras personas que van en tu misma dirección, esa en la que tu creías que nadabas a contracorriente, y de repente todo es más fácil. Ya no eres solo tú, eres una bomba de relojería conjunta que va a despertar a un mundo que creía poder librarse de ti.
Y, sin embargo, ese magnífico estado de grandeza no dura.
Tarde o temprano, siempre esperamos que sea más tarde, la responsabilidad y la maldita realidad llaman a la puerta. Los dejas pasar, creyendo que puedes ahuyentarlos con todo, y te das cuenta de que se quedan ahí, y empiezas a querer complacerles.
El sueño se rompe. El telón se cierra. Y no sabías que hubiera nada que terminar hasta entonces.
A través de canciones, momentos y un verano que parecía infinito, God Help the Girl habla de algo muy difícil de explicar, ese sentimiento de que las cosas deben acabar y tú quieres que no, hasta que sencillamente sabes que sí.
Es entonces cuando te das cuenta de que ese ensayo del ensayo, ese principio de todo, era en realidad algo en si mismo, nunca una parte. Y lo guardas, lo atesoras en tu alma porque sabes que no volverá.
No volverá aquel/la maravilloso/a primavera/verano/otoño/invierno en el que todo pareció encajar y de repente de diste cuenta de que la vida era eso. Por eso lo guardas, por si se te olvida.