Fuego
Sinopsis de la película
Carlos es policía. Un día, una bomba colocada en su coche mata a su mujer y deja sin piernas a su hija de 10 años. Él resulta ileso. Once años más tarde vive en otra ciudad, Barcelona, y parece una persona distinta, trabaja en una importante empresa de seguridad. Su hija parece haber superado aquel duro trauma, aunque las secuelas físicas sean imborrables. Carlos, en cambio, a pesar de los años de severo tratamiento psicológico, no lo ha superado. En su alma solo hay cabida para un sentimiento, el odio, y un único objetivo: la venganza.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fuego
- Año: 2014
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
5.1
25 valoraciones en total
Cuando ya muchos hablan del principio del fin del conflicto vasco, el director bilbaíno Luís Marías nos trae una historia donde el odio y la venganza planean durante los noventa minutos de película.
La vida de Carlos, policía en el País Vasco, da un giro de 180 grados el día que ETA coloca una bomba en su coche, acaba con la vida de su mujer y deja a su hija sin piernas. Una década más tarde, parece que su día a día vuelve a la normalidad, decide abandonar Euskadi para asentarse en Barcelona, donde monta una próspera empresa de seguridad.
Sin embargo, pronto vemos que el paso del tiempo no ha conseguido curar las heridas ni mitigar el sufrimiento. Su hija Alba, interpretada por Aida Folch, se ha encerrado en sí misma y ha cortado toda comunicación con el mundo exterior, trabajando como diseñadora desde casa, afrontando cada jornada como una condena. Carlos, tras años de terapia, solo ha podido avanzar movido por el odio y el ansia de venganza, buscando hacer sentir en las carnes de sus verdugos el dolor que él ha sentido desde que su coche saltase por los aires. El ojo por ojo se convierte en su máxima, para lo que se traslada a un pequeño pueblo de Euskadi donde intentará ganarse la confianza de la mujer y el hijo del asesino de su esposa.
A pesar de lo sugerente de la idea con la que se trabaja, Luís Marías nos ofrece un film que en ningún momento nos hace apreciar a sus personajes. Sus protagonistas, José Coronado y Leyre Berrocal no consiguen acercar a los espectadores ese mundo interno tan complejo o generar empatía. La película avanza con un ritmo demasiado lento hacia un final predecible desde el primer minuto, con un intenso toque moralizante, el conocido lugar común sobre la venganza que genera más odio y que convierte a cualquiera en una especie de monstruo sin sentimientos.
Una música burda en su intención intenta guiar y enfatizar lo que debe sentir el espectador, pero ni por esas. La historia de Alba y su cuidador pretende tener un cierto tono humorístico, pero resulta forzado y sin gancho, igual que el reencuentro entre Carlos y su antigua amante.
El momento culmen de la película acaba convirtiéndose en un final con un toque de violencia que lo único que acaba generando es poco más que grima, para dejarnos claro las nefastas consecuencias de afrontar los golpes y el dolor intentando devolver cada segundo de sufrimiento a los responsables de esa situación.
Crítica realizada para http://www.drugstoremag.es
Dramática más que de acción, no bebe de las películas convencionales sobre el tema, no hay acción, sólo drama, drama sobre una acción que cambia la vida. Odio y rencor instalados en personas que nunca podrán superar ni perdonar lo sucedido. Visión de los dos mundos, vistos desde dos ópticas, las que quieren olvidar y reconocen el error, y los que no quieren o pueden olvidar, aunque fuese la historia distinta y se presentasen oportunidades que pudieran cambiar el final. Creo que hay un personaje que no acaba de convencerme, y la situación cambiaría. No es el mejor papel de Coronado, pero sí me gusta mucho el papel del hijo Aritz, creo que es.
Película sobre odio, rencor y perdón.
El tema tratado, lógicamente, suscita muchos comentarios y opiniones, pero otra cosa es la película. La película tiene unos personajes con historias duras en un entorno muy complicado.
Lo bueno es que está bien interpretada y se entienden los comportamientos según se suceden los hechos. Es la historia de un policía que interpreta Coronado y una mujer del entorno abertzale que interpreta Leyre Berrocal. La historia es así y ya está. Es muy importante la interpretación de Leyre Berrocal, clave, por verla a ella vale la pena la película, las diferentes fases en las que va entrando y en otras, en las que va saliendo con la familia de su marido.
Creo que era una película difícil, con temas muy delicados incluyendo el de la hija del policía, y que en general sale al paso muy dignamente.
Tras una breve y fugaz introducción, la película se sitúa en un tiempo actual. Un contexto en el que los atentados de ETA han quedado atrás, aunque no así el dolor de sus víctimas. Creo que es de las primeras películas rodadas sobre este tema cuya acción se desarrolla en un momento posterior a la retirada de las armas por parte de la organización terrorista. En este sentido, me pareció bastante interesante, tanto el espacio temporal, como el social, en el que se nos cuenta la historia.
¡Menudo engrudo de película, indigna de tal nombre! Qué pena malgastar el terrorismo como telón de fondo y andamiaje argumental de un proyecto tan grosero y canalla que mancha la memoria de las víctimas sin conseguir entretener, sino a lo sumo producir pena y rabia, porque se acomete un expolio artero del sufrimiento ajeno sin alcanzar nada más que la perplejidad alucinada del espectador. Parece más bien la calentura fantasiosa de un abertzale metido a supuesto cineasta que no un relato exigente con un mínimo de coherencia y verosimilitud. Pero ni como provocación sirve de lo mal que está un guión exangüe, con mucha carnaza y tópicos, con presuntos personajes abocetados con brocha gorda y unos quiebros narrativos que producirían hilaridad de no tomarse tan en serio.
El punto de partida – aunque forzado – podría tener un pase y ofrecer posibilidades como exploración del tremendismo patrio o servir al menos de mero entretenimiento escapista. Se trata de la venganza largamente planificada de una víctima de un atentado terrorista, pero no sobre el asesino que le puso la bomba, sino sobre la familia inmediata del etarra que trató de asesinarle y se llevó por delante la vida de su mujer y mutiló a su hija. Es el relato de lo que nunca ha ocurrido pero muchos pensaban (o deseaban) que ocurriese: que a las fuerzas de seguridad (policía, ejército, guardia civil) se les fuera la pinza y acometieran una sangrienta vendetta que confirmara las peores infamias de sus verdugos: que son unas bestias sin escrúpulos, ni conciencia, ni atisbos de humanidad. Pero el hecho es que eso nunca ocurrió y el guión naufraga, incapaz de darle ni un mínimo barniz de verosimilitud a tan arriesgada propuesta.
Porque lo realmente imperdonable de este aborto es que contiene una descripción de personajes de cartón piedra del todo absurdos por forzados, planos y monolíticos, que además regurgitan unos diálogos penosos que desacreditan cualquier intento por tomarse en serio esta fallida trama. Hasta un ‘Yo Tarzán’ ‘Tú Jane’ están mejor resueltos y resultan más enjundiosos que esta ultrajante amalgama de chabacanería y zafiedad. Sólo hay un personaje simpático (un mayordomo polaco) pero es muy pobre bagaje para tanto alboroto y estruendo malogrado.
Los actores no aportan nada relevante y se contagian de una desgana y apatía que se transmite al sufrido espectador. Sorprende que con tan débiles mimbres esta cinta haya conseguido financiación alguna. Totalmente prescindible.