En ninguna parte

En medio de la nada, al borde de una carretera secundaria, una vieja y pequeña gasolinera interrumpe abruptamente el árido paisaje rural. José, el dueño (José Ángel Egido), es un hombre maduro que vive marcado por la trágica muerte de su esposa. Con él trabajan sus hijos: Pablo (Ismael Uceda), un niño de diez años que querría tener una familia normal, y Rais (Noelia Castaño), una joven de veinte que, harta de la monotonía, sólo piensa en irse de allí y empezar a vivir su propia vida. Una tarde de verano, un lujoso coche se detiene delante de la gasolinera. En él viajan tres personas totalmente ajenas al mundo de José y sus hijos: Antonio (Héctor Alterio), un prestigioso actor de cine que quiere conocer el escenario de la película en la que está trabajando, Manuel (Jorge Roelas), un ambicioso ayudante de producción y Juan (Frank Spano), el chófer, un inmigrante venezolano. Como tienen la impresión de haberse extraviado, Manuel habla con el productor, quien le ordena que permanezcan en la gasolinera hasta que el resto del equipo de rodaje vaya a buscarlos. Así las cosas, los forasteros se ven obligados a compartir el tiempo de espera con los tres lugareños. A Antonio, que está harto de la trivialidad de la fama, le intriga la vida de José, que no conoce ninguna de sus películas y lo trata con total naturalidad. Manuel tiene oportunidad de reflexionar sobre su vida profesional y su relación con su esposa. Juan comprueba que no es necesario venir de otro país para sentirse extranjero. Rais decide que el momento de irse ha llegado y comienza a preparar su partida. Pablo nota por primera vez que su familia se está desintegrando, y José descubre que quizá no es el padre que debería ser para sus hijos. Inesperadamente, estas seis personas pasarán juntas ochenta minutos que marcarán un antes y un después en sus vidas.