Fausto 5.0
Sinopsis de la película
Reflexión sobre el mito de Fausto. Supuso el debut cinematográfico del grupo teatral La fura dels baus, un prestigioso grupo catalán de vanguardia que se caracteriza por sus insólitas propuestas y sus anticonvencionales atmósferas y estéticas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fausto 5.0 (Faust 5.0)
- Año: 2001
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
5.9
84 valoraciones en total
La sociedad es un cadáver exhumado cuya falta de pudor hace patente la carencia de humanización de todos aquellos que, como un tumor más, contribuimos día tras día a enturbiar todavía más aquello que nos rodea y que nos debería dar más vida pero que, en lugar de ello, nos pudre y nos descompone.
Todo ello se nos muestra tras el manto de una Barcelona pre-apocalíptica, cuya decadencia se palpa en cada tono de su atmósfera, en cada rincón de sus dejadas calles.
Y por encima, está la vida de un doctor que se aleja de toda esa podredumbre exenta de moral, de esas risas ante cualquier tema mínimamente serio o comprometedor, de esos excesos bajo el falso yugo de vamos a vivir la vida , de esos pensamientos que cualquiera de nosotros podría inducir por el simple motivo de estar en una situación propicia.
Ante él, Santos, su némesis, la figura totalmente contrapuesta que vendería a su mismísima madre si la ocasión lo requiriese, y el tótem que, definitivamente, le abre la puerta a un nuevo mundo de autodestrucción interna y esos excesos de los que ya hablábamos antes.
La atmósfera recreada por el grupo La fura dels Baus es increíble, embrutecida y descarnada, tanto, que logra recrear ese pequeño universo en el que se ve inmerso el espectador durante el transcurso de esta Fausto 5.0 , un recorrido hacía los peores síntomas que puede revelar cualquier ser ante los demás, donde nada es lo que parece, y en cualquier momento, una nueva ruta alternativa puede surgir, sorprendiendo al respetable y dejando en el aire una conclusión impresionante y digna de elogio, donde nada es lo que parecía ser, pero todo puede cambiar y dejar de girar entorno a lo que sí parecía ser.
Un deseo atemporal y utópico es el de desear algo y que se cumpla, por complejo que sea, o por extravagante o por ilegal, o por malvado o por irracional… pero que bajo ningún concepto tenga consecuencias de ningún tipo. Que ocurra, saciemos nuestra sed, y nadie se percate del cambio deseado.
Alguien de pronto tiene ese poder en principio sin ni tan siquiera el saberlo y poco a poco lo descubre. Empezar a ver el fondo de un túnel lleno de un trabajo absolutamente desagradecido, de un amor en la sombra no correspondido, sin vida social… y de pronto todo lo que quiso… sin consecuencias. Esto es vida. ¿Para qué el dinero si se tiene EL poder?
La película explora toda esta situación, adentrándose en sensaciones, en sentimientos, en los recovecos de la psique humana (o quizá solo la española) y estamparlo en la cara del quien la ve, con un entorno sombrío que te dice todo el tiempo que nada bueno puede salir de ahí. Todo con el tono más subversivo que le da La fura dels baus, que meten la mano hasta el gaznate, sobre todo en lo visual, en lo que pega más directamente en el rostro del espectador. Justo en el mentón. Justo en el centro de la diana.
Lo malo es que el sabor de boca es amargo. Incluso los griegos hace unos cuantos años, ya nos intentaban prevenir de los riesgos del deseo: El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos (Epicteto) Tenga razón o no, será cuestión de tenerlo en cuenta.
¿Qué deseamos? En primera instancia todos gritaremos ´¡un ferrari, un chalet, una orgía…!´ Sí, sí, tú también, aunque te apresures a proclamar ´paz en el mundo´. Dejemos de engañarnos, la pregunta se refiere a nuestros íntimos deseos y no a aquellos que nos gusta hacer públicos. Deseamos aquello que nos causa placer… físico o mental. Más que nunca, el ´ojos que no ven, corazón que no siente´ se hace auténtico. ¿Qué nos importan las guerras celebradas hace mil años? ¿y las violaciones que se pertrecharán dentro de cincuenta lustros? ¿qué nos perturba un agonizante enfermo cuya carne lacerada jamás ha sido rozada por nuestros dedos, si jamás hemos escuchado su llanto desesperado, olido su putrefacción o vista su mirada de ultratumba?
El doctor Fausto es, por encima de todo, un hombre de ciencia. Su trabajo le obliga a mantener a diario un semblante de seriedad innegable, pues trata a pacientes terminales. Se enfrenta a las lágrimas de quienes ven ya desahuciados a sus seres queridos, presencia los incontenibles orines de quienes no soportan la cruel presión de perder sus afectos. El doctor Fausto firma impertérrito los partes de defunción, vomitando tales imágenes de dolor en sus supuestos momentos de ocio y descanso. ¿Descanso? La vivencia de tantas transiciones vida-muerte han convertido al escrupuloso doctor en un rígido moralista incapaz de permitirse el más mínimo ardor fuera de su calibrado orden racional.
´Fausto 5.0´ es una recreación moderna del famoso mito de Goethe, de la contradicción razón-pasión, del enfrentamiento a nuestros propios apetitos, de la vitalidad tras el destierro de los prejuicios. Así, no tarda en surgir una representación del mal, que invita al doctor a cumplir sus ansias más insospechadas, incluyendo aquellas imposibles de confesar.
La película no gustará a una mayoría del público, pero es un acierto para los amantes del género. La ambientación es inquietante, casi asfixiante. Las transgresiones se suceden, aunque en menor medida de lo esperado por tratarse de un trabajo firmado por ´La Fura dels Baus´. Eduard Fernández no desciende un ápice en su agresivo ritmo interpretativo dedicado a engalanar personajes de carácter. A Najwa Nimri le corresponde un papel comedido, pero con escenas de gran intensidad que la justifican (atención a su diálogo con el propio Fernández, lleno de gamas expresivas, tanto por la dicción como tras el lenguaje corporal). El protagonista, Miguel Ángel Solá, austero y comedido, en un personaje que le permite desplegar momentos muy convincentes, especialmente en sus estados de tensión y ansiedad.
Vuelve a preguntarte, ´¿qué deseas?´ y recuerda que el cumplimiento de tus deseos no tiene ninguna relación con el paraíso o con el infierno. Recuerda además que no se puede desear un cálido verano sin haber sufrido las inclemencias del rudo invierno. No se pueden desear las pulsaciones de un amor enfebrecido sin conocer la insensibilidad de una piel ignorada.
Fausto 5.0 es una buena película que demuestra que hacer cine de sensaciones y que además se entienda no es misión imposible. Vagamente inspirada en el concepto de Fausto, esta inmersión cinematográfica consigue incorporar al espectador a su propuesta desde el principio, gracias a una sucesión de recursos visuales tan oportunos como oportunistas, desde la vieja del inicio en el tren hasta los consabidos apuntes de Eros y Tánatos. Nada original, por otra parte, pero tremendamente efectivo.
Ahora bien, francamente: se queda corta. A pesar de su ataque frontal en lo que se refiere a la forma, la película induce a un clímax que nunca llega, quedándose tan sólo en la superficie del mal, sin bucear en sus negras profundidades y dejándonos con la frustrante sensación de haber conseguido apenas asomarnos al abismo. Si la Fura del Bauls ya consiguió, con su colaboración en El Perfume la orgía más limpita y decepcionante de la historia del cine, aquí más o menos acaba adoleciendo de lo mismo, demasiado empelote y poco vicio, decadencia y perversión. Si eso es todo lo que el protagonista puede desear, pues menudo soseras el tío. ¿No podía aparecérsele Satán a otro más imaginativo?
De todos modos Fausto 5.0 ofrece un modesto chute de lo que hace vibrar a la parroquia del cine: la Inmersión y la Experiencia. Tal y como está el patio últimamente, no es poca cosa.
No vemos a menudo en este país apuestas estéticas tan elaboradas como Fausto 5.0
Por cada plano general hay un fondo profundamente trabajado hasta el mínimo detalle. Ese Hotel Nacional como una obra de Christo (por no hablar del magnífico interior del edificio), ese limpiador colgado moviendo los pies en el vacío, esa universidad apocalíptica a punto de ser remodelada, esas calles que son como de Blade Runner pero sin los neones, y, por Dios, esa clínica del Doctor Fausto cuya ambientación ya quisieran para sí grandes películas del género.
Oscar (o Santo) a la mejor dirección artística. Una auténtica maravilla.
En cuanto al guión la cosa se lía más… yo al final me he perdido un poco. Pero estamos hablando de Fausto, un mito revisado por diferentes escritores que tiene tantas interpretaciones como lectores. Si me cuesta entender mi propia explicación del mito de Fausto, imagínate entender la interpretación que la Fura del Baus puede sacar de él.
Sin embargo crean una película contundente, con personajes creíbles y muy bien interpretados (quizás el Doctor Fausto destaca algo menos que sus colegas).
Creo que hay que ver esta peli. Por diferente, por intrigante y por la vieja del tren. Se apunta a los grandes personajes del cine, como el Señor Shhhhh de Buscemi…