For Loves Sake
Sinopsis de la película
Live action del manga romántico de 1970 del Ikki Kajiwara, creador de clásicos como Ashita no Joe y Tiger Mask. Tendra como protagonistas a Satoshi Tsumabuki (Villain, Dororo) y Emi Takei (The Cherry Orchard, Otomen), y nos narra la historia de amor entre, una joven e inocente estudiante de instituto y un delincuente juvenil. La película incluirá también muchas escenas de acción, ya que no solo se trata de una historia romántica, sino que también veremos la vida turbulenta y gangsteril del joven protagonista.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ai to Makoto 201X (The Legend of Love and Sincerity) (For Loves Sake)
- Año: 2012
- Duración: 134
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Opinión de la crítica
Película
5.7
40 valoraciones en total
Tras su primera y única incursión en el musical con La felicidad de los Katakuris, Miike llega ahora con For Love’s Sake dispuesto a comerse la pantalla de nuevo, lamentablemente, ese efecto sólo se vislumbra en los primeros cuarenta minutos de metraje cuando, tras sorprender con un par de fantásticos números musicales y dotar de agilidad y una fuerza inusitada al conjunto, empieza a moverse en terreno fangoso. No ya por abandonar esa faceta que tantos buenos resultados le había dado en sus minutos iniciales o empezar a regodearse en ese cine que tanto le gusta, donde la demencia y las coreografías de acción no parecen tener parangón en un espectáculo que, sin embargo, posee demasiadas fallas en su estructura narrativa que le hacen perder la solidez obtenida durante su primer tramo. Es a causa de ese desmán narrativo cuando For Love’s Sake empieza a diluirse como un azucarillo y la creatividad de Miike queda en entredicho haciendo que el cineasta nipón deba redirigirse a otras constantes de su cine para culminar un film que no se sabe bien que termina siendo, si un musical, una película de acción de indefinido poso dramático o una comedia bizarra en el marco de la high school japonesa.
Es en ese marco donde engarza Miike su particular galería de personajes que nos llevan desde jóvenes marginales con actitud de ‹psycho killer›, hasta colegialas trastornadas y acosadoras que componen otro de esos universos de puro delirio donde asistimos a momentos del más puro desvarío gracias a las distintas vertientes que el autor de Visitor Q otorga al conjunto, desde los ya citados momentos de musical, que decaen con el avance de la propuesta, hasta secuencias de acción desmedida ensalzados por una dirección verdaderamente potente, que alcanza su culmen gracias a uno de los mejores instantes del film, donde los amantes del «bullet time» se deleitarán gracias a un talento que, aunque apagado en otras vertientes, sí funciona haciendo lo que mejor sabe hacer Miike. Es así como asistimos a un remix en el que fácilmente se pueden incluir referencias ineludibles del director como la ya citada La felicidad de los Katakuris o Crows que, pese a perderse en un metraje que se estira y recurre con demasiado ahínco a las mismas situaciones y tics del director, funcionan cuando están en pantalla y otorgan los que seguramente son los mejores minutos de esta For Love’s Sake.
También acrecenta las posibilidades de la obra el talento escénico que posee el nipón, que aprovecha sus virtudes en una fabulosa puesta en escena donde crea, construye e introduce escenarios con una facilidad pasmosa que, a la postre, son perfectamente aprovechados para describir situaciones. Así, el cromatismo gana importancia en pantalla y todos y cada uno de los decorados se funden para elevar el nivel de una cinta que puede estar por debajo de lo esperado, más tras ver su brutal comienzo, pero sabe como hacer confluir todas esas bondades de la mentada puesta en escena y las aprovecha incluso para incluir una performance miikeniana de lo más auténtica.
Quizá se podría reprochar al cineasta el hecho de iniciar la cinta con ese fantástico arranque para finalmente no saber como redirigir sus parámetros y terminar realizando un pastiche de enormes dimensiones pero, sin embargo, cualquier acérrimo de su cine disfrutará con ciertos tramos de un film que termina perdiendo enteros con un cierre (‹deus ex machina› mediante) verdaderamente blando que, pese a intentar justificarse con un último fragmento animado (así es como empieza, de hecho, For Love’s Sake) en forma de idóneo giro de guión, no cuaja ni culmina las posibilidades de un trabajo a través del que se intuye que, visto lo visto, a Miike se le puede exigir mucho más. Tampoco habría que tentar a la suerte, no obstante, menos cuando el nipón deja en su regazo unas 2 o 3 obras anuales cuya capacidad se ve minada seguramente por la habilidad de un cineasta libérrimo y único que quizá no da para tanto, pese a su multitud de registros y marcas.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Miike no para, pero al contrario de lo que ocurría hace unos años su producción enloquecida ahora empieza a pasarle factura. Si hace un par de años inició una etapa de semi-clasicismo que vió su máximo nivel con las recientes 13 asesinos y Hara-Kiri , en For Loves Sake recoge la semilla del díptico Crows Zero añadiéndole instantes musicales para capturar a una generación de adolescentes con problemas desde un punto de vista más bien despreocupado. El protagonista, un problemático joven que llegará a tener en el bote a hasta tres mujeres, es un pandillero sin escrúpulos abandonado a su surete, que vive en las calles o, más bien, sobrevive como puede, siendo expulsado de los centros a los que es enviado por su comportamiento violento. La película se abre con un segmento animado que marca el tono de la historia: violencia gráfica y comedia sin sentido para una ración del Miike más inesperado y no en el buen sentido.
El problema es que la película parece un cortometraje alargado, y me explico: si bien su inicio es potente, no ya por la secuencia animada (que no pasa de rutinaria) sino por los instantes musicales que sirven para presentar a los personajes (el del empollón del colegio es memorable) pasados los tres primeros la cosa ya deja de tener gracia. Miike parece consciente de ello y pese a insistir un par de veces más luego la cosa se torna más seria, dentro de los límites posibles en el cine de este realizador nipón, convirtiéndose en una suerte de película de bandas repleta de acción y en la que varios grupos se ponen a perseguir al protagonista. El intento de darle un poco de dramatismo añadiendo a cierto personaje materno es totalmente superfluo, convirtiéndose en el mecanismo utilizado para insertar una moraleja a todas luces innecesaria.
Al final For Loves Sake termina por ser un pastelazo made in Takashi Miike. Porque hay violencia pero en el fondo todo gira en torno a un romance de varias féminas con el protagonista y el modo en que éste las rechaza. Melodramático, con instantes de humor bien integrados pero no los suficientes para levantar sus larguísimos 134 minutos, se convierte en una decepción importante. Se puede ver pero le sobra metraje por todas partes. No es éste el mejor rostro de Miike, desde luego, aunque lo ha hecho bastante peor en el pasado.