En cuerpo y alma
Sinopsis de la película
María comienza a trabajar como supervisora en un matadero de Budapest, pero pronto comienzan a surgir cotilleos y rumores sobre ella. Durante el almuerzo opta siempre por sentarse sola, y es consciente de sus deberes y obligaciones, con un estricto apego a las normas. Su mundo se compone de cifras y datos impresos en su memoria desde la primera infancia. Endre, su jefe, es un tipo tranquilo. Ambos empezarán a conocerse lentamente.
Detalles de la película
- Titulo Original: Teströl és lélekröl (On Body and Soul)
- Año: 2017
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
Película
6.8
20 valoraciones en total
La directora húngara Ildikó Enyedi nos presenta su quinto largometraje, una película muy interesante cuyo guíon también es suyo. La cinta obtuvo el Oso de Oro en el último Festival de Cinde Berlín y el el premio de la crítica especializada. La verdad es que llevaba mucho años sin dirigir ninguna película y la vuelta no ha podido ser mejor.
La cinta nos va contando la inusual historia de amor que va surgiendo entre dos personas, que trabajan en un matadero en Budapest. La pareja protagonista son dos almas con un pasado bastante duro y muy solitarias, que en todo momento están intentando entrar en contacto con el mundo actual.
La película empieza con una escena inicial de dos ciervos en un bello paísaje completamente nevado, son unas imágenes rodadas en primer plano magníficas, dignas de un gran documental. Aunque a partir de ese momento cuesta un poco entrar en la historia, pero desde el momento que entrás lo disfrutarás al máximo.
Desde el momento que la joven protagonista entra a trabajar en el matadero, el director del mismo quedará prendado por ella, es una inspectora de calidad con una personalidad muy fría, con grandes secuelas psicológicas y que se vuelve practicamente invisible entre todos sus compañeros. Lo más curioso es que entre ellos surge una especie de simbiosis, tiene los mismos sueños y se dan cuenta que son almas gemelas.
La directora consigue mantener la película siempre en un tono dramático, pero con algunas escenas divertidas. No quita que la mayoría del tiempo la cinta este en un nivel equilibrado de intimidad emocional.
Uno de los aspectos fundamentales son las imágenes y el juego de colores que hacen que se aproveche al máximo la luz y el espacio. La fotografía y la puesta en escena también estan muy bien desarrollados. El guion con alguno giro que no esperas también es muy a tener en cuenta.
El trabajo de la pareja principal es excelente, sobre todo la actriz Alexandra Borbély, secundados por un gran elenco de actores que están a la altura de sus compañeros.
Lo mejor: El desarrollo y desenlace de la historia
Lo peor: Cuesta un poco entrar en ella
En cuerpo y alma es una película difícil de definir. La sensibilidad está plenamente presente tanto en el argumento como en las propias imágenes. Una historia tan rara y etérea se presenta difícil de rodar y de mantener la atención del espectador. Pero la maestría del director la dota de una gran belleza con las imágenes del bosque, de enorme sutileza cuando retrata con ángulo muy cerrado el rostro de la protagonista, muchas veces con algún elemento que distorsiona la nitidez. Esa delicadeza está presente en un entorno vulgar y agresivo que a veces se rueda con carácter casi documental. Los momentos trascendentes son rodados con ternura y delicadeza, se toma su tiempo el director. Véase cuando filma la mano de la protagonista acariciando la hierba…
En cuerpo y alma es un canto a la vida y un triunfo sobre el dolor.
En cuerpo y alma supone el regreso de la cineasta húngara Ildikó Enyedi, quien después de 18 años desaparecida cinematográficamente vuelve a la dirección con su quinto largometraje en el que, además, también es guionista. La cinta, elegida como candidata por Hungría en la carrera a los Oscar, fue la ganadora del Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín y del premio a Mejor Película en el Festival de cine de Sydney.
La película da inicio con unas imágenes casi tarkovskianas donde dos ciervos, alejados de la industrializada ciudad, viven en paz dentro de un hermoso espacio nevado donde es posible correr libremente o, simplemente, disfrutar de su existencia. Sin embargo, y contraponiéndose a esas bellas postales invernales, En cuerpo y alma nos arranca del frío del bosque para trasladarnos al también gélido matadero donde trabajan los protagonistas de esta historia.
Él, cincuentón divorciado con una parálisis completa en uno de sus brazos y que había olvidado tener pareja hace años, queda completamente prendado de ella, solitaria con cierta fama de estricta, en una fábula mágica que deambula entre la cruda realidad y los sueños. Los primeros minutos del film se centrarán en la primera toma de contacto entre los protagonistas y en cómo se desarrolla su extraña relación durante la cotidianidad al mismo tiempo que, al acabar la jornada, se yuxtaponen las imágenes de los ciervos en el bosque. Sin embargo, un inesperado giro de guion provocado por un robo en el matadero y el posterior examen mental que se realiza a todos los trabajadores dará paso a una nueva película llena de sensibilidad (que no es lo mismo que sentimentalismo barato o chantaje emocional) que focaliza sobre unos personajes entrañables, sus barreras y su lucha por derribarlas.
La directora, demostrando la importancia del cómo frente al qué, plasma con En cuerpo y alma su visión sobre el romanticismo consiguiendo un delicado relato sobre el dolor, la belleza de la vida y el amor. Curiosamente, somos testigos de cómo evoluciona la relación entre Endre y Mária en un terreno hostil como es su lugar de trabajo, en el que asistimos a las muertes explícitas de diferentes animales retratando cómo de efímera es la existencia en la sociedad contemporánea, además de una clara denuncia a dichos episodios.
Entre las escenas más reveladoras que encontramos en la cinta, destacamos la charla entre el protagonista y el recién contratado Sanyi (Ervin Nagy) sobre la importancia que da a los actos que se comenten en su nuevo trabajo respecto al trato animal, o la primera noche que los personajes comparten techo indagando qué experiencias ocurrirían en sus sueños compartidos si duermen juntos.
En cuerpo y alma consigue que durante casi dos horas nos evadamos de la realidad para sumergirnos en su propio mundo, agridulce y con toques oníricos. Si bien es cierto que en su tramo final podría haber sido más ligera, la resolución complace al emocionado espectador. En una sociedad completamente sexualizada, la reflexión del amor que proclama la película no puede ser más acertada. Realmente, sufrí una conexión metafísica.
Escrito por Antonio Fuentes Belando
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-en-cuerpo-y-alma/
El cuerpo y el alma. Lo que podemos ver y lo que no. Del cuerpo y del alma nacen respectivamente los, por así decirlo, defectos, de Endre (Morscsányi Géza) y Mária (Alexandra Borbély), los dos protagonistas de En Cuerpo y Alma. Él, de unos cincuenta años, divorciado, jefe de personal de un matadero en Budapest, con una paresia completa del brazo izquierdo, ella, de quizás menos de treinta, sobrentendemos que sin relaciones previas, supervisora de calidad recién incorporada a dicho matadero, con una especie de trastorno de espectro autista con evidentes dificultades socio-conductuales.
El cuerpo y el alma, el paradigma de los opuestos vitales complementarios. La fotografía y su negativo, lo indivisible pero incoalescente. Es este juego de opuestos el que pavimenta no sólo la progresión en la relación de los dos personajes, sino la forma en la que la directora húngara Ildikó Enyedi ejecuta la narración de su película, con la interposición de las composiciones oníricas que finalmente resultan cruciales para el devenir de la historia y las crudas imágenes de la realidad en el matadero.
Ahí, en un matadero, epítome de lugar donde se pone fin a la vida, empieza por así decirlo también la vida para Mária y Endre, dos personas a simple vista (en cuerpo) opuestas, como hemos dicho, pero de alguna forma unidas por una hiperconsciencia (en alma) de sí mismos, de su falibilidad, emparentadas en una cierta atonía vital, cuyo encuentro sirve para ordenar los factores necesarios para su progresión personal interna. Porque, ciertamente, En Cuerpo y Alma es una fábula sobre la superación de quien parece abandonado a su suerte emocional, que encuentra milagrosamente un tono dulce y agradablemente cómico en algunas escenas que, replanteadas de otra manera, resultarían casi crueles. Se podría decir que hay algo de Aki Kaurismaki en la cinta de Enyedi, a propósito de esa forma de narrar la cotidianidad con un marcado contraste de tonos: amargura, emoción y una pequeña alegría interna.
El cuerpo y el alma. Lo que podemos tocar y lo que no. Lo palpable y lo intangible, aquello que vertebra el amor o lo que entendemos como amor. Porque En Cuerpo y Alma es también, y probablemente aquí radica su más llamativa virtud, un cuento anómalo y bellísimo sobre los inescrutables caminos del amor, con una solución metafórica audaz e inaudita para explicar eso en realidad tan inexplicable que es la atracción entre dos personas: la sincronía de los sueños, la magia entrando por la ventana mientras la razón sale por la puerta.
El enfrentamiento pacífico entre razón y magia, tanto en las formas como en el motor de esta historia, es quizás lo que hace tan especial a la ganadora del Oso de Oro de este año en el Festival de Berlín. Razón y magia en plena revolución: la esencia de la vida, en definitiva. Y cuando alguien es capaz de capturar la poesía de lo imperfecto con gestos e imágenes, con palabras y silencios, con luz y oscuridad, toca reconocer con una discreta sonrisa de reconciliación con el cine que estamos ante una pequeña, cautivadora y maravillosa película.
Pero que muy curiosa y atractiva película húngara (ganadora del Oso de Oro en el Festival de Cine Internacional de Berlín, 2017), que mezcla el género romántico (muy especial, eso sí), con el melodrama, de forma muy atractiva y entretenida, amén de divertida en ocasiones. Una fábula en toda regla, delicada, lírica e incluso a veces ingenua, o eso parece (que no lo es en absoluto).
Y es que hay multitud de pequeños detalles que hacen reír no pocas veces y sonreír con mucha frecuencia.
Existen momentos intensos, donde parece que la tragedia aflorará, mezclando la intriga con el humor de forma magistral.
Estupendas interpretaciones, peculiares y entrañables personajes, y unos diálogos cortos, con silencios esclarecedores, que gracias a un buen guión a cargo del propio realizador y de una versátil dirección que saca el mejor partido a sus positivos elementos, hacen de este trabajo un placer.
Francamente lograda, no deja indiferente a nadie.
https://filmsencajatonta.blogspot.com.es