Eureka

5 comentarios en «Eureka»

1. Bueno obviamente el problema lo tengo yo, porque a todo el mundo le parece una maravilla esta película y a mi me ha parecido pasable y ya. He intentado buscar gente crítica con la película, con puntos de vista parecidos a los míos después de verla, pero no, a todo el mundo le parece una obra maestra, una joya oculta, un tesoro. Así que voy a ser muy diplomático.
   
   Pues vale, esta bien, los personajes son simpáticos y la historia algo entrañable, original por momentos. Los puntos negativos supongo que son algunos obvios incluso para a quienes les haya gustado mucho, es muy lenta. Pero no solo eso, a mi el que haya sido tan lenta me ha parecido inútil aveces, y las escenas no me parrecían tan buenas como para merecer la pena alargarlas tanto y disfrutarlas . Ni siquiera la historia y como se desarrolla me ha parecido tan peculiar.
   
   No merece tanto la pena esta película, y su historia no es tan profunda, pero el que este rodada en color sepia, y sea tan silenciosa quizá la haga parecer más profunda de lo que es en realidad. Y que el protagonista sea medio autistico quizá le de más elegancia, que sé yo.

2. Enhorabuena. Porque si has llegado hasta aquí, es que eres un afortunado. Afortunado, ni más ni menos, por conocer una de las piezas claves del cine japonés del siglo XXI.
   
   Eureka es una película tan larga como intensa. Sin hacerse pesada en ningún momento, la película es mayormente una road movie ambientada en el Japón rural y rodada en un hermoso tono sepia.
   
   Con unas memorables actuaciones, la película narra como Makoto, un tranquilo conductor de autobús, es testigo de un trágico suceso ocurrido en su propio vehículo: un psicópata secuestra y mata a todos los pasajeros excepto a él y a dos jóvenes hermanos, que quedan traumatizados después de dicho acontecimiento.
   
   Por si fuera poco, la situación no mejora ni para Makoto ni para los hermanos Kozue y Naoki: el primero se vuelve el principal sospechoso de una serie de asesinatos ocurridos en la región, mientras que los hermanos quedan huérfanos y no consiguen recuperarse del shock: no hablan, no van a la escuela y no mantienen contacto con nadie.
   
   Todo cambia cuando Makoto se va a vivir con los dos hermanos y con el primo de éstos: es entonces cuando se embarcarán en un precioso viaje que marcará sus vidas para siempre.
   
   Llena de momentos emotivos y con un final tan humano como sorprendente, Eureka es, por encima de todo, una cinta magnífica, que bien merece un mayor reconocimiento y que sin duda, merece estar en el altar de mejores películas de la pasada década. Imprescindible.

3. Volver a vivir después de un amargo y duro trance ya que la vida es pura supervivencia.
   
   A veces se sobrevive por fortaleza, otras por suerte… y en esa última grieta no hay vuelta atrás. Con un argumente y premisa vista pero rodada de manera completamente inteligente: un lugar indeterminado de Japón, un autobús secuestrado, los pasajeros son ahora rehenes de lo que parece un psicópata. La policía logra abatir al secuestrador pero sólo hay tres pasajeros que permanezcan con vida.
   
   Aquí acabaría una producción de género. Pero para Shinji Aoyama es simplemente un punto de partida. Lo interesante es lo que ocurre como el punto de vista de la víctima: es la supervivencia al horror y las terribles marcas que deja.
   
   Ese punto de vista escogido y todo el subtexto que marca la historia de esos tres supervivientes hacen que el viaje del espectador se asemeje al suyo: sólo queda el sonido de las cigarras, el encierro de los protagonistas y su liberación del pasado en forma de road movie.
   
   Pero aparte de ser una película existencial y el olvido a las víctimas, Shinji Aoyama incluye en la trama el revivir el trauma: un asesino en serie actúa en la zona como si quisiera reabrir esa brecha y herida que todavía permanece abierta. Esa vuelta al pasado es cruel pero necesaria para encontrar el catalizador al final del viaje.
   
   Eureka es un viaje completamente necesario para sus protagonistas y el espectador. De obligada visión.

4. Al loro con la sobrada. Peli japonesa, subtitulada, con muy pocos diálogos, y tres horas cuarenta minutos en blanco y negro. Bueno, en un tono sepia que para muchos viene siendo lo mismo. Si esto no te asusta, has de saber que es una de las mejores obras que se hayan filmado nunca. Como podrás imaginar, poco tiene que ver con el cine convencional que se suele ver en salas comerciales o en televisión. Esto es otra cosa. En ningún momento tiene uno la sensación de que un listillo te la esté intentando colar, sólo hay personajes. Algunos son de carne y hueso y otros simplemente son.
   
   El paisaje, el tiempo, la luz… lo que se ve y lo que no. Aoyama lo hizo como quiso, del único modo en que podía hacerlo honorablemente. Como un artesano, como un fabricante de violines que lija y lija hasta conseguir la adecuada tonalidad aunque nadie note la diferencia.
   
   Las interpretaciones son perfectas. La música, la poca que hay, está en su justo lugar. El paisaje sonoro, efectos y eso, magistral. La luz es una maravilla, especialmente las escenas nocturnas. Y la historia, en fin, una de las más lúcidas reflexiones sobre naturaleza humana de nuestro tiempo.
   
   Para mi gusto, Aoyama lo ha clavado. No le sobra nada.

5. Esta película que para mi es la mejor de Aoyama es simplemente genial, la duración lejos de ser un estorbo se te pasa volando porque es tanto el poder de esta película a la hora de hacerte formar parte de ella (y es que el sonido ambiente hace que te metas de lleno dentro) que cuando te quieres dar cuenta ya han pasado 3 horas y sigues como un bobo pegado a la pantalla.
   
   La genialidad del argumento las actuaciones que son de notable y sobre todo la lección de la vida que te da esta película son brutales. Y encima la evolución de los protagonistas todo eso acompañado de la transformación en road movie que da de la mitad para adelante la hacen muy recomendable.
   
   Conclusión: Ver la película porque os aseguro que no os defraudara.