Esta abuela es mi padre
Sinopsis de la película
Tercera entrega de la saga Esta abuela es un peligro . Martin Lawrence regresa como el agente del FBI Malcolm Turner y como su alter ego Hattie Mae Pierce, La Gran Abuela . Pero esta vez lo acompañará su hijo Trent, testigo de un asesinato perpetrado por unos gángsteres rusos, lo que les obligará a camuflarse en una Escuela de Arte para chicas, donde creen poder hallar la pista definitiva del caso al mismo tiempo que se esconden de los asesinos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Big Mommas: Like Father, Like Son
- Año: 2011
- Duración: 112
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te detallamos un listado de fuentes de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
3.7
94 valoraciones en total
Lawrence vuelve a traer a la gran pantalla a la abuela más molona, pero una vez más, no está a la altura de la primera, ni de la segunda, y su descenso cualitativo es evidente.
Esta vez, veremos que al agente Turner y a su hijo, después de una investigación poco afortunada, deben introducirse en un colegio femenino, y la única forma es volver a convertirse en la Abuela, pero esta vez acompañada de su Nieta.
Lawrence, hace reír, eso es evidente, y no se puede negar, pero hay veces que con eso no basta y aunque esta vez se ha querido añadir el personaje de la Nieta, no tiene ni la gracia ni el estilo que se le pide, rebajando su calidad. Además muchos de las escenas, están muy vistas, sabiendo de antemano el elemento chistoso, consiguiendo que la sensación de sorpresa no exista, y por lo tanto, no halla carcajadas.
Pero sí a eso le añadimos que es un guión bajo, de tercera categoría, donde decir simple, es un elogio, su calidad artística se vuelve ínfima. Es como si hubieran hecho la película solo para hacer caja, sin sentimientos y sin un proyecto previo de mimos.
Por todo esto y por unas cuantas cosas más la película, se ve en algunos momentos, en otros se hace soporífera, y es que su endeble condición es evidente.
Hacer una crítica de una película como esta no sólo puede ser una de las cosas más estúpidas sobre las que escribir, sino que encima puede ser una de las más difíciles. Así que me la voy a jugar… de hecho, me la he jugado ya, pues esta crítica que van a leer la he escrito antes de ver la película sin que después de verla haya cambiado gran cosa de la misma. Porque verla la he visto, pues más estúpido aún sería hacer una crítica sin siquiera molestarme en confirmar las peores sospechas. Así que juro ante el nº1 de cualquier cómic de Stan Lee que lo que hay a partir del próximo punto y en su mayor parte está escrito durante el partido de fútbol entre el Mallorca y el Zaragoza del pasado fin de semana, sobra decir que un brillante y entretenidísimo partido.
Esta abuela es mi padre es mala. Y me atrevería a dar un euro a todo aquel que de todo corazón y siendo consciente de su respuesta haya pensado un solo instante desde que conociese la existencia del proyecto en lo contrario, que me alcanzaría con lo que llevo suelto en el bolsillo, lo justo para pagarme el número estándar de cañas de un partido de fútbol normal y corriente. Eso sí, bajo la apuesta a 20 céntimos para todo aquel que simplemente pensase en que a lo mejor, tal vez, nunca se sabe, la cinta al menos sería graciosilla, algo que viene a escenificar el dicho aquel de la esperanza es lo último que se pierde . Y por supuesto, compadezco a todo aquel ingenuo que se adentre en una sala de cine bajo el influjo de su cartel este fin de semana en cualquier multisalas de la periferia sin el más mínimo conocimiento de causa…
Martin Lawrence nunca me ha hecho especial gracia, un sentimiento me da generalizado a este lado del charco, y un rápido vistazo a IMDB basta para confirmarnos que su carrera cinematográfica está repleta de títulos de los que hay que recurrir a IMDB para recordar y/o conocer su existencia. Si acaso con la presencia de Will Smith, Tim Robbins o el año pasado Chris Rock a su lado, pero poco más por lo que merezca la pena saber pronunciar su nombre. Y la saga Esta abuela es un peligro no es la excepción, si no más bien la confirmación de que su talento anda muy lejos de aquel con quien se le pretende comparar, Eddie Murphy, de quien por cierto tampoco recuerdo cuándo fue la última vez que le vi en algo que mi cerebro considerase oportuno recordar. No sé si puede ser un problema cultural o qué, pero lo cierto es que el clásico humor del cómico medio afroamericano del que esta cinta está más que sobrado rara vez tiene eco en forma de carcajada en un servidor si éste se presupone es el único sustento del chiste. Y en esta clase de producciones, del estilo a Esta abuela es mi padre, en la que el guión da la sensación de ser más una idea en una servilleta que cualquier otra cosa, si es que alcanza a esto siquiera, y sus intérpretes campan a sus anchas sin ningún tipo de control, más bien lo contrario, radicaliza más aun el concepto aquel de sólo para fans acérrimos .
Desde los orondos travestismos de Eddy Murphy y los estrictos canones de la Mrs Doubtfire de Robin Williams, el género ya se encuentra copado de hombres que hacen gracia cambiando su sexo, pero ya la gracia degenera en facilona repititividad.
Big Mommas, además de facilona, barata, y tan digestiva como un menú de Mac Donalds, está pobremente salpicada de escenas de acción y de golpes de humor, ambas cosas practicamente, no existen.
Pese a todo, me alegro que el señor Lawrence pueda trabajar en lo que le gusta repitiendo un personaje que funciona decentemente en taquilla, pero que no aporta nada de nada ya al séptimo arte.
Es más, el que pague entrada para ver esta joya merece un buen coscorrón, esperar al dvd o descargar, simplemente. Tampoco es que este telefilm le amargue el día a nadie viendolo en casita y en familia, porque lo cierto es que cosas peores se han visto en una pantalla, aunque me pese reconocerlo. Además, la señorita Portia es guapa, y canta como un ángel. Lástima, ella subió la nota de valoración, pero no le hizo llegar al aprobado… avisados quedan.
La primera costó 30 y recaudó 173, la segunda valió 40 y sacó 138… y la tercera tuvo un presupuesto de 32… y ha obtenido 82 en todo el mundo. Si lo anterior fuera un enunciado de un problema de matemáticas el resultado de la ecuación sería ‘problemas de erección’. Con chistes como «De pequeña era tan pobre que cuando iba al Kentucky Fried Chicken le chupaba los dedos a los clientes» y un villano que no deja testigos la propuesta pasa por la entrepierna y el refajo la comedia universitaria femenina, High School Musical y Con Faldas y a lo loco. Si hacer el ridículo sigue siendo rentable… apañados vamos.
No es la favorita para conseguir ninguno de los 3 Razzies a la que está nominada y es injusto que Ken Jeong tenga una nominación por aparecer 3 minutos al principio de la cinta. Cuesta creer que Martin Lawrence no haya recibido ninguna otra nominación a los Razzies salvo por su papel femenino de abuelita de esta película. Esta abuela es un peligro 2 tuvo una única nominación como Peor Secuela y la primera parte, pese a sus malas críticas, salió de rositas junto a su notable éxito en la taquilla. Es curioso que esta tercera parte comparta travestismo con Jack y su gemela aunque su argumento sea un plagio de Con faldas y a lo loco (¡y no sólo por disfrazarse de mujer!). Y más curioso todavía resulta que Martin Lawrence y Brandon T. Jackson, padre e hijo en la ficción, sean nominados por sus interpretaciones femeninas… ¡Ni que como tíos lo hicieran bien!
Con todo lo anterior cuesta seguir unas aventuras tópicas hasta la médula y envueltas en látex cerebral. Encéfalos aparte, el playback de las actuaciones musicales cambia más que facebook y twitter juntos. Un desvarío sonoro que no hace mella en los planteamientos de humor ‘blanco’ sin pedos, meados y otras cagadas del montón. Esta abuela es mi padre tiene un guión de cinta familiar para televisión o directa a DVD pero el misterio es saber cómo con cada entrega y con la misma premisa saca beneficios en taquilla. ¿Nos gusta tan el látex? ¿Tanto? ¿De verdad?
Todo el mundo tiene derecho a hacer una trilogía. A veces son míticas como El señor de los anillos y a veces son timos como la trilogía del Mariachi, algunas se convierten en iconos como Matrix y otras se quedan en un casi como Piratas del Caribe, algunas obra dan para varias trilogías como Star Wars y otras se quedan por el camino como La brújula dorada o Percy Jackson. Coño, si hasta Carmen de Mairena ha estado a punto de tener su propia trilogía (las inenarrables Soy puta y mi coño lo disfruta y Por detrás me gusta más)… así que en principio no vamos a poner pegas legales (morales sí, todas) a Martin Lawrence (ML a partir de ahora) por hacer querer hacer su propia bazofia por triplicado, especialmente cuando lo más parecido a tocar techo que le ha pasado al pobre es participar en las indescriptibles Bad Boys y Bad Boys II como mascota de su majestad Will Smith. Desde entonces, cada vez que hace algo en solitario se deja un poco de su discutible y escasa credibilidad artística por el camino con medianías como la tópica De ladrón a policía, las estúpida Cerdos salvajes… con un par de ruedas, la repugnante Un funeral de muerte y ahora con la trilogía de la abuela travestida de la que forma parte Esta abuela es mi padre.
Para los afortunados que no conozcáis las dos primeras entregas, ML. es un agente federal (quizá como parte de algún sistema de cuotas para minorías raciales, no se me ocurre otra explicación de que el FBI contrate payasos) que por una razón u otra siempre termina envuelto en una misión que requiere travestirse con un disfraz de abuela gorda, ya sea para infiltrarse, ya sea para proteger a un objetivo o ya sea porque a falta de talento, el disfrazarse de mujer obesa sea el único recurso para el humor de un mediocre. El caso es que Esta abuela es mi padre es un truño más pestilente incluso que las anteriores: ridícula cuando plantea una trama seria, aburrida cuando hace comedia, estrafalaria cuando ejecuta algún gag y ordinaria en todo momento: no hay absolutamente ningún elemento nuevo, no ya respecto al cine en general, sino a sus dos entregas precedentes… vamos que es una réplica de sí misma, ofensiva en general para el buen gusto y en particular para las mujeres, los obesos, los ancianos y todas las etnias (menos los latinos, que se salva por los pelos).
Quizá lo único novedoso sea la injustificada larga duración (casi dos horas) como para
poner a prueba el aguante del mismísimo Job con este sinsentido que se hace literamente eterno. Nivel de truño: patochadas como ésta me hacen pensar si no soy un pelín injusto con Adam Sandler. O eso, o es que le pasa algo a mi sentido del humor, pero es que ver la misma historia de siempre de dos tíos infiltrados en una residencia femenina baboseando por las niñas pero sin poder tocarlas no me hace gracia desde que cumplí catorce años. Y el sketch de cómo desarmar a un matón con una patada en la entrepierna mientras poner cara de bizco me provoca la misma risa que una batalla de tartas. ML se ha quedado en el siglo pasado sin mucha pinta de querer evolucionar.