Frankie
Sinopsis de la película
Tres generaciones luchan contra una experiencia que les cambiará las vidas durante un día de vacaciones en Sintra, histórica ciudad portuguesa conocida por sus jardines, villas y palacios de ensueño.
Detalles de la película
- Titulo Original: Frankie
- Año: 2019
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
5.3
32 valoraciones en total
Es mi primer encuentro con el cine del norteamericano Ira Sachs, un director independiente afincado en Nueva York, que ya tiene una media docena de largometrajes en su haber, la mayor parte de los cuales no fueron estrenados en Argentina. Mi impresión es muy favorable.
Este, su último trabajo, es un film contemplativo, construido de pequeños momentos, palabras, gestos, miradas, silencios durante un fin de semana en Sintra, Portugal, donde los personajes son convocados por Frankie Crémont (Isabelle Huppert), una actriz francesa, en un lugar de vacaciones muy tranquilo, que organiza una reunión de familia y amigos con el propósito de pasar unos días juntos, y prepararse para un próximo film.
Su familia involucra a su ex esposo gay (Pascal Greggory), su actual esposo escocés Jim (Brandon Gleeson), su hijastra (Sennia Nanua), su hijo Paul (Jérémie Renier) y una pareja de neoyorkinos, Irene (Marisa Tomei) y Gary (Greg Kinnear), sus mejores amigos que han sido convocados para la ocasión. Pero ese encuentro será solo un pretexto. Ella tiene un secreto que revelar.
La película es el sutil relato de una madeja de relaciones familiares y afectivas que genera un grupo cerrado de personas atrapadas en una realidad que por otra parte parece atormentarlos y preocuparlos.
No obstante ello, estamos ante un film de atmosferas desestresadas y visiones contemplativas que nos habla del amor y la amistad, enfatizando en la fugacidad de la vida. Los personajes pasean, deambulan y mantiene conversaciones por los bosques estableciendo diferentes niveles de relación personal que están regidas por tres tipos de patrones: familiares, amistosas y laborales.
No obstante ello, todos parecen estar afectados por un estado de apatía, de una necesidad de no preocuparse ni por su posición social ni su condición económica. Conforman una especie de familia moderna que disfruta de un fin de semana a pleno descanso.
Ella es una actriz que sabe cómo manejar sus emociones, generando en consecuencia, un film desestresado. Interpretado por Isabelle Huppert, resulta un personaje muy diferente a sus creaciones anteriores en donde prevalecía una mujer de acción y gran carácter. De hecho, en el film, parece más importante lo que no se dice, aquello que se lee entre líneas, y lo queda en silencio.
La abulia y la melancolía recorren la mayor del film. La película avanza tranquila pero firmemente hacia su final. Es un film de momentos. Cada escena es un pedacito de vida. Transcurre en un lugar donde impera el silencio y tiene como fondo el paisaje de Sintra en Portugal, donde ocurre el encuentro.
Frankie es notable como una obra de arte visual. Es una película reflexiva sobre nuestra situación de precariedad del ser humano, que nos obliga a pensar y aceptar que pase lo que pase, el mundo continuará sin nosotros.
Si se planea un viaje a Lisboa, pasar un día en Sintra es obligatorio. En un viaje en tren de 50 minutos pasas de la belleza decadente de la capital portuguesa a una pequeña villa en las montañas con un majestuoso circuito de jardines, palacios y murallas. Sin embargo, como pasa con todo lugar de alto valor turístico, la experiencia puede resultar un tanto agotadora dada la cantidad de gente que se concentra allí, sobre todo en verano, y a las atenciones recibidas, nada más salir de la estación de tren, sientes el acoso de los conductores de tuk tuk que ofrecen sus servicios para que evites el autobús y caminar por las empinadas cuestas. Con todo, Sintra tiene un encanto peculiar, bucólico y arraigadamente portugués del que se impregna Frankie, el último trabajo del director Ira Sachs.
Isabelle Huppert, quien hace tres años asistió como homenajeada a un festival de cine que se celebra entre Sintra y Lisboa, encarna en la película a su álter ego, la Frankie del título, una célebre actriz que reúne a su familia para unas vacaciones en Sintra con motivo de una devastadora noticia que acaba de recibir. Hasta que llegue la hora de la tarde en los que los ha citado a todos, cada uno va explorando la ciudad por su cuenta, coincidiendo y separándose cada dos por tres. La película es así de sencilla: encuentros, desencuentros, paseos y conversaciones a través de los cuales se revalúan los vínculos que los unen, y el amor es mostrado desde su concepción más pura hasta cuando ya no da más de sí. Frankie entraría en esa categoría de films en los que no pasa nada, y lo cierto es que su levedad, la escasa trascendencia de la historia y lo poco que tiene que añadir a los temas que aborda complican el poder sacarla de ahí.
No obstante, la película de Sachs tiene dos grandes puntos a su favor: uno es la ubicación, pues Sintra es un escenario muy vistoso que apenas ha sido visto en el cine, y el director lo filma sin excederse en el afán de promoción turística. Las largas carreteras, los senderos, los recovecos de sus callejones, su arquitectura, los bosques… todo está plasmado de forma natural, sin vanidad alguna. El otro punto fuerte de Frankie no es Huppert por increíble que parezca, sino Marisa Tomei. Huppert, al fin y al cabo, interpreta un papel muy similar pero menos memorable a lo que ha hecho hasta ahora. En cambio, Tomei, que encarna a una amiga maquilladora de la protagonista, aparece en Sintra un tanto desubicada, con un novio cineasta con el que no termina de encajar (Greg Kinnear), y está tremendamente encantadora, visceral y sí, muy humana, por muy ridículo que suene. Ella se recorre Sintra de una punta a otra con su vestido de flores y calzada con sus Vans y son sus escenas las que prevalecen en esta pequeña y curiosa película que se contagia de la característica melancolía portuguesa.
Seis o siete personajes, unos diálogos nada pomposos y una gran sombra (la muerte) de fondo. A veces lo sencillo funciona, sobre todo si está expuesto sin estridencias en la realización (gracias al siempre mesurado Ira Sachs, esta vez lejos de Nueva York, o solo algo lejos) ni manierismos. Y, claro, hacen falta los intérpretes. Isabelle Huppert está en su papel de siempre, pero Marisa Tomei, ah, Marisa Tomei, está deslumbrante. Su diálogo con Greg Kinnear, su forma de llorar, su manera de decir no es tan mágica que aturde. Ella solo merece el visionado de esta modesta pero gran película.
Parafraseo el título de Patrice Chéreau, Los que me aman tomarán el tren : en forma similar y convocados por Frankie (Hupert), estrella de cine en la película (como en la realidad), convergen, en la magnética Sintra, porque la aman: hijo, hijastra, marido, ex marido, mejor amiga etc., todos para, sin saberlo, entrar en un nudo gordiano en donde la vida, la biológica, y el amor se entrelazan y se disipan.
Mejor encontrar que buscar citan a Paul Valery, y allí no encuentran lo que van a buscar y encuentran lo que no buscaron, porque así sucede en la vida real.
Excelente film con reminiscencias de Eric Rohmer y envuelto en una tristeza dulce que lo hace entrañablemente delicado y sutil.
*Personajes y lugares
Desde sus primeras películas, el director Ira Sachs, se convirtió en una voz respetada dentro del cine independiente norteamericano. Con Frankie, da un paso más allá al rodar en Europa con un reparto más internacional. Su cine abarca dramas sobre la vida familiar y las relaciones de pareja, con un tono aparentemente desenfadado, pero que suele profundizar en la psicología de sus personajes.
Otro aspecto importante en sus historias, es el lugar donde se desarrollan. En una entrevista leí al propio director reconocer que los lugares no solo eran personajes en sus historias, si no que los lugares son su historia. Esa afirmación cobra aún más sentido en Frankie, donde una familia pasa unas vacaciones en Sintra, una preciosa villa turística de la costa de Portugal.
*Isabelle Huppert, gran dama del cine francés
Frankie es una de esas películas donde parece que no pasa nada. No hay una gran historia que contar, ni nada que mueva a sus personajes a conseguir algo. Lo que busca es desgranar la intimidad de unos personajes y las relaciones familiares existentes entre ellos. Todos los personajes deambulan por la pantalla apáticos o infelices. Son tres generaciones de una misma familia reunida alrededor del regazo de una actriz de éxito que padece un cáncer terminal. De forma paradójica, es ella la más vital y relajada de la función. Y digo función, porque la narrativa tiene mucho de teatral.
Esa actriz de ficción está interpretada por una de las grandes damas de cine francés, Isabelle Huppert, aquí en otro de esos papeles hechos a su medida que no parecen exigirle demasiado esfuerzo. Las distintas parejas que aparecen en el film, se encuentran en diferentes fases de su vida, se abarca desde el primer amor a la ruptura de un matrimonio infeliz. Junto a Huppert hay otros grandes nombres que elevan el interés de la película como Brendan Gleeson, Marisa Tomei, Greg Kinnear o Jérémie Rénier.
*Claves y referencias
Según Ira Sachs, su película Frankie se inspira en Kanchenjungha (Sayajit Ray, 1962). En la película del director hindú, una familia adinerada pasaba sus vacaciones en un resort cerca del Himalaya y las tensiones familiares se conectaban con el entorno natural donde se producían. En Frankie pasa algo parecido. La belleza del paisaje portugués es un lienzo perfecto para desnudar a sus aburguesados personajes mientras pasean y se realizan algunas confesiones privadas.
La fotografía de Rui Poças (El Ornitólogo, Zama, Tabu) es un pilar dentro de la narrativa de esta película minimalista, arrancando momentos de gran belleza plástica de situaciones cotidianas y simples. En ese sentido, el director parece dedicar sus momentos más inspirados cada vez que aparecen en pantalla Huppert y Tomei, quedando los otros actores y personajes en un plano mucho más anecdótico.
Otros referentes citados por Sachs de su cine son Cassavettes, Jarmusch o Shirley Clarke, de los que aprendió a escarvar en el alma íntima de los personajes para hacerla aflorar en la pantalla. Algunos también ven algo del cine de Ozu, Rohmer o Kiarostami. Sin embargo, no encuentro en Frankie rastro alguno de la experimentación o la clarividencia narrativa que aquellos tenían, más allá del último y bello plano general sostenido.
*Conclusión
Frankie es un drama familiar realizado por el director estadounidense Ira Sachs (Verano en Brooklyn (Little Men), El amor es extraño). Se centra en las relaciones entre los miembros de una familia que pasan juntos unas vacaciones en una ciudad costera de Portugal. Es una película donde no suceden grandes cosas, lo importante es el retrato íntimo de esos personajes.
La película tiene un reparto de lujo donde destaca el trabajo de las actrices Isabelle Huppert y Marisa Tomei. Sus secuencias son las mejores. Una película sobre lo cotidiano, fotografiada con gusto por Rui Poças (El Ornitólogo, Zama, Tabú). Sin embargo, Frankie se siente finalmente como un fado melancólico que suena distante y no llega a emocionarnos.
Escrito por Daniel Farriol