Fátima, la película
Sinopsis de la película
Portugal, 1917. Tres niños afirman haber visto a la Virgen María en Fátima. Sus revelaciones enfurecen al Gobierno y a la Iglesia, que intentan obligarles a retractarse de su historia. Pero a medida que se extiende la noticia de su profecía, miles de peregrinos acuden a Fátima con la esperanza de presenciar un milagro. Lo que allí experimentarán cambiará sus vidas para siempre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fatima aka
- Año: 2020
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
5.8
70 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alba Baptista
- Ana Moreira
- Ângela Pinto
- Carla Bolito
- Carla Chambel
- Carmen Santos
- Catarina Mira
- Dinarte de Freitas
- Elmano Sancho
- Fernando Rodrigues
- Filipa Areosa
- Filomena Gonçalves
- Goran Visnjic
- Harvey Keitel
- Iris Cayatte
- Isabel Ruth
- Ivo Alexandre
- Joana Pais de Brito
- Joana Ribeiro
- João Arrais
- João DÁvila
- João Harrington Sena
- João Maria Pinto
- Joaquim de Almeida
- José Eduardo
- Lucia Moniz
- Luísa Cruz
- Luisa Ortigoso
- Manuel Moreira
- Marco DAlmeida
- Margarida Cardeal
- Maria dAires
- Miguel Frazão
- Paula Luiz
- Simão Cayatte
- Sofia Espírito Santo
- Sônia Braga
- Stephanie Gil
- Victor Emanuel
Así me atrevo a llamarla: evento mundial . Y es que hacía casi setenta años que no se estrenaba un film importante sobre la aparición de Fátima. Así es, prácticamente desde 1952, no se volvía a rodar una cinta sobre ella (algún documental, algún título menor…, pero no una película de estas características).
Sinceramente, sigo prefiriendo La señora de Fátima, de Rafael Gil (El mensaje de Fátima, la de 1952, es bastante flojita), porque tiene mucho candor y es muy entrañable. Pero esta recoge su aroma: se limita a narrar los hechos desde la perspectiva de un niño. No tiene trampa ni cartón, sino que narra los hechos tal y como acontecieron, sin ocultar nada, ni siquiera la sospecha por parte de los padres o de la mismísima Iglesia (así como tampoco lo malo que fueron los masones en todo este asunto).
Me gusta que aparezca una recreación de las visiones del infierno o del obispo vestido de blanco rodeado de cadáveres , porque siempre se habla de ellas…, pero nunca hemos tenido la oportunidad de verlas. La del infierno da mucho miedo, y probablemente se parezca a la que de verdad vieron los niños. También me gusta que es muy inocente, porque los niños así lo eran.
Solo hay una cosa que no me gusta, o que le quita interés al relato: la subtrama de Harvey Keitel. Y es que este es un investigador que se entrevista con sor Lucía en Portugal, pero no aporta nada al relato, sino que lo interrumpe sin venir a cuento. La verdad, si se hubiera prescindido de ello, no habría pasado nada: la trama del milagro es tan interesante y sorprendente en sí misma que no necesita ese apoyo (aunque, supongo, la idea era dar entidad al relato con una estrella de renombre).
Por eso es un evento mundial: después de casi setenta años, volvemos a tener en cines el mensaje de Fátima, rodado y adaptado para nuestro tiempo. En una época en que todos son efectos especiales, guiones enrevesados e ideología malsana, está cinta brilla con luz propia. No os la perdáis.
La película puede gustar a creyentes católicos y al público no religioso, pues tiene recursos y calidad artísticos, además de relatar ciertos acontecimientos sorprendentes en Fátima, en época la primera guerra mundial. Salvando algunas licencias de la trama, es un film realista, documentado, intenso en drama. Nada de panfleto edulcorado.
Marco Pontecorvo sabe de fotografía y de narración. Y ha demostrado dirigir bien a los actores. Logra recrear magníficamente (vestuario, luz, emplazamientos) y con gran respecto religioso los acontecimientos de 1916 y 1917. Transmite lo principal de los mensajes de la Señora del Rosario a los tres pastorcillos, con una estructura de guión clásica que mantiene su ritmo de principio a fin.
Vale la pena ver cómo una actriz española de 15 años (Stephanie Gil) encarna un papel muy creíble, la joven vidente Lucia. No lo habría conseguido sin la hermosa actuación de la actriz portuguesa Lúcia Móniz, haciendo de madre de la vidente, y sin otros muchos contrapuntos dramáticos de la trama, como los que vienen del alcalde ateo (Goran Visnjic).
A quienes ya conozcan la historia, seguramente les remueva esta versión. A los que no, tal vez les pique la curiosidad de hojear las memorias de Sor Lucia.
*Primera fortaleza: el punto de vista
Fátima cuenta los hechos durante la aparición de la Virgen María durante 6 meses a tres niños (Lúcia dos Santos, Jacinta y Francisco Marto) en la provincia rural de Fátima en Leiria, Portugal. La historia está basada no solo en lo que se conoce de las apariciones sino en el libro escrito por Lúcia (Memórias da Irmã Lúcia), quien hasta su muerte fue monja de clausura en Coimbra.
El cine ya ha contado la historia de Fátima. Por ejemplo, está la película de los estudios Warner Brothers The Miracle of our Lady of Fatima (El milagro de nuestra Señora de Fátima, 1952, John Brahm), Fátima (2017, João Canijo), Aparição (Aparición, 1991, Daniel Costelle). También están los documentales de producción católica como O dia em que o sol bailou (El día que el sol bailó), Fátima no mundo – episódios I e II (Fátima en el mundo, episodios I y II), Fátima, Experiência de fé (Experiencia de fe), Os Três Pastorinhos de Fátima (Los tres pastorcitos de Fátima) y Fátima e os Papas (Fátima y los Papas).
Lo novedoso de esta versión es el punto de vista. Fátima muestra las circunstancias que rodearon a los tres niños y el sufrimiento que padecieron. Y esto es su mayor atractivo. El punto de vista que busca resaltar el director es la dimensión del contexto en que vivieron los niños. Ellos cargan con la responsabilidad de la fe y luchan contra los límites de la razón y el interés político.
El espectador sentirá empatía por los niños que serán severamente cuestionados, adversados y perseguidos. La autoridad municipal busca callarlos para quedar bien con el gobierno central. La iglesia cuestiona la veracidad de sus palabras y visiones. La familia los reprende por la frustración ante las consecuencias de sus acciones. La sociedad los someten al escarnio público y los peregrinos los presionan por ser mediadores de la fe. No se escatima en mostrar la complejidad y el dilema de los protagonistas.
*Segunda fortaleza: la fotografía, música, arte y las actuaciones
Marco Pontecorvo es conocido por su trabajo como director de fotografía en varias series de televisión como Rome, Game of thrones, y Carlo y Malik. Asume su tercera película como director y se apoya en el talento del director de fotografía Vincenzo Carpineta (Angels & Demons, The English Patient). La fotografía, desde la belleza de los paisajes y planos de los rostros de los niños, captura lo extraordinario y sobrenatural del viejo y nuevo mundo de los niños.
La música es otro elemento clave en Fátima, al igual que la dirección de arte, para transportar al espectador tanto a la época de los sucesos como las emociones suscitadas en ellos. Las actuaciones, de mayoría de actores portugueses, brindan ese nexo del país lusitano con su historia pese a que el idioma de la película sea el inglés.
Se agradece, además, que el director haya decidido tomar con precaución algunos milagros y la aparición de la Virgen María para evitar el cliché del sentimentalismo y el elemento artificial. Así, la aparición divina se muestra estrechamente unida a la experiencia natural de lo cotidiano: la suavidad del viento, el brillo del sol, el reflejo en el agua.
*La debilidad: la fidelidad y la narración del guion
Fátima es débil no por su contenido religioso sino porque no han sabido armar la narración ni mantener algunos aspectos reales de la historia que fueron intencionalmente omitidos. La fidelidad a los hechos como la lucha contra el comunismo en el mensaje mariano y la situación de Rusia fueron ignorados. Y esto a la luz del siglo XXI es una interpretación más que simple indiferencia.
Hay dos líneas temporales: el pasado (los hechos de 1917) y el presente de la película (el convento en Coimbra en 1989). Pese a que la línea de 1917 se comprende y abarque el mayor tiempo de la película, los diálogos existencialistas y racionalistas de 1989 son cortos y no son desarrollados. Pareciera que sirve más como excusa para hacer elipsis que el desarrollo de la trama.
*Conclusión
Marco Pontecorvo es el hijo del célebre director italiano Gillo Pontecorvo. Sin intimidarse por su pasado familiar, está abriéndose camino en la industria con su propia identidad. Y Fátima refleja esto, no solo en la dirección sino con su opinión camuflajeada. La cita de Albert Einstein abre un debate con el espectador, quizás no tanto para cuestionar sus creencias sino para aclarar las propias. Fátima invita a ver la realidad más allá de aquello que conocemos. Invita a tomar en cuenta la divinidad dentro de la esfera humana.
Escrito por Ana Carolina De Jesus Dos Ramos
Pueden existir ciertos prejuicios a la hora de ver un film religioso: poca calidad cinematográfica, moralina o una historia pesada y edulcorada. Por eso, el gran logro de Marco Pontecorvo es haber dirigido una película sobre las apariciones de la Virgen en Fátima que pueda gustar tanto a creyentes como no creyentes, ya que hay una buena producción y una aún mejor interpretación.
La propuesta es sencilla y lineal y los hechos se relatan de modo realista, sin abundar en el sentimentalismo pero con emoción. El guion no trata de convencer ni de ocultar la actuación de la Iglesia ni de las autoridades ante los sucesos. En esa línea, el contexto sociopolítico para entender las diversas reacciones está bien retratado, gracias a la ambientación de la cinta.
La narrativa profundiza en el punto de vista de un niño, lo que aporta simpatía y ternura al hilo central –que se ve interrumpido en varios momentos por el profesor Nichols (Harvey Keitel) en unos clips prescindibles pero que pueden dar renombre al largometraje–.
Esta inmersión en el universo infantil funciona muy bien gracias al reparto. Stephanie Gil, la actriz española que interpreta a Lucía, está magníficamente caracterizada y con su sublime actuación es la pieza clave de este proyecto. Su expresividad, su inocencia, sus miradas y su semblante reflexivo hacen que el espectador no se canse nunca de los planos detalle de su rostro, que llena sobrecogedoramente la pantalla. La joven artista es capaz de transmitir a través de un gesto la ilusión o el sufrimiento que supusieron las apariciones para una niña de diez años.
Por otro lado, se incluyen toques de humor que aligeran el drama, fruto de los malentendidos que los diálogos de adultos causaban en los tres pequeños protagonistas. Entre eso y el buen ritmo que se mantiene a lo largo del metraje, el título puede ser atractivo para un público amplio. Con una buena parte técnica, Fátima consigue explicar sin muchas pretensiones el milagro que movilizó a tantos miles de personas a Cova da Iria el trece de octubre de 1917.
http://www.contraste.info
Uno que no cree en otro milagro que el de seguir vivo en condiciones razonablemente aceptables un día más, ha pasado un rato entretenido con esta notable producción entre USA y Portugal sobre esta aparición Mariana en el centro de Portugal a principios del siglo pasado.
Comienza el asunto de forma prometedora con un encuentro entre los personajes que interpretan con sobrada solvencia Harvey Keitel y Sonia Braga que desafortunadamente nos deja con la miel en los labios mientras saltamos en el tiempo a 1916-17 para que de forma ortodoxa y para todos los públicos, creyentes o no, Marco Pontecorvo nos ponga en el contexto social de unos hechos que el director no juzga pero que utiliza en pos del interés dramático, dejando entrever la enorme presión política sobre los hechos de un Portugal republicano y oficialmente laico aunque la monarquía seguía arraigada en el campesinado. A dicha presión hay que sumarle la social y de la iglesia y uno apenas puede imaginar como ello pudo influir en esos niños y su entorno familiar.
El caso es que el misterio dio sus frutos espirituales y económicos hasta nuestros días. La película nos invita a seguir interesados fuera ya de las pantallas sobre las famosas profecías, cumplidas o no y ese sol danzante que cada cual explica según su razón o su fe. Notable la elección del casting y la interpretación de la joven española de 14 años Stephanie Gil, mucho más agraciada que la Lucia dos Santos original y a la que habrá que seguirle la pista
.
Al final uno siempre se mosquea con esa manía de los dioses, sea cual fuere la religión que se empeñan en que suframos y ofrezcamos sacrificios propios o no para que no se enfaden con nosotros. La razón y la fe acaban siempre de la mano porque de que otra forma sería llevadera la vida si nos atenemos a lo que nos dicta la razón. La fe es el clavo ardiendo al que nos agarramos sin pensárnoslo dos veces.
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