Extraña seducción
Sinopsis de la película
Una atractiva y conocida presentadora de televisión sufre el acoso de un admirador guionista de la cadena cuya obsesión se convierte en odio cuando ella rechaza sus insinuaciones, llegando incluso a despertar sus instintos asesinos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Seduction
- Año: 1982
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
4.7
79 valoraciones en total
Creo que noviembre de 1983 fue el mes en que se estrenaron más películas inusuales en mucho tiempo. Una época ya pasada (ya ven) y que, difícilmente, se volverá a producir, ya que la mayoría de los estrenos en la actualidad son americanos y no abunda la serie B si no, en todo caso, fallidos productos con presupuesto. Aparte de llegarnos una atípica y curiosa coproducción hispano- japonesa, La bestia y la espada mágica, de Jacinto Molina, estrenaban coproducciones con Italia como la olvidable Al oeste de río Grande de José María Zabalza o El exterminador de la carretera, clara respuesta a Mad Max de Giuliano Carnimeo, que firmaba con el seudónimo de Jules Harrison. Nos llegaban los últimos coletazos de títulos picantes, como la italiana La profesora de educación sexual, Piernas arriba o Pasión prohibida, con nuestra inimitable Susana Estrada. También aterrizaba, entre otras, la italiana Fuga del Bronx, de E. G. Castellari, que firmó en esta como E. G. Castell y que cuenta con muchos adeptos de la serie B. Se estrenaba, subtitulada y no en todas las ciudades El cuervo de Corman, con veinte años de retraso. Y resumiendo, el día que se estrena uno de los títulos más taquilleros y esperados del año, El retorno del Jedi, entra en cartelera Extraña seducción, un film hoy día muy poco visto, muy ameno, con connotaciones camp, que para algunos puede resultar una comedia involuntaria y que, al menos para mí, se trata de un divertimento que pocos hoy tendrían el valor de rodar para cine. Muchos telefilms intentaron seguir su estela, pero sin conseguir el arrojo y el desparpajo de esta.
Extraña seducción fue nominada a los Razzie a la peor actriz y peor nueva estrella para su protagonista, Morgan Fairchild, y peor actriz secundaria: Colleen Camp. Los Razzies, como la mayoría de los premios, son a veces muy injustos. Que los premios a la peor actriz y peor nueva estrella ese año fueran para Pia Zadora (incomprendida actriz y cantante, además de envidiada) por La marca de la mariposa no fue justo. Casualmente ella, por ese film, se llevó el Globo de oro a la mejor actriz revelación, pero las malas lenguas dicen que fue su marido por aquel entonces, el magnate multimillonario israelí Meshulam Riklis, quien compró el premio y la colaba donde hiciera falta, tanto en el mundo del cine como de la música. Pero bueno, ese es otro tema. Sinceramente, el premio a la peor nueva estrella tenía que haberlo ganado Mr. T por Rocky III o quizás, con mayor mérito, Luciano Pavarotti por haber rodado Yes, Giorgio (Sí, Giorgio). Para zanjar el tema de los Razzies, ese año solamente diré que el premio al peor actor del año se lo dieron a Sir Laurence Olivier por Inchon en dura competición, según las encuestas, con Pavarotti y Schwarzenegger por Conan, el bárbaro.
Extraña seducción fue un vehículo diseñado para Morgan Fairchild, dentro de sus posibilidades. Esta tejana, cuyo nombre real es Patsy Ann McClenny, hizo su debut ante las cámaras sustituyendo en algunas escenas a Faye Dunaway en Bonnie & Clyde de Arthur Penn. En 1981 había dado el pelotazo definitivo participando en dos series de éxito: Falcon Crest y Flamingo Road, esta última emitida incomprensiblemente por el segundo canal de TVE cuando hubiera arrasado en la primera y también en horario de tarde. Automáticamente se convirtió en uno de los sex symbols de la época, aparte de una alternativa a Joan Collins para hacer un personaje odiado por el gran público, con la diferencia de que Collins ya tenía el título de más glamurosa y era una mala que caía bien. Fairchild no. Demasiados saltos de cama, mucha inmoralidad, bastante zorrerío del que hacía alarde y con personajes no tenían mucho sentido del humor, la catapultaron, no solo a la fama, si no al pozo de las víboras, cosa que ella, con el paso del tiempo, ha ido demostrando que ni era tan malvada ni por supuesto tan tonta como los más ilusos pretendían. Ambas, Collins por Dinastía y Fairchild por Flamingo Road, fueron nominadas a los Globos de oro como mejor actriz principal de televisión en 1981, ganando (ex aequo) Barbara Bel Geddes por Dallas y Linda Evans por Dinastía.
Ciñéndonos a Extraña seducción se trata de un thriller, con toques de erotismo superfluo, en el que Fairchild encarna a la bella presentadora de televisión Jaime Douglas, que vive en una mansión californiana en la que de noche incluso se baña desnuda en la piscina, pero se ve acosada por un admirador, que cuando se siente rechazado se vuelve violento… Nada nuevo sobre el horizonte. Incluso me da la impresión, de que a raíz del éxito de Lápiz de labios (Lipstick) de Lamont Johnson, proliferaron películas con esta fórmula.
Prosigo en el espacio del spoiler sin destripar absolutamente nada