Encarnación
Sinopsis de la película
Soy actriz , así es como se ve a sí misma Erni Levier. Sabe que sus mejores años ya han pasado. En su apartamento de Buenos Aires recubierto de posters de películas de serie B que ella protagonizó como vedette, lleva una vida sorprendentemente normal, tiene una feliz y cómoda relación con un hombre de mediana edad, mientras crea una página web para mantenerse en el ojo público… pero cuando recibe una invitación para el decimoquinto cumpleaños de su sobrina Ana, Erni decide regresar a su ciudad natal. Para Ana, es tiempo de descubrimientos. Para Erni, es un difícil retorno a sus raíces…
Detalles de la película
- Titulo Original: Encarnación
- Año: 2007
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
5.5
57 valoraciones en total
Ya desde su anterior película la directora Anahí Berneri me sorprendió, mostrando desde adentro la soledad de sus criaturas.
En la anterior se ocupaba de la homosexualidad, ahora lo hace desde la belleza interior de una ex vedette que no se ve reflejada en su apariencia, busca brillar cuando en realidad la intimida.
La directora tuvo la suerte de encontrar la actriz perfecta para su personaje de Encarnación, Silvia Pérez, excelente actuación y una real sorpresa.
Tendré en cuenta la próxima película de ella.
En este segundo largometraje de Anahí Berneri aprecio un cierto buen tacto para las situaciones cotidianas, un poso saludable de realidad. Creo que es reseñable la interpretación de Silvia Pérez, protagonista absoluta de la función, actriz-vedette que en la madurez regresa por un fin de semana a su ciudad natal para la fiesta de cumpleaños de su sobrina. Hasta aquí bien, pero luego Encarnación se queda a medio gás debido en gran medida a su minimalismo argumental no sé si pretendido (sí es así no muy logrado), es decir, hay un hueco narrativo enorme, una duración excesiva y sólo dura 90 minutos para lo poco que consigue transmitir o contar. Creo de hecho que es más un problema de transmisión porque algo hay en la base dramática de la historia pero no se llega a producir el golpe de creación efectivo para que el espectador pueda apreciar correctamente ese mensaje dejando trás de sí imágenes correctas sin mucha pasión y la estela de no haber podido contar más o mejor esta historia.
Ganadora el premio FIPRESCI en el Festival de San Sebastián, Encarnación es una mirada muy cruel a la pérdida de la juventud, y aún más, a la desesperanza de tener que reinventarse. La protagonista del film es una antaño estrella de cine B , vedette seudoerótica cuyas curvas hicieron suspirar a más de una generación, pero el implacable paso del tiempo convierte a la bella joven en una cincuentona plagada de siliconas que intenta mantener el insostenible aspecto de una veinteañera. En esa ficticia vida en la que intenta desesperadamente mantener su estrellato a través de una página web, imposibles colaboraciones en publicidad y una relación sentimental, se hace un pequeño paréntesis cuando Erni Levier vuelve a sus orígenes, en un pueblo del profundo rural argentino para celebrar los quince años de su sobrinita, que en muchos casos intenta emular el pasado de su bombástica tía… La directora de la tremenda Un año sin amor ahora vuelve a realizar otra dura reflexión sobre la naturaleza humana y sobre la futilidad de la carne, la poca vigencia de la felicidad y la casi obligación de reinventarse a sí mismo al mismo ritmo que envejecemos. Todo el trasiego laboral de Erni a lo largo de sus años de gloria queda reducido a un simple suspiro, una pequeña mota de polvo en la inmensidad del tiempo, que no reconoce a sus estrellas una vez que se resquebrajan por la edad. En ese particular canto del cisne, la protagonista sufre el peso de su propia leyenda al mezclarse involuntariamente en una historia que puede destrozar no solo su futuro, sino también su pasado familiar. Aunque el guión está muy bien escrito, y los diálogos tienen una fuerza demoledora, la cinta está aquejada de una gran falta de ritmo en casi todo su metraje, pero especialmente en el nudo central, ya que una vez presentados los personajes, se estira el desarrollo sin que prácticamente pase nada. El incuestionable activo del film es la presencia de Silvia Pérez, en un decadente registro tan lánguido como contundente en todo momento. Probablemente si la directora hubiera utilizado una narración tan ágil como la de su anterior film, Encarnación habría ganado muchos enteros, en esta perversa visión inversa de la Lolita de Nabokov, una vez que ha empezado a tener artrosis en su narración. La vejez no perdona…
Esta es el tipo de película que me vuelve loco. ¿Que cuenta? Todo y nada. La vida. Intenta robar un trozo de realidad, nos muestra el día a día en la vida de una mujer ya mayor, pero muy bien conservada, que tuvo un sueño y que luchó por él, una actriz que tuvo algún pequeño momento de esplendor pero que no ha sido recompensada por su profesión. Una mujer que sigue luchando, que tiene alegrías, que tiene decepciones, que mete la pata, que se siente insegura o que se siente muy segura en otras ocasiones. Una mujer que ya no ama, pero que respeta, una mujer, en singular, que conocemos durante todo el metraje de la película y que deseamos que continúe para seguir conociéndola. Por que deseamos que no desfallezca, y que siga igual de inteligente. Que no puedan con ella.
La directora nos muestra a una mujer que está madurando, aceptando su realidad y la realidad de la gente que la rodea, con dolor, con amor y sin mentiras. Una mujer que no ha triunfado, que no ha alcanzado sus sueños… y que tiene que vivir con eso. Que se conforma y que no se hiere. Y que no hiere a los demás.
Una película que habla de las relaciones entre humanos. Cada uno con sus deseos. Cada uno viviendo la vida como puede. Es una película de encuentros y desencuentros. De viajes. Es una película de como amarse a uno mismo.
La protagonista, Silvia Pérez, hace una interpretación magistral, sutil, convincente, llena de matices. Una gran actriz que no desfallece en ningún momento de la película. Todos sus compañero de reparto la acompañan en este viaje de manera excepcional, todos están a la altura.
Una película que nos habla y nos muestra a seres humanos.
Solo la puedo recomendar si te gusta este tipo de cine, en el que no pasa nada y sucede todo. La vida y su sentido pasan por delante de ti, ante tus ojos.
Yo creo que la directora de Encarnación quiso hacer una película y le salió otra.
Quiso hacer la película de la soledad y de la dudosa ubicación de una mujer madura que ya no se encuentra bien en ningún sitio. Con los jóvenes ya no pega, y con el resto del mundo, representado por su propia familia, tampoco. Es seguro que esa situación es la de muchas personas que están empezando a ser una cosa y que todavía no dejaron de ser la anterior.
Pudo haber sido, por tanto, una interesante película, pero me temo que ha terminado siendo algo muy parecido a una mera exhibición de los talentos físicos e interpretativos de la actriz Silvia Pérez, a quien en España conocemos poco.
Poco más. El argumento es una bobada, y, aunque los actores y la fotografía están correctos, otras virtudes cinematográficas brillan por su ausencia.
Todo es lento, aburrido, insípido, intrascendente.