Enfermeras de noche
Sinopsis de la película
Lora Hart es una enfermera que, al acabar su turno, hace horas extras por la noche cuidando a dos niños pequeños en una gran casa. Inesperadamente, se verá involucrada en un complot criminal que la obligará a poner en juego toda su habilidad e inteligencia para librarse de esa situación.
Detalles de la película
- Titulo Original: Night Nurse
- Año: 1931
- Duración: 72
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Opinión de la crítica
Película
6.5
81 valoraciones en total
Enfermeras de noche (1931) es una interesante película, que combina historias de médicos, de gangsters y de crímenes con ingenuidad pero también con atractivo. Dirigida con pulso por Wellman en uno de sus primeros trabajos sonoros. Los cinéfilos (sobretodo) la disfrutarán mucho.
He seguido con mucho interés esta película a medio camino entre el largo y el medio metraje, no solo por la aparición primeriza de actores que luego se convertirían en sólidas realidades del star system usamericano, sino, sobre todo, por la extraña sensación que he tenido de estar viendo una película muda en la que el sonoro hubiera hecho su aparición casi por arte de magia. Algunos rostros, como el del gánster o el de la vieja criada en la mansión donde se cuece la trama criminal remiten enseguida al cine mudo, aunque sus interpretaciones no tengan esa sobreactuación típica de la época muda. La crítica precedente ha destacado los higlights de la película y estoy muy de acuerdo con los mismos. Ya se advierte que Wellman no es precisamente un novato en las lides de la dirección, del mismo modo que, a pesar de su juventud, sorprenden las tablas de Barbara Stanwyck, con un dominio absoluto de la escena en las muchas y muy variadas que ha de interpretar a lo largo de la película. Sí, también a mí me ha sorprendido la naturalidad con que se visten y desvisten las enfermeras ante la camara, en una época tan temprana como 1931, pero ello contribuye a acentuar el aire de verdad que respira la película, por más que la situación alcohólica de la madre de las criaturas y su sumisión al doctor que controla la muerte por inanición de sus hijas para quedarse con su herencia pueda parecer algo impostado. Esas escenas, con el amante pusilánime de la madre, por ejemplo, sí que son auténticamente de cine mudo en su resolución. Siempre complace bucear en los orígenes de directores, actores y actrices, así como de cuanto rodea a la gran industria cultural del siglo XX, pero encontrarse con Clark Gable en un papel de malvado que le viene como anillo al dedo y que representa con cierto decoro, desmintiendo su tradicional torpeza, es una buena recompensa. Se trata de una curiosidad, pero la narración tiene una agilidad y una consistencia que ya quisieran muchas películas actuales. Es de agradecer que la película, aun a pesar de contarnos un drama, esté salpicada constantemente de situaciones jocosas como la amistad entre la enfermera y el gánster, que deviene enamoramiento con un incierto futuro, obviamente.