En lo más crudo del crudo invierno
Sinopsis de la película
Joe Harper es un actor en paro en el que sólo parece confiar su estrafalaria agente Margaretta DArcy. Joe decide montar una representación teatral navideña de Hamlet , su obra favorita, pero los actores son bastante mediocres, y las tres semanas de preparación de la obra constituirán toda una aventura.
Detalles de la película
- Titulo Original: In the Bleak Midwinter aka
- Año: 1995
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
6.8
23 valoraciones en total
La comedia y el drama se disputan esta historia más que aceptable sobre la esencia misma del teatro. Buenas interpretaciones y aceptable guión de Kenneth Branagh, que dirige esta película sin más pretensión que hacer cine de autor para alimentar el alma del creador, criticando las grandes producciones comerciales como fútiles productos que no hacen sino alimentar los bolsillos.
La experiencia de este filme resulta gratamente conmovedora. Plagada de diálogos en los que los horizontes de todo lo que es el teatro sale a relucir, la película nos enseña a valorar lo que ocurre tras bambalinas mientras vemos unos pocos minutos de representación. Me gusta incluso el hecho de que la situación se plantee desde la pobreza y la apariencia, en ese juego interesante de roles que todo ser humano juega en la vida cotidiana. Se resaltan también todas las interpretaciones, que generan un conjunto entrañable en esta compañía teatral que quiere sacar adelante la representación de Hamlet.
Kenneth Branagh nos muestra la irreverencia con la que quiso enfrentar la adaptación cinematográfica de Hamlet de Shakespeare. El filme, que aparecería en 1996 y que el mismo Branagh protagonizaría, es una puesta a punto de lo que en A Midwinters Tale es un juego, pero uno muy divertido, crítico, inteligente y, con mayor razón, altamente teatral y humilde.
Kenneth Branagh se refleja en Joe Harper, el personaje protagonista de esta deliciosa comedia británica, cuando confiesa que una representación de Hamlet, vista a los quince años, le hizo amar el teatro hasta el punto de dedicarse a él en cuerpo y alma.
Al año siguiente del estreno de esta (gran) obra menor, Kenneth Branagh pondría en escena su magnífica versión de la tragedia de Shakespeare, interviniendo como protagonista y director, aunque, en esta comedia, no representa ningún papel, centrándose en su labor como guionista y director. Tal parece, entonces, como un ensayo informal, en tonos humildes, de lo que sería después una espléndida película sobre el clásico, al que imprimiría su impronta especial y donde repetirían algunos de los actores que intervienen en la comedia.
El blanco y negro ha sido un acierto: Confiere a la película un tono intimista y familiar, como de teatro de aficionados, todos ellos adorables, entre los que sobresale (así me lo parece) el personaje de Carnforth Greville. De hecho, tan entrañable se me antoja, que lo he adoptado como alias.
calienta en lo más crudo del crudo invierno, calienta el espíritu y deleita a aquellos que amamos este séptimo arte.
Poco conocido, y excelente, estudio en blanco y negro de la condición actoral, sección Teatro, sublime y encubierto ensayo de su impresionante adaptación, un año después, de Hamlet , de William Shakespeare, Kenneth Branagh filma y firma esta entrañable y curiosa comedia de actores.
Cómo la crisis vital, el desempleo, las decepciones, no restan sino elevan el (descomunal) amor al arte que, con la cabezonería como lazarillo, rumbo pone a un loco sueño: un modesto y navideño montaje de Hamlet -obra favorita del protagonista- con actores aficionados, anuncio en el periódico mediante. Majara empresa bajo la aquiescencia, con reservas y recelos, de su agente y amiga Margaretta, desempeño que unirá a distintas personas, con variadas personalidades, en duros ensayos y convivencia en una iglesia abandonada, que hará las veces de increíble teatro donde representar su original y heterodoxa visión de la trágica historia del joven príncipe de Dinamarca.
En suma, una pequeña gran genialidad del shakesperiano de pro Branagh, donde la pasión hace la unión de la parte técnica, la del vestuario, la del elenco bajo la amenaza de variopintas dificultades. Y es que, al parecer, un poco de locura es menester para darse a la actuación: la escena cuasi inicial del hilarante casting es un auténtico desfile de chiflada flora y fauna, más o menos artística (¡esa comparación de Hamlet con todo, la Geografía inclusive!).