Fuego de juventud
Sinopsis de la película
Mi Taylor (Mickey Rooney), aventurero y oportunista, llega por azar a la casa de una apacible familia inglesa y comienza a trabajar allí. Velvet (Liz Taylor), la hija menor de los Brown, que siente una pasión incontrolable por los caballos, gana un hermoso ejemplar jugando a la lotería. Entonces Taylor la convence para llevar el caballo al Grand National, la carrera más importante de Inglaterra.
Detalles de la película
- Titulo Original: National Velvet
- Año: 1944
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
Película
6
68 valoraciones en total
Emotiva historia de una chica apasionada por un caballo, en un pequeño pueblo inglés. El caballo deberá prepararse para correr un gran premio en el hipódromo. La amazona será la misma dueña del caballo -Elizabeth Taylor, muy joven en aquélla época- Su joven amigo, quien promueve la carrera, deberá sortear algunos obstáculos en Londres, la capital inglesa -vivillos que pretenden quedarse con su dinero, por ejemplo-. Tampoco será nada fácil la carrera para la protagonista y su mascota. La película podrá quizá resultar algo ingenua para algunos, es ciertamente una expresión del cine un tanto edulcorado de aquellos tiempos, pero en conjunto resulta agradable, emotivo, y deja un recuerdo amable. 8 puntos.
Aunque hasta ahora, Velvet Brown, ha sido una chica del común que hace parte de una modesta familia de la Inglaterra del 20-20 (Siglo XX – 1920), entre sus genes posee el impulso del Reto en Grande, heredado de su madre quien, años atrás, cruzó a nado el canal de la mancha… un secreto que, con modestia, se guarda en familia. Pero, no es la natación sino la pasión por los caballos lo que bulle en la sangre de aquella muchacha, quien todavía asiste a la escuela mientras empieza a fantasear con su participación en el Grand National Steeplechase.
Y como es regla de la vida que, lo que deseas fervientemente es muy probable que se realice, el universo comienza a reencajarse para que las condiciones se vayan dando… hasta que, llega el día en que, Velvet, estará montada sobre un imponente animal con grandes aptitudes para la competencia ecuestre.
De esta manera, se va abriendo un precioso sendero que da cuenta precisa de la manera como funcionan las leyes existenciales y del papel que, una familia comprometida y respetable, puede jugar en el progreso de los hijos. En este nivel, el filme es ejemplar y se convierte en una imperecedera historia que debería ser puesta al alcance de todos los chicos del mundo… ¡y, por supuesto, de los adultos!
Se parte de la novela National Velvet que, la inglesa Enid Bagnold (1889-1981), publicara en 1935 y con la cual se hizo mundialmente famosa. La adaptación, bastante cercana a la novela en sus líneas generales y en sus magníficos diálogos, fue puesta en manos de Theodore Reeves y Helen Deutsch, y el resultado es una historia tremendamente divertida, colmada de encanto y memorable plano por plano.
Clarence Brown, el director, demuestra de nuevo su capacidad para lograr películas muy bellas visualmente (Anna Karenina, The Rains Came, The Yearling…) y en todo lo formal, FUEGO DE JUVENTUD es cine hollywoodense por excelencia. Han pasado más de 70 años desde que el filme se realizara, y aún se preserva auténtico, fresco y trascendental.
Necesario reconocimiento al valiosísimo rol que, la autora de la novela (también recordada por El Jardín de Tiza), da aquí a las mujeres, mostrándolas no sólo en su capacidad de tener una autoridad legítima, validada por su sensatez y generosidad, sino que las muestra también en su comprobable capacidad para asumir grandes retos en actividades que, se presumía, eran sólo aptas para hombres. Y todo es expuesto con mesura y con el máximo respeto, porque no se trata de superar al hombre sino de lograr verlo de tú a tú.
La historia, en pleno, es una magnífica clase de sentido común, tolerancia y calor de hogar, y en cada diálogo el entendimiento humano luce con el más alto brillo. Es muy fácil amar a sus personajes: Desde ese alocado Donald (Jackie Jenkins), el pequeño hombrecito de la familia, pasando por ese buenazo del sr. Brown (Donald Crisp) que atina más con la carne que con sus decisiones. Ni qué decir de esa sra. Brown (Anne Revere, merecidamente galardonada con el premio Oscar), la suerte de mujer que se merecería todo buen hombre. ¿Y qué tal, Mi Taylor (Mickey Rooney), el joven jinete con un difícil pasado, que lucha por redimirse al lado de la incontenible Velvet Brown (Elizabeth Taylor), la aguerrida muchacha que, desde muy temprana edad, ha sabido distinguir lo que desea en la vida… ¡y ese es un enorme privilegio!
Sin reproche alguno, FUEGO DE JUVENTUD, es de esas películas que se quedan en nuestro recuerdo para siempre, y ya lo he comprobado, siempre se ve con enorme satisfacción.
Cine familiar para disfrute de los más pequeños que se presenta con apariencia dulce, con vocación didáctica y con talante emotivo.
Desde el punto de vista cinematográfico ofrece una notable solidez formal, un guión compacto, un impecable sentido del ritmo, una excelente ambientación, una estructura lógica y continuos detalles que denotan la gran labor de dirección de C. Brown.
La interpretación alcanza momentos extraordinarios y no sólo en lo que se refiere a M. Rooney o a la niña E. Taylor. Memorable resulta la participación de D. Crisp y de A. Revere.
Película lúcida, consecuente, muy bien construida.
Y sin complejos por dirigirse a un público infantil.
Producido por el gran Pandro S. Berman para la MGM, este es un gran clásico del cine familiar de toda la vida. El tono amable y los buenos sentimientos componen la salsa principal de esta historia en torno a una obsesiva pasión por el mundo de los caballos y por competir en la mayor y más complicada carrera de obstáculos del mundo: el gran National. Es también la historia de una redención, a través del personaje de Mi Taylor y el relato de una deliciosa peripecia familiar.
Todo fluye con soltura en esta producción. Clarence Brown sabe reflexionar y plasmar con creíble naturalidad el encanto de la vida familiar y de las pequeñas comunidades, consiguiendo vívidos retratos de sus personajes con unas pocas pinceladas. La película cuenta, además, con un magnifico uso de los exteriores, realzado por un apastelado Technicolor -especialmente en las escenas ecuestres- y con un excelente trabajo de la pareja protagonista –Mickey Rooney y, sobre todo, una jovencísima y transida Elisabeth Taylor-.
A estos les acompaña un plantel de soberbios secundarios, en el que destacan la pareja de actores que interpretan a sus padres -Donald Crisp y Anne Revere- junto a una crecidita adolescente -Angela Landsbury- como hermana mayor de la protagonista, lo que contribuye a la gran calidad del film. A destacar también toda la parte final de la película, en torno a la carrera, verdaderamente modélica y ejemplo de capacidad narrativa del Hollywood clásico en las manos de un gran director como Clarence Brown.
Emocionante clásico.
Interesante de ver. Una historia que quizás conmueve, al menos lo hizo en su día, ya que con los casi 3 millones de presupuesto (algo muy elevado en su día) consiguió recaudar 5 millones. Ya fue todo un reto, porque las películas de gran presupuesto, algunas pinchaban aún teniendo una buena recaudación.
Como decía, lo interesante es ver a los actores y sobre todo actrices de esta película. Para empezar vemos a una niña de 12 años, que es Elizabeth Taylor. Ya en la película Alma rebelde que sale brevemente, se la notaba que esa niña sería algo grande. Y por fin le dan un papel protagonista, que aunque no recibió ningún premio seguro que le sirvió de trampolín.
También vemos a una jovencita de 19 años, Angela Lansbury, que hace un papel muy corto, y es que, físicamente no está muy agraciada, pero tiene otras cualidades que seguro le hicieron tener este papel que aunque corto, da las delicias a los amantes del cine, para ver a una niña, que siempre la recordamos de mujer mayor en la serie Se ha escrito un crimen .
Y para acabar, a Mickey Rooney, que con su estatura, siempre parece muy joven, aunque ya tenía 24 años.
Está bien rodada, sobre todo los momentos de más acción con el caballo. Encima en color, para deleitarnos más aún. Pocas películas se hacían aún en color.
Quizás, vista ahora, con mis ojos de adulto, no me gusta ver animales forzados a trabajar, ya que un caballo, aunque estemos acostumbrados a verlos por todos lados, ahora no entiendo porque tienen que soportar un peso de más sobre su costado y hacer lo que el jinete quiera…