Freud (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2020). 8 episodios. Un joven Sigmund Freud resuelve desapariciones y asesinatos en la Viena de finales del siglo XIX, donde él y una médium se ven inmersos en una peligrosa conspiración.
Detalles de la película
- Titulo Original: Freud
- Año: 2020
- Duración: 45
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Opinión de la crítica
Película
4.9
52 valoraciones en total
Quizás me adelante en mi comentario y en mi nota a esta miniserie pues de los 8 capítulos he visto cinco y si bien es cierto que es una ficción absoluta y poco tiene que ver con la biografía del controvertido padre del psicoanálisis, en cualquier caso la trama y los distintos personajes entretienen y enganchan, que es lo que hace falta en estos momentos de encierro obligatorio.
Cada capítulo bajo el título de uno de los paradigmas que definió Freud, intenta de alguna manera introducirnos en un thriller encadenado dónde el que no se atisbe adónde va parar la cosa, precisamente resulta su mayor atractivo junto con unos bien definidos personajes bastante atormentados por sus neurosis (el propio Freud, el inspector de policía y la medium) y otros menos (los condes húngaros, el subalterno del inspector, el Director del manicomio, etc) todo ello aderezado con retazos históricos del entramado Imperio Austrohúngaro medio qués y una puesta en escena bien ambientada de la Viena en la que vivió Freud sus años mozos entre la coca y su come cocos particular.
Veo la serie y me engancha, me gusta, veo las críticas profesionales y por último, no me puedo creer la nota de FA: 4,6 sobre 204 votos y me digo: pobrecillos, no han entendido la serie. Pues requiere de curiosidad por la sociología, estrategias políticas en tiempos de guerra, medicina, psicología, historia y oscurantismo. Veo el catálogo de Netflix, veo la serie y me digo, a ver que tal, al principio dudo, porque la serie es confusa y oscura pero me atrapa, me engancha su trama, los personajes, la ambientación y después de 5 horas me doy cuenta de varias cosas. La trama sobre la podrida sociedad alemana burguesa llena de oscurantismo, la complejidad psicológica, demencias y obsesiones de los personajes, los desenlaces a estas situaciones y los constantes datos de Historia sobre el Imperio austrohúngaro y la política belicista de la época. Me recuerda a una mezcla de True detective Y House Me. D. Basado en este periodo tan oscuro de la sociedad Alemana, y esto son… Palabras mayores.
Sigmund Freud vivió desde los tres años en Viena. Sólo abandonó la ciudad en 1938, tras la anexión de Austria por parte del régimen nazi. Su doble condición de judío y fundador de la escuela psicoanalítica ponían su vida en serio peligro. La capital imperial es el escenario en que se desarrolla la ficción ‘Freud’, miniserie de ocho capitulos producida por Netflix. Finales del siglo XIX, Freud (Robert Finster) es un joven médico en los albores de unas investigaciones controvertidas, que le asegurarían un lugar en la historia del pensamiento humano.
Casi sin querer, se verá atrapado en una espinosa conspiración. Un inspector de policía (Georg Friedrich) y una medium (Ella Rumpf) serán sus compañeros de viaje. La serie despliega una estética reiterativa y hueca, para dar forma a un thriller psicológico con apuntes de terror. Una mezcolanza de géneros nacida a partir de la anarquía en que se desenvuelve un guión confuso e incoherente. La dirige Marvin Kren, que transforma los movimientos de cámara en tics nerviosos conforme algunos personajes van entrando en trance, y sus cuerpos se retuercen al ritmo de espasmos.
Kren inunda la narración de ‘Freud’ con muchos conceptos trabajados por el mito que da nombre a la serie: el poder sugestivo de la hipnosis, el papel de los sueños en el subconsciente, la histeria, la doble personalidad. Y se recrea en ello. El problema surge al no conseguir que forma y fondo confluyan en un hilo argumental verosímil. La atmósfera densa y plomiza que luce, da la puntilla a una historia en la que no faltan maquinaciones de palacio. Tensiones nacionalistas en el seno del Imperio Austrohúngaro sirven como coartada histórica a un mero desvarío.
El reparto se une a la fiesta. Robert Finster da vida a un Freud impertérrito e inexpresivo. Da igual que esté hipnotizando que fornicando, enfrentándose a su casero o a un loco de atar, hablando con un colega de profesión o con un policía. No me dice nada. Y eso que su personaje va puesto de cocaína hasta arriba. Mención aparte merece el papel de villanos que juegan la pareja de condes húngaros. Cada vez que los recuerdo me irrito. La televisión es así.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es
*Si te gusta Sigmund, no veas Freud
Si eres un seguidor o estudioso de la figura de Sigmund Freud, te recomiendo que te alejes de esta serie. Poco tiene que ver con su vida ni con su legado. Freud nos muestra a un incipiente médico cocainómano, ridiculizado por sus colegas de profesión, que empieza a experimentar sin mucho éxito la técnica de la hipnosis. Tras conocer a una médium de origen húngaro durante una sesión de espiritismo, se verán envueltos en la investigación de unos crímenes horrendos.
La trama es de lo más surrealista, pero su punto de partida me hace hasta gracia. Creo que podría haber dado lugar a una intriga policíaca muy divertida el incorporar los pensamientos y estudios que hizo Freud de la mente humana y su subconsciente. Pero finalmente tampoco va por ahí y la cosa se tuerce aproximadamente a partir del cuarto capítulo, convirtiéndose en un refrito insostenible de leyendas ancestrales, brujería y fantasmas del pasado.
*Combinar personajes históricos con mitológicos
Cuando uno lee la sinopsis de Freud, ya entiende que se enfrenta a un divertimento que poco tendrá que ver con su biografía. Te viene la cabeza una película como Abraham Lincoln: Cazador de vampiros (Timur Bekmambetov, 2012), que ya proponía un cruce imposible y tan marciano como combinar a un personaje histórico con unas criaturas de la literatura fantástica o mitológica.
Sí que veía un poco de más atractivo al cruce propuesto en esta serie, por la capacidad que tenía Freud en indagar en la psique humana. Era una posibilidad no tan descabellada aprovecharla dentro de una intriga de investigación policial. Tenemos multitud de ejemplos en thrillers criminales donde la policía se sirve de personas con poderes, visiones o capacidades sensoriales especiales.
*Y llega el caos…
Sin embargo, el caos absoluto se produce con la introducción de una trama de brujería en la que aparece Táltos, figura de la mitología húngara que el historiador Carlo Ginzburg recoge en su tratado Las batallas nocturnas: brujería y cultos agrarios en los siglos XVI y XVII (1966). Años más tarde, la escritora Anne Rice ya utilizó ese mito para titular el libro de la tercera entrega de su saga Las brujas de Mayfair, donde igualmente fabulaba con esos chamanes escogidos por los dioses con habilidad, en estado de trance, para conectar con el mundo espiritual.
Podría haber sido interesante, la mitología es una fuente importante de inspiración. Pero la historia se vuelve entonces farragosa y arbitraria, abandonando la trama criminal para conducirnos a otra más esotérica y absurda (sí, aún más).
Es innegable la capacidad del director Marvin Kren para generar atmósferas malsanas e imágenes perturbadoras, pero no es suficiente. Hablando claro, la historia no hay por donde cogerla. Ni el carisma de sus protagonistas principales (algunos secundarios rozan la caricatura), ni un inicio policíaco prometedor, salvan de la quema esta serie de carácter fantástico. Se sirve de demasiados conceptos mitológicos, psicoanalíticos o biográficos para formar un batiburrillo inconexo que solo es digerible con la cocaína que se bebe Freud para calmar sus nervios.
*Conclusión
Freud es un serie de Netflix co-producida por Alemania y Austria, compuesta de 8 capítulos de entre 49 y 58 minutos y creada por Marvin Kren, Benjamin Hessler y Stefan Brunner. Hay que aclarar que no es una biografía sobre el padre del psicoanálisis, si no un thriller policíaco con elementos fantásticos y de terror. Nos muestra a un incipiente doctor que flirtea con sus teorías sobre la hipnosis y la capacidad de sugestión del subconsciente, ante la desaprobación de sus compañeros de profesión.
Tras un inicio prometedor que se adentra en el género policíaco con la investigación de unos horrendos crímenes, a partir del cuarto capítulo la cosa degenera bastante cuando entra en juego la mitología húngara y la brujería. A pesar de contar con un buen diseño de producción y una atractiva puesta en escena, la serie se vuelve caótica y de morbosidad gratuita.
El doctor Freud está interpretado de forma convincente por Robert Finster, aunque más destacanle resulta la participación de Ella Rumpf, a la que recordarás en Crudo (Julia Ducournau, 2016), y de Georg Friedrich. Algunos secundarios están francamente sobreactuados y sus personajes resultan tan caricaturescos que te alejan de cualquier atisbo de realismo en lo que se nos cuenta.
Escrito por Daniel Farriol
La gente debe saber que es una serie que tan solo roba el nombre de una personalidad histórica para crear un drama que no se atiene a ninguna realidad, ni ciencia… De hecho, crea una tergiversación terrible a la figura de Freud y lo que significa la hipnoterapia.
Aún peor, la historia se sostiene en una medium que colabora junto a Freud para solucionar unos asesinatos en Viena. Entiendo que es un intento de hacer interesante la vida de alguien que mayormente no hace nada que se pueda televisar… O tal vez sí, pero los escritores no supieron encontrar otro uso a la trayectoria de Freud. El drama policial es aburrido y aunque intenta ser siniestro no lo consigue.