¡Rompe Ralph!
Sinopsis de la película
Durante décadas, Ralph ha vivido a la sombra de Repara-Félix Jr., el chico bueno de su videojuego. Cansado de ser el malo de la historia, Ralph decide tomar el asunto por sus propias y gigantes manos, y se lanza en un viaje a través de los distintos mundos y generaciones de videojuegos para demostrarle al mundo que él también puede ser un héroe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wreck-It Ralph
- Año: 2012
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
6.9
82 valoraciones en total
¡Ha ocurrido lo inexplicable!, Disney firma su trabajo número 52 con unos cambios realmente curiosos: Han puesto de protagonista a un malo en vez de a un bueno, los reinos encantados son ahora máquinas recreativas, las princesas son corredoras de karts o sargentos, un manitas con un martillo dorado ha ocupado el puesto del príncipe azul y el polvo de hadas se ha convertido en bits……¿¿Todo esto puede ser posible??.
Rompe Ralph es el resultado de la exploración por parte de la industria del tío Walt de la historia de los videojuegos, jugando con ello y teniendo un factor valioso de atraer tanto al público normal como al experto en una actualidad en el que el arte electrónico está en auge, cuyas referencias están genialmente plasmadas en esta peli (ninguno del público se podrá contener de sorprenderse o sonreír al ver a Sonic, el laberinto del Pac-Man, los saltos de Frogger, los disparos de un shooter…..etc). En cuanto al guión, gana mucho en su inteligencia en hacer gags ingeniosos y en una historia que sea accesible para todos pero no por ello caiga en falsas sensiblerías o en argumentos previsibles y en lo que se trata del aspecto técnico, muy colorista y diversa en los escenarios por los que se mueven los personajes.
Veredicto: Construida sobre los temas familiares y la nostalgia, la gran D nos ha dado una de las mayores sorpresas fílmicas del 2012 con Rompe Ralph (además de tratarse de la primera vez que su propuesta gana a la de Pixar).
Dicen que lo bueno se hace esperar, y así ha sido con Rompe Ralph (Wreck-It Ralph, 2012), la que quizá sea la mejor película salida de Walt Disney Pictures desde que estrenasen allá por 1994 El rey león (The Lion King, 1994), un film mucho más cercano a la filosofía de Pixar que la de la casa del ratón a pesar de que las fronteras se diluyeron con el ingreso de John Lasseter a la cúpula directiva de la compañía, algo que ha tenido efecto directo en estimables producciones como la fantástica Bolt o la reciente Enredados . Lo que consigue aquí el director debutante Rich Moore es milagroso por numerosos motivos, pero quedándome sólo con uno, diría que es capaz de capturar la nostalgia de varias generaciones a través de algo tan mal visto a nivel mediático como son los videojuegos. El primer logro del film es, pues, su propia existencia: que Disney, paradigma del cine para niños a ojos de todo el mundo, dedique un largometraje canónico a un sector que de forma más habitual de la que nos gustaría es llamado poco menos que arma del demonio.
Rompe Ralph tiene muchos más méritos, por descontado. A nivel púramente cinematográfico es excelsa, y lo es porque al recurrir a este universo videojueguil es capaz de fusionar los códigos de ambos mundos, para hacer un híbrido espectacular, algo que se lleva a todos los frentes posibles: desde el uso de la música hasta la propia animación de los personajes (sirva fijarse en cómo se mueven, de forma limitada, los monigotes que proceden de la máquina de Ralph), logrando además un contraste evidente entre éstos y los de videojuegos más avanzados. A nivel narrativo es impecable, abriéndose con una voz en off del protagonista (Rompe Ralph, cansado de ser el malo tras 30 años ejerciendo ese papel) que se encuentra en una reunión con otros villanos clásicos (desde Mr Bison de Street Fighter hasta Robotnick de Sonic). Lo que vemos a posteriori es cómo lo que podría haberse quedado en un concepto desaprovechado se transforma totalmente en una suerte de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? , por su cantidad de cameos (muchos difíciles de percibir) y la creación de estos mundos que conviven entre sí, y de la saga Toy Story , donde vemos cómo viven estos personajes una vez que el salón recreativo cierra sus puertas y no se atisba la presencia humana.
La historia es extremadamente sencilla, presentándose pues como un film sobre un conflicto basado en la aceptación de uno mismo y existiendo un personaje secundario maravillosamente contrario al protagonista (la niña Vanellope, una glitch). El logro mayúsculo del filme es ser capaz, insisto, de despertar esa nostalgia en cualquier espectador: los niños lo pasarán de maravilla viendo estos sobresalientes diseños en movimiento, y pasándoselo pipa con los toques de humor, los adultos -de cualquier rango de edad- no podrán reprimir la sonrisa según vayan saliendo cosas por la pantalla. Así que al final, lo que parece una película simple se convierte en una completa oda, un homenaje mayúsculo (el mejor que ha hecho nunca) a todo un sector, o un medio de expresión, que comunmente se subvalora y que por fin cuenta con su microscópica obra maestra en el séptimo arte. Una película sofisticadísima a nivel púramente cinematográfico (el guión, perfecto, milimétricamente estudiado) que remite al origen de los videojuegos y de la propia animación, apostando por un tono cartoon tan marcado como agradecido. Si no es la mejor película animada (comercial) del año, poco le falta. Y además viene acompañada con el también notable cortometraje Paperman . Hay que verla, es una maravilla.
Brutal. Es el calificativo que mejor define a la nueva película de Disney que para nada sorprendería si alguien nos dijese que quien la firma es Pixar. Con un comienzo que ya te gana, con escenas para el recuerdo (como eses Ryu y Ken al mas puro estilo Woody y Buzz en Toy Story comenzando una conversación cuando todos abandonan la sala de juegos) y una primera parte que homenajea al mundo de los videojuegos de forma magistral(guiños a Super Mario, Metal Gear o Tomb Raider) , la película avanza de forma estupenda durante una primera media hora excelente y se va transformando en una aventura buenísima con personajes realmente geniales (Vanellope, la sargento Calhoun,Felix…)
En definitiva una gran película recomendada para todos los públicos y en especial a los gamers adultos que la disfrutaran como niños. (como hice yo)
Lo mejor y lo peor en el Spoiler. Felices fiestas a todos 🙂
Level 1:
Nivel básico para cualquier cinta de animación: la búsqueda de unos personajes carismáticos que conecten con el espectador. Por una parte, la cinta está controlada por Ralph, un villano de videojuego que posee la facilidad para empatizar con el espectador desde el minuto 1. A su lado, cuenta con Fix-It Felix Jr. un héroe con aroma a fontanero italiano capaz de reparar todos los desperfectos, y la dulce y repelente Vanellope, que reblandecerá el corazón de nuestro antihéroe. Por si fuera poco, esta pantalla cuenta con una galería de secundarios maravillosa que ayuda a alcanzar la meta con facilidad, pasando al siguiente nivel.
Level 2:
Toda película de animación, tiene que superar la dura prueba del diseño gráfico. Rich Moore se encarga de crear un universo a caballo entre los píxeles de los clásicos arcade, la oscuridad del mejor Gears of War y el colorido del manga. Personajes y decorados presentan una amplia gama de detalles que ayudan a su caracterización. La fluidez, o ausencia de ella, de los movimientos termina convirtiéndose en un recurso más para dotar a la película de más vida. En esta pantalla, sin embargo, nos encontramos con el primer malo de nivel. Todo el universo Sugar Rush , en el que se desarrolla gran parte del metraje, puede llegar a empalagar con su amplio colorido, sin embargo, resulta fácil pasar por encima de ese enemigo, alcanzando la siguiente pantalla.
Level 3:
Aquí la cosa se complica bastante. En este nivel, buscamos una historia que sorprenda y garantice ternura, diversión y entretenimiento. ¡Rompe Ralph! lo tiene. En primer lugar, porque Disney ha intentando romper los clichés de su cine convirtiendo en héroe al villano, y enseñándonos, a través de sus consabidas moralinas, que todo rol se puede cambiar. Ante semejante declaración de principios, Disney saca pecho y da un paso adelante reivindicándose como el gran estudio que siempre ha sido, y demostrando que todavía le queda mucho por decir. A partir de ahí, el guión ofrece un sinfín de momentos hilarantes, otro tanto de escenas cargadas de acción y aventuras, al más puro estilo arcade, y un par de momentos tiernos que le acercan levemente al sentimentalismo y capacidad de emoción de Pixar.
Final Stage:
Al final, para superar esta prueba con éxito, ¡Rompe Ralph! , adereza sus puntos fuertes con muchas referencias a una cultura que en mi caso, me vio crecer. Tardes de videojuegos, recreativos y merienda vuelven a mi memoria con las aventuras de Ralph. Un sentido homenaje a la cultura retro que embellece una película que por momentos, pretende estar dirigida al público infantil, pero que se revela como un regalo navideño para toda una generación que sonríe, disfruta y goza con estos 101 minutos de buen cine.
Una vez superado el juego, solo queda afirmar que este año, Disney ha sabido sacar jugo a sus recursos poniéndose al nivel de Pixar. Espero que estos toques de atención por parte de otras compañías, animen a los estudios del flexo a aumentar el nivel de sus cintas a cotas ya alcanzadas. Y mientras tanto, yo podré deleitarme con este tierno y divertido regalo que me hace meter la mano en el bolsillo, encontrar esa moneda hecha de recuerdos y nostalgia, y gastarla para borrar el famoso letrero que reza:
INSERT COIN
¡Rompe Ralph! es el debut en la dirección de largometrajes de Rich Moore, que proviene de series como los Simpson y Futurama. Pero lo que es más aparente es que se trata de la última película del nuevo Disney, ese que está amparado por John Lasseter y es cada vez más difícil de discernir de Pixar.
Momentáneamente los gerifaltes deciden olvidarse del rollo princesitas, que tan buenos resultados les dio en la notable Enredados, y tirar por una temática novedosa: los videojuegos. Un campo en el que esto escribe confiesa encontrarse un poco profano de un tiempo a esta parte, aunque sí le daba al asunto durante los ochenta/noventa. Aún así el filme pretende evocar sobre todo a los clásicos de 8 bits, mezclados con alguna referencia más moderna como Call Of Duty, por lo que, en general, pillo de que están hablando.
El trailer presentaba que la cosa iba de un villano de videojuego tipo Donkey Kong que en realidad quería ser bueno (idea más o menos tocada en Gru y Megamind, aunque aquí el tipo sólo es malo de profesión y en realidad es un pedazo de pan). También que en la película había cameos de personajes de videojuegos famosos (y otros más oscuros) como Sonic, la plantilla de Street Fighter, Q-Bert o Bowser (pero no Mario). Y que el villano escapaba a un shooter en primera persona tipo Halo/Call of Duty para convertirse en héroe.
Trailers posteriores revelaban que el aparente contraste entre videojuego clásico/videojuego moderno en realidad daba paso a una aventura más centrada en un juego llamado Sugar Rush, una especie de Mario Kart de golosina, donde Ralph conocía a una niña llamada Vanellope.
El problema de estas promociones es doble. A la vez destripan demasiado y dan una idea algo errónea de la película. Lo segundo se debe a que el cameo de personajes recuerda a una cinta brillante e innovadora como Quién engañó a Roger Rabbit, que junto por primera vez a todos los personajes Warner y Disney en escenas imaginativas e inspiradas dentro de una película igualmente diferente a todo lo que se veía entonces.
Esta concepción cambia un poco cuando se observa que la mayoría de esos cameos se concentran en los primeros veinte minutos y ya han sido destripados en el trailer. Además de que no son , en general, tan elaborados o brillantes como los de Quién engañó a Roger Rabbit. Lo cierto es que ¡Rompe Ralph! no estaba obligada a seguir su estructura y evidentemente tiene que desarrollar a sus propios personajes y su argumento original, pero miren el póster que aparece en esta misma web acompañando el título de la película y no me digan que no promete más presencia de esos personajes conocidos por los gamers.
Lo primero está relacionado con el hecho de que, efectivamente, la cinta depara alguna sorpresa en cuanto a su argumento que no se veían en el trailer, pero en él, más o menos, vemos todos los personajes, decorados y cameos, y la clase de humor que adorna la primera parte del filme. Nos queda un guión bien construido que algunos quizá encuentren predecible y a otros les pille por sorpresa en algunos aspectos de su clímax, que , por cierto, también recuerda ligeramente a algún aspecto de Quién engañó a Roger Rabbit. Pero por lo demás es una especie de cinta Disney/Pixar de libro. Esto quiere decir que en el fondo lo que la cinta nos vuelve a presentar es Toy Story, Monstruos S.A. y Bolt con otro envoltorio. Como los parecidos con las dos primeras son claros, iré a la última. Tenemos a un personaje con conflicto personal y una misión que acometer. Sin embargo, ambos filmes introducen pronto a un secundario o secundarios con otro conflicto diferente-en ambos un personaje femenino, aquí una niña, en el otro una gata- que añade capas al filme y lo lleva por un terreno algo inesperado… aunque a la vez difumina un poco sus intenciones iniciales. A esto se suman los habituales giros de buddy movie tan típicos de Pixar. Esto es, personajes opuestos que no simpatizan, terminan por hacerse amigos, hasta que uno decepciona a otro y después hacen las paces.
Soy consciente de que algunas de estas fórmulas siempre funcionan o han sido reutilizadas con acierto durante la historia del cine pero mi sensación es que lo que podría haber sido una cinta muy diferente-por su concepto, sus vistosos escenarios, el toque retro-nostálgico de las salas de máquinas y la apariencia variada de sus personajes- termina por ser algo casi tan convencional como la propia Bolt.
Bien escrito, bien construido, con giros en los momentos justos…pero poco sorprendente en su contenido y sólo lo justo en lo visual (se podía haber hecho un poco más con los diferentes mundos de los videojuegos). Si a ello unimos que los personajes protagonistas son divertidos y agradables pero no inolvidables o entrañables, nos queda una cinta más simpática que rompedora que, no obstante, llamará la atención y será bien recibida porque es una buena película infantil que trata un campo, los videojuegos, con tirón entre los frikis adultos. Pero, aunque ser infantil no es necesariamente un problema, esperaba un enfoque más festivo, menos depresivo-el exceso de conflictos y escenas emotivas le hace perder diversión y agilidad- y quizá con más guiños al público adulto (el elemento retro-nostálgico de los 8 bits o los cameos no van más allá de lo visto en el trailer).