Frankenweenie (C)
Sinopsis de la película
Víctor Frankenstein es un niño que realiza cortos donde su perro Sparky es el protagonista, hasta que este es arrollado por un camión. En su escuela, Víctor aprende sobre el impulso eléctrico de los músculos y se le ocurre usar esa técnica para revivir a su mascota. Por ello, crea un complejo artefacto cuya culminación es una gran explosión de luz que devuelve a la vida a Sparky. Si bien Víctor y su familia aceptan al revivido animal, sus vecinos están aterrados… Parodia/homenaje de la historia de Frankenstein, en 2012 Tim Burton estrenó un largometraje basado en esta misma idea.
Detalles de la película
- Titulo Original: Frankenweenie (S)
- Año: 1984
- Duración: 26
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Opinión de la crítica
6.7
52 valoraciones en total
Flashback: Burton fue despedido por Disney después de que la película fuera terminada, el estudio afirmó que había desperdiciado recursos de la empresa y sintió que la película era demasiado aterradora para un público joven. (Información extraída de wikipedia)
El cine de terror murió al principio de nuestra adolescencia.
Jugamos como niños recreando nuestros miedos, resucitando a monstruos con nuestra imaginación, convirtiendo a nuestros seres queridos en asombrosas y terribles criaturas… como si fueran una película… Y no importaban los efectos y las trampas, ni el fondo ni el decorado… lo importante era que habíamos creado un mundo propio.
Pero mandamos ese mundo aterrador lejos, lo apartamos de nuestro camino y nuestro hogar. Murió cuando abandonó nuestro mundo cotidiano…
…Y cada vez que intentábamos invocar ese recuerdo y aterrarnos… todo nos parecía muerto y artificial.
No funcionaba dar color a lo que estaba en blanco y negro.
Ni tampoco del todo crear un mundo propio para que fluya a través del mismo el pasado.
Posiblemente no sea posible volver a adaptar ‘Frankenstein’ de Mary Shelley como lo concibió James Whale. Se quedó impregnado en ese pasado que dimos por muerto… pero Tim Burton en 1984… encontró que la única manera de resucitar al pasado muerto…
…es con una sobredosis de electricidad.
¿O por qué pensáis que Tim Burton tiene esos pelos?
El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y muy pocos son los que dudan ya sobre lo natural y propio que es el cine de Burton hoy en dia. Para algunos siempre seguirá siendo un director empeñado en reflejar en pantalla lo especial que es, y para otros será una de las mentes más originales que ha dado el mundo del cine en los últimos años.
Sin duda, la indiferencia no es algo que describa el cine de Burton, y eso es algo que se veia desde sus inicios en producciones como Frankenweenie, dejando ver desde el comienzo todos y cada uno de los valores y propuestas de un director que revolucionaría en cierto modo la industria con sus estrambóticos escenarios, estridentes personajes y peculiares historias.
En esta ocasión se revive el clásico de Frankenstein desde un punto de vista un tanto… doméstico. Todos y cada uno de los elementos de Frankenstein están condensados con un toque de parodia a la vez que homenaje, incluso el juego de luces actúa como tal en la película, toda una declaración de principios y sobre todo de influencias del señor Burton que más tarde serían explotadas una y otra vez durante su carrera cinematográfica.
Frankenweenie es entretenida pero poco más, aunque esto sea probablemente debido a que ya estamos acostumbrados al cine de Burton, imprevisible, tétrico y muchas veces esperpéntico. Para todos aquellos que disfruten con el director sin duda es una experiencia muy curiosa y recomendable.
Durante largo rato, Frankenweenie da la impresión de que va tratar sobre la insular e imperdonable naturaleza de los suburbios – una fábula de cómo América no puede aceptar las cosas que escapan su entendimiento. Pero luego llega ese final y deshace todo eso. La gente puede volver en si, las opiniones pueden cambiar, se pueden llegar a aceptar las cosas – incluso hasta el sospechoso Señor Chambers y la horrenda Rose. No hay evidencia alguna que sugiera que esta no era la intención de Burton desde el principio, aunque continua siendo extraño que la película más esperanzadora e idealista de Burton fuese también su última colaboración con Disney.
Frankenweenie es un efectivo cruce entre las predilecciones estilísticas de Burton y el tradicional afecto y cariño de Disney. Es dulce, encantadora, tiene un happy ending, y muestra la gran fe en la habilidad de la gente de ver el error de sus maneras.
Frankenweenie quizá sea una de las obras de Tim Burton que mejor compriman todas las obsesiones del realizador, un mediometraje estrenado un año antes que su terrible primer largo, La gran aventura de Pee-Wee , pero que a pesar de todo se mostraba tremendamente sólido ya desde su primer fotograma. Homenaje y sana parodia del mito de Frankenstein, la historia da inicio cuando un joven, Victor, ve cómo su perro Sparky es arrollado por un camión. Más tarde, en clase de ciencias, encuentra en la reanimación eléctrica una solución para traer a su mascota de nuevo a la vida… sin pensar en las consecuencias. Quizá suene raro decirlo, pero con una puesta en escena impecable, Burton consigue que el aspecto visual de la obra supere a la de la obra original de Whale al menos en lo referente a la reanimación del monstruo, usando una técnica exacta pero sustituyendo los elementos por algo que podría estar al alcance de un crío de poco más de diez años.
Rodada con una técnica bastante depurada (que no recuperaría hasta Eduardo Manostijeras, o algún segmento aislado de Beetlejuice), Burton nos lleva de un lado a otro, presentándolos unos personajes fantásticos que con apenas unas palabras quedan definidos, vecinos llevados a un extremo paródico pero al mismo tiempo reflejados con un inquietante realismo. No faltan detalles visuales como las partes del cementerio, el cuadro de la casa del joven, el propio diseño del animal, la conversión de la historia original a un entorno juvenil sin abandonar ningún aspecto de la cinta de Whale (no falta ni un castillo , ni un laboratorio , ni un molino), introduciéndose además los valores familiares para formar un global sólido y completo, tan bien diseñado como narrado, a pesar de que se nota que en algún momento el tiempo se le echa encima a Burton y decide recortar alguna que otra escena.
Lo más meritorio de Frankenweenie es cómo es capaz de mezclar una estética oscura, deudora del expresionismo alemán, generando un fantástico juego de luces y sombras, con una trama bastante macabra en el fondo pero no tanto en la forma, que funciona a modo de crítica (como lo hace la historia original de Mary Shelley) y además resulta creíble como travesura infantil sin ningún tipo de mala intención. No sé cómo será el largometraje que se realizará en unos años (francamente, como mucho necesitaría diez minutos más para perfilar algún detalle), pero desde luego este trabajo primerizo de Burton ya condensa lo mejor del realizador. Una obra superior a otras mucho más prestigiosas como Sleepy Hollow o Mars Attack , que se ve rápido y con mucho interés.
Aunque aprecio y mucho el cine de Tim Burton, no soy uno de esos fanáticos que se saben de memoria sus películas y dudo bastante que llevara algún día puesta una camiseta en alusión a alguno de sus fabulosos personajes.
De hecho, no conocía la existencia de este mediometraje hasta que he leído que el propio Burton está preparando una versión animada y en largometraje para 2011.
Aunque el cartel de la película engañe, Frankenweenie está en blanco y negro, posee unos claroscuros considerables, sobre todo por algunos planos de lo más tenebroso, que son herencia del expresionismo. Y con ello, el mito de Frankenstein, relatado así como para niños, pero a su vez un tanto macabro.
Por eso, es excepcionalmente curiosa la mezcla de puros destellos del cine mágico de Tim Burton con los elementos más típicos de una comedia Disney. No faltan los jardines pulcros, ni los padres ideales, ni los vecinos impertinentes. Aunque más que una historia para toda la familia, ya que Burton fue despedido de Disney por lo terrorífico de la cinta de cara al público más joven, yo más bien definiría esta película como una buena excusa para ir abriéndose camino en la industria cinematográfica para llegar a lo más alto.