Flyboys: héroes del aire
Sinopsis de la película
Historia sobre los jóvenes pilotos norteamericanos que conformaron la lengendaria escuadrilla Lafayette (del ejército francés) en la Primera Guerra Mundial. El tejano Blaine Rawlings sufre el desahucio de su rancho familiar de 900 acres y encuentra su nuevo futuro en la noticia de un periódico que informa de la Escuadrilla de héroes. El recluta Higgins, de la Legión Extranjera Francesa, se pasa del cuerpo de conductores de ambulancia al escuadrón de combate. El natural de Nebraska William Jensen, hijo de un oficial de Caballería, se alista para mantener la tradición militar de la familia. Por su parte, Briggs Lowry se une al escuadrón para hacer algo de provecho con su vida, sucumbiendo a las presiones de su rico y poderoso padre. Eddie Beagle, un personaje fanfarrón incapaz de disparar recto que parece que está escapando de su pasado. Eugene Skinner, un expatriado americano negro, desea defender Francia, un país que le ha demostrado tolerancia permitiéndole competir y convertirse en un campeón de boxeo, mientras que en Estados Unidos no le habrían permitido ni acercarse a un avión. Durante las semanas iniciales de la instrucción, Rawlings conoce al jefe de escuadrón Reed Cassidy, un joven de 28 años que ya se ha convertido en un veterano del vuelo de combate.
Detalles de la película
- Titulo Original: Flyboys
- Año: 2006
- Duración: 139
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Opinión de la crítica
5.9
44 valoraciones en total
Probablemente el director de cine que más y mejor trató los asuntos del aire fue William A. Wellman y no por casualidad. Durante mucho tiempo fue un gran piloto de combate y participó entre otras acciones en la PGM y posteriormente fue instructor de vuelo.
Cuando pasó al mundo del cine bien avanzada la década de los años veinte, su tema favorito no podía ser otro más que los aviones. Con la película Alas alcanzó la gloria en los Oscar, y posteriormente realizó otras como Escrito en el cielo y La Escuadrilla Lafayette en 1958, que fue su despedida cinematográfica.
En el año 2006, el actor-director Tony Bill retoma el tema de a escuadrilla con Flyboys, una de esas películas que bien podríamos enmarcarla dentro del mundo de las movie teen, ya que todos sus elementos parecen destinados a los jovenzuelos que poco o nada conocen sobre ese mundo.
De bélica tiene poco, y no es por no tener secuencias guerreras, sino porque su tratamiento está más cercano a un capítulo de Las aventuras del joven Indiana Jones que a lo que se vivía en un conflicto como la Gran Guerra.
El actor protagonista parece sacado de un anuncio de la MTV, y el desarrollo de la trama es tópico, previsible y muy convencional.
A los americanos que tanto les gusta sentirse una y otra vez ombligos del mundo, pensarán que fueron los grandes ases del aire, pero no fue así, el rey fue, es y será un tal Manfred von Richthofen -sí, el Barón Rojo- que derribó 80 aparatos enemigos. Y después que él, tendríamos a gente como Ernst Udet, Werner Voss, Max Immelmann… y si hablamos de los aliados tendríamos que citar al francés René Fonck, al canadiense Billy Bishop, al irlandés Edward Mick Mannock… ¿estadounidenses? Esos sobre todo en el cine derribaron muchos aviones.
Previsible guión hollywoodiense lleno de topicazos y con la estructura acostumbrada cuando quieren homenajear a viejas glorias.
La película es mala, así de claro, la ves venir de lejos y no fallas, ahora disparan a la chica, ja ja , este muere, ji ji , y así lo que quieras. El script lo escribiría un niño, a una misión le sigue otra y como en un videojuego, así hasta que se gana, y entre misión y misión te coloco un culebrón.
De domingo por la tarde, quizás ni eso, el caldo de la historia de amor es excesivo y aburre, hay metraje gratis por doquier y falta acción.
Alguna escena de combate aéreo te detiene el bostezo, alguna, no todas.
Se esperaba mucho más de este supuesto espectáculo, no lo hay. ¿Dónde está la mala leche de Starship Troopers?.
Intentaremos despegar en otra ocasión, esta te deja en tierra y bastante amuermado.
El metraje de una película tiene que estar justificado. Supongo que todos los directores se tienen que sentar durante con su montador y sacrificar escenas que bueno, de algún modo no es que sean malas pero pueden resultar intrascendentes. De no hacer esa criba lo único que aportan es alargar la historia más de lo necesario. A Tony Bill le faltó valor a la hora de tirar al cubo unas cuantas (quizás guiado por la pasión que siente por la aviación). Quiere contar muchas cosas, muchas a la vez y no le sale bien. Por abarcar tanto al final no consigue apretar lo suficiente.
Un grupo de norteamericanos, pese a que su país no ha entrado aún en la primera guerra mundial, deciden alistarse, cada uno por un motivo diferente (desde el no tener nada que perder, el huir de América por un delito cometido o el hacer méritos a favor de un apellido ilustre) en el Escuadrón Lafayette de la aviación francesa que está en el frente de batalla contra los alemanes intentando evitar la conquista de Francia. Cada uno luchará buscando su propia gloria.
En su favor el recrear un ambiente que consigue transportarte a este conflicto bélico y algunas escenas de acción (el rescate del piloto abatido y algún –no todos- duelo aéreo). En su contra, casi todo lo demás. Los actores se ven obligados a interpretar estereotipos, así James Franco (al igual que hizo en Annapolis) interpreta al típico gallito de corral, rebelde, por encima de las normas marcadas pero que cae bien y se gana el respeto de todos, aunque eso sí, cada vez me recuerda más a Dylan (el de sensación de vivir) y no a un verdadero rebelde sin causa. Jean Reno, un capitán amante de la justicia y el orden pero consiente que el gallito haga lo que le apetece porque lo admira cuando debería ser al contrario. Martin Henderson encarna a Cassidy, veterano piloto, el gallo viejo del corral, con un pasado misterioso y una rencilla personal con un piloto del bando nazi (el halcón negro). Jennifer Decker interpreta a la chica que enamora al gallito y se enamora de éste, aunque la historia de amor es pura basura, sin chispa, sin complicidad, no convence. Cuando la chica intenta mostrarse dulce y coqueta solo consigue recordarme a Nell intentando pronunciar una frase. El resto de los personajes son pura comparsa y es que en una película de guerra también tienen que morir algunos de los buenos, aunque podrían habernos sorprendido un poco en el orden en que iban a caer.
Interpretaciones aparte, el guión también está lleno de momentos que intentando resultar solemnes tan solo resultan cómicos, en el que abundan las frases hechas (aunque estando el de los 3 ninjas en el parque de por medio tampoco se puede pedir más). Las batallas, salvo momentos puntuales, resultan caóticas, como improvisadas.
Y muchas, muchas pegas más a esta película y… a pesar de los pesares, entretiene.
Entretenida película que explota con acierto el romanticismo de estos caballeros del aire, los primeros pilotos que sobre aviones arcaicos hechos de papel y unos pocos palos volaban enfrentándose en mortales duelos privados en los que la guerra se personificaba y surgían los primeros ases de la aviación, como el barón rojo o los miembros de la escuadrilla Lafayette.
Con dudoso rigor histórico y una acción que tarda en llegar pero que al fin recompensa con creces y pese a no desarrollar todo lo que cabría esperar sus personajes (algunos podrían haber dado bastante más de si) centrándose en el de James Franco para mayor lucimiento, presenta una interesante exposición de los artefactos de la época (aunque ver spoiler).
Quizás se eche de menos algo más de acción, invertida en la correcta historia de Rowlings con Lucienne, la encantadora muchacha francesa, y como siempre, se siente ese cierto pestacillo patriotero subyacente al que ya estamos tan acostumbrados, que le vamos a hacer…
Looossss soldados de Crisssstoooo… vaaaaan a la gueeeeerraaaa
Una temática que ofrece un verdadero filón para guionistas y directores (resulta obvio que algo de talento deben reunir) es maltratada despiadadamente por este verdadero bodrio.
He sentido una decepción enorme.
Nula emoción, topicazos, actores más que blanditos, un Renó irreconocible (patético).
Sinceramente me esperaba otra cosa o cuando menos disfrutar de un espectáculo visual al estilo de Pearl Harbour. Lamentablemente me equivoqué. Es increible que los medios de que disponen los cineastas en la actualidad y que algunos demuestran saber utilizar con maestría y resultados aceptables (Gladiator, Forrest Gump, Los episodios de la Guerra de las Galaxias, Transformers…) en uno de los géneros del cine bélico más apasionantes (junto con el de submarinos mis favoritos) y, a mi juicio, menos explotados y con mucho que ofrecer, sólo de para esto.
Pensaba encontrarme algo parecido al El Barón Rojo de Roger Corman, Blue Max , o quizá como Menphis Bell . Comparar la primera de estas con esta película es un verdadero insulto.