Enemigos íntimos
Sinopsis de la película
Driss y Manuel son dos amigos de la infancia que acaban tomando caminos distintos: Manuel eligió el tráfico de drogas, mientras que Driss se hizo policía. Cuando uno de los tratos de Manuel sale mal, los dos hombres se reencuentran y descubren que se necesitan el uno al otro para sobrevivir en sus mundos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Frères ennemis aka
- Año: 2018
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
5.9
60 valoraciones en total
La cruda realidad
Con la intención de acercarse a la realidad, David Oelhoffen no dudó en aprovechar la oportunidad de entrevistar a traficantes de drogas cuyas vidas están muy alejadas del mundo de ficción al que nos tiene acostumbrado el género policíaco. Es por eso que Enemigos íntimos se diferencia de otros largometrajes con tramas similares y nos invita a adentrarnos en un mundo oscuro, traicionero y violento. Y si ese es un aspecto que hace de esta película algo especial, también es el que impedirá a algunos espectadores disfrutar de ella de principio a fin. Los que consigan adaptarse a las conversaciones nada grandilocuentes, a los dramas familiares, que aquí tienen una carga mínima, y a las persecuciones poco glamurosas que salpican la película serán los más afortunados.
Ritmo frenético
Enemigos íntimos es una película policíaca a la francesa. Como tal, no se molesta en dar muchas explicaciones o en ayudarnos a entender, más allá de lo necesario, lo que une a los protagonistas. Oelhoffen, que además de dirigir coescribe el guion, dota así de gran realismo a la historia pero también de confusión. Las preguntas que surgen a medida que avanza la trama y que no reciben respuesta pueden poner a prueba nuestra paciencia, pero la necesidad de saber lo que aguarda a los protagonistas mantiene nuestro interés intacto.
Es por eso que las actuaciones de Matthias Schoenaerts (Red Sparrow), Reda Kateb (Lejos de los hombres) y Adel Bencherif (Un profeta) son clave. Al fin y al cabo, es la humanidad con la que dotan a sus personajes lo que nos permite establecer una conexión con la historia que protagonizan. También son sus actuaciones las que compensan el ritmo frenético de la trama, los diálogos que se suceden uno tras otro sin darnos tiempo a bajar la guardia y una persecución contrarreloj que no augura nada bueno.
Escala de grises
Además de una película policíaca, Enemigos íntimos podría considerarse un retrato social desolador que tiene como telón de fondo un barrio en el que nunca brilla el sol y donde la presencia del color es mínima. A la penumbra se añade el hecho de que la cámara, con la intención de convertirse en un testigo mudo de la traición, se encuentra la mayor parte del tiempo sobre el hombro. Sin embargo, la historia central es la de venganza y engaño, impidiendo que el bagaje social llegue a cobrar demasiada importancia.
Conclusión
Gracias a las grandes actuaciones por parte del trío protagonista, y a pesar de su tonalidad oscura, Enemigos íntimos es una bocanada de aire fresco dentro de un género que tiende a edulcorar la realidad y a contar más mentiras que verdades.
Escrito por Esther Alvarado
El director y guionista francés David Oelhoffen nos presenta su tercer largometraje, tras darse a conocer en 2007 con su opera prima Reencuentro que fue presentada en la semana de la crítica de Cannes, posteriormente estreno Lejos de los Hombres que gano el Premio Signis en el Festival de cine de Venecia. Ahora en su nuevo trabajo, vamos viendo a grupo de personas cuyas vidas van a la deriva. La cinta fue presenta en el Festival de cine de Venecia fuera de concurso.
Nos cuenta la historia de un traficante de drogas y de un policía de la brigada de estupefacientes, los cuales tuvieron un pasado común en una de las barridas de las afueras de París. Su reencuentro será debido al asesinato del líder del grupo criminal, que era amigo del traficante y a la vez informaba en la sombra las operaciones al policía.
Aunque no lo parezca sus vidas están muy unidas y hay muchos temas que tiene que tratar e investigar sobre todo tipo de traficantes, crímenes y venganzas. Tanto el papel del traficante interpretado por Matthias Schoenaerts, como el del policía que interpreta Reda Kateb, son fundamentales en la historia. Me encanta como actúan y como se desenvuelven en toda la acción.
La película no es que presente grandes novedades, pero tiene una estructura narrativa y un ritmo que no da respiro al espectador. Tiene bastante tensión dramática y representa esa unión familiar y esa fuerza que se transmiten unos a otros. Me llama también la atención como afrontan el tema del duelo por sus seres queridos y todas las consecuencias que tienes que sufrir cuando perteneces a un grupo criminal y sobre todo cuando lo quieres abandonar. Si te gustan las películas donde el ritmo y la violencia son constantes la disfrutarás como yo lo he hecho.
Lo mejor: Las escenas de acción y la pareja protagonista.
Lo peor: Algunos aspectos que propone ya los hemos visto antes.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
Creo que está mal estructurada, y pese a ello resulta interesante, o a mí me lo ha parecido, tal vez por Matthias Schoenaerts, actor que me gusta mucho, y no tan solo por sus cualidades interpretativas.
Posee buen ritmo, lo cual aleja esa sensación de confusión que de alguna manera merma el interés. Nos habla de lealtad, de códigos no escritos, de traición, mentiras… Debemos deducir demasiados aspectos de un guión que no resulta bien pulido, algo que tal vez ha sido buscado, para mantenernos alerta.
Puedes dedicarle las casi dos horas que dura, al final no tendrás esa conocida sensación de haber perdido el tiempo.
El cine francés es uno de mis favoritos a la hora de disfrutar de una película policíaca y/o mafiosa: 22 balas, Carlos, Conexión Marsella, Escuadrón de élite… entre otras y ésta también se une a una muy buena lista.
La película para ser del género que es, tiene muy poca acción, pero una historia la mar de interesante. El diálogo es muy intenso, cosa que da más ritmo a la película. Muy buenos personajes y el actor protagonista, Schoenaerts, creo que es camaleónico el jodío. Lo ví en Lejos del mundanal ruido , un drama romántico, donde interpretaba un papel de lo más opuesto a lo que ha hecho en ésta película y en ambas se mete de lleno en su papel.
Dos amigos de la infancia, separados largo tiempo al tomar sus vidas senderos y caminos diferentes, vuelven a encontrarse en circunstancias comprometedoras. Uno es un delincuente habitual, traficante de drogas, que acaba de sobrevivir milagrosamente al asesinato de dos de sus conmilitones, mientras que el otro es un policía de narcóticos envuelto en el caso.
Hasta aquí la propuesta carece de originalidad. Son muchos los títulos que partiendo de premisas similares, usan el pasado de los protagonistas para caracterizar un presente complejo, con sentimientos en el plano personal y obligaciones en lo profesional, difíciles de armonizar. Me viene a la cabeza el sensacional papel que ejecutó Gary Oldman en la obra de Phil Joanou El clan de los irlandeses, con un jovencísimo Sean Penn volviendo a sus raíces como policía infiltrado, tratando de encerrar a sus amigos de antaño.
El interés de la cinta, no estando en sus planteamientos iniciales, encuentra su acomodo a partir de dos supuestos: el carisma de los intérpretes principales, Matthias Schoenaerts y Reda Kateb, actorazos en soberbias interpretaciones, y la sucinta crítica que emana la película hacia la situación de la inmigración en Francia, agrupada en demasiados casos en guetos, con delincuencia y ciertos códigos de honor, poco compatibles con la forma de vida occidental.
En su resolución, David Oelhoffen, que se deja en el camino algunos cabos sueltos, sabe mantener el ritmo y el pulso narrativo a este thriller policiaco que logra entretenerme