Emboscada en la bahía
Sinopsis de la película
Segunda Guerra Mundial, 1944. Una patrulla de marines norteamericanos desembarca secretamente en una isla del archipiélago filipino que está ocupada por los japoneses. Su misión consiste en ponerse en contacto con alguien que posee información de vital importancia, que podría evitar que las tropas americanas fueran víctimas de una gran emboscada.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ambush Bay
- Año: 1966
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
Película
4.4
59 valoraciones en total
Película de serie b que, una vez mas, nos cuenta las peripecias de un comando infiltrado en territorio enemigo. En esta ocasión la acción se sitúa en el escenario del Pacifico, concretamente en una isla filipina en manos japonesas poco antes de la invasión aliada de Filipinas en 1944. El comando en cuestión tiene que contactar con un espía para obtener una valiosa información que facilitara la invasión de MacArthur.
Entre los protagonistas, miembros del comando, esta un casi desconocido James Mitchum, de gran parecido físico con su famoso hermano (Robert Mitchum), aunque en calidad interpretativa el parecido brilla por su ausencia. También forma parte del comando el pequeño Mickey Rooney (¿de verdad admitirían reclutas de este tamaño en el ejercito estadounidense?), lejos ya de su etapa gloriosa de las comedias juveniles y musicales de los años 30 y 40.
La película, sin muchas pretensiones, es bastante entretenida y agradable de ver, aunque en toda la parte final se desmadra un poco y nos presenta situaciones muy poco creíbles.
Corrían los años 60 y los conflictos entre naciones hacían brotar en las gentes nuevas ideologías y posturas encontradas con respecto a la guerra, su significado y sus consecuencias (la de Vietnam, aunque no en su punto álgido, ya comenzaba a levantar ampollas).
Por estos motivos, el cine bélico viviría durante la década una renovación de sus propios códigos y elementos desterrando entre ellos el maniqueísmo imperante y los mensajes propagandísticos tan propios de tiempos pasados, con especial importancia en esta evolución la mítica Doce del Patíbulo , que cambiaría mucho las cosas en el género. Pero antes de estrenarse la obra magna de Robert Aldrich tuvo lugar una curiosa producción llevada a cabo por Aubrey Schenk, especialista de serie B afiliado a la United Artist, que también estaría centrada en las aventuras de un cuerpo de soldados durante la 2.ª Guerra Mundial (algo muy recurrente entonces).
El guión corría a cargo de Marve Feinberg y el autor, cineasta y veterano de guerra Ib Melchior mientras tras la cámara se disponía un tal Ron Winston, director televisivo que había participado en The Man from U.N.C.L.E. y The Twilight Zone , para quien significó su debut cinematográfico, cuya acción viene a desarrollarse unos días antes de la llegada de Douglas MacArthur a Filipinas, el 20 de Octubre de 1.944. A esta campaña, que consistía en la derrota de los invasores nipones en suelo filipino por parte del ejército estadounidense y australiano en colaboración con la resistencia del país, se la llamó Operación Mosquetero o Liberación de Filipinas.
Melchior y Feinberg se sirven de estos sucesos reales para construir un relato situado enteramente del lado de la ficción, introduciendo en el conflicto a una élite de soldados y marines de lo más aguerridos con especialidades determinadas que han sido enviados para cumplir una misión secreta, tal y como nos cuenta la voz de James Grenier, un joven radiotelegrafista sin experiencia en el campo de batalla que se ha visto metido en la operación de pura carambola. Así iremos siguiendo a este personaje, guía del espectador, mientras somos testigos de su descontento, bien mediante su (incómoda e innecesaria) narración en primera persona, bien por las charlas que mantiene con sus compañeros de escuadrilla, para los cuales (y para nosotros) no será más que un repelente niño mimado con demasiados humos.
Pues así actuará básicamente, observando con los inocentes ojos de un niño ese entorno hostil, despiadado y brutal al que le han lanzado de cabeza para una misión que no entiende. Estos hombres, entregados a su incierto destino con severo mutismo, serán presa uno tras otro del cruel enemigo, que sufre duras inclemencias en manos de los guionistas, quienes reducen a los inteligentes, valientes y expeditivos japoneses a villanos impersonales representados como poco más que cobardes oportunistas y pervertidos, reprochable visión a la cual no ayuda que actores filipinos encarnen a estos personajes, reafirmándose aún más el tono de serie B que exuda el film en todo momento.
Y es que Winston parecer querer jugar a ser Fuller, Siegel o Guillermin, cosa que no consigue aun imprimiendo dureza y una violencia de lo más áspera a las imágenes, filmadas de forma directa y rudimentaria, pero su esfuerzo se ve empañado por las muchas carencias y errores de la obra, tanto de producción como de argumento, y en esto cabe destacar dos en concreto: que a poco menos de la mitad de metraje se nos revele, con pelos y señales, el objetivo de los protagonistas, y que durante la misión éstos se detengan unos instantes para una introspección psicológica con intenciones dramáticas a modo de forzada conversación.
Porque eso es la gratuita charla que veremos entre Corey y la chica, personaje inesperado cuya intervención dará un nuevo e inusual enfoque a la película, táctica poco efectiva del director, a partir de la sigilosa entrada del sargento en el salón de té (que a mi parecer Melchior y Feinberg tienen un concepto muy equivocado de lo que es un salón de té japonés) y su encuentro con Miyazaki, Emboscada en la Bahía deja levemente de estar enmarcada en el puro y duro bélico, con sus desvelos de intriga y humor negro, para inmiscuirse en el género de la aventura más próxima a Huston, Walsh o Sturges y en ese cine de agentes infiltrados y espías tan propio de los títulos de James Bond (y si alguien lo duda, insisto, atento al personaje que encarna la guapa Tisa Chang en su debut para el cine).
Combinación de estilos conducida hacia un clímax realmente increíble, tan lleno de acción y violencia como de excesos en la mejor y más desenfadada tradición del cine exploitation que podamos encontrar. James Mitchum, hijo del legendario actor (quien está claro que no heredó el talento de su padre), pretende hacerse con el protagonismo a través un personaje irritante que logra rápidamente nuestra antipatía, sin saber que el auténtico protagonista es Hugh OBrien, genial en la piel del rudo, amargo y enigmático sargento Corey.
Por su parte, el gran Mickey Rooney no se privará, como siempre, de sus momentos de humor (memorable la escena de las granadas). En cuestión de reparto lo más imperdonable es que Winston (o Schenk) escogiera a filipinos para interpretar a los japoneses, cuando a kilómetros se distingue que uno de estos actores se parece tanto a un nipón como un huevo a una castaña. Tampoco se puede decir mucho de la fotografía de Emmanuel Rojas o la partitura de Richard LaSalle, excesivamente melodramática para la película.
En 1.966 se estrenarían otras obras con la 2.ª Guerra Mundial de fondo de mayor calidad que la que nos ocupa ( El Túnel , La Longue Marche , La Noche de los Generales ), no así Emboscada en la Bahía queda como un aporte, cuando menos, curioso al género, entretenido pese a sus fallos y excesos, como debut cinematográfico es más que digno.
Pues una hazaña bélica , muy mediocre, que no tiene apenas nada positivo.
No es que sea malísima. Se puede ver y no molesta, pero su visión no aporta nada nuevo al género bélico.muy convencionalmente dirigida por Ron Winston, un, para mí, ilustre desconocido, y con intérpretes de tercera, exceptuando a Hugh O´Brian, que nunca consiguió traspasar la barrera de los secundarios de cara pétrea, y el gran Mickey Rooney, en esos tiempos, ya en declive.
Las escenas de lucha no son nada del otro jueves y tan sólo está bien, sin pasarse, el momento en que se adentran en un pueblo filipino y deben huir de los japoneses. El resto, pura filfa..
Lo mejor, sin duda, la magnífica banda sonora, la música de Ricard La Salle, que no sé qué pega con esta pobre película. Es una música magnificamente orquestada que trata, inúltilmente, de dar lustre y fuerza a unas tristes escenas.
La fotografía tampoco está mal, pero la peli, es una medianía de ver y olvidar de la misma.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2006/11/emboscada-en-la-baha-ambush-bay-usa.html
Se trata de una película de guerra rodada allá por 1966, con una aceptable dirección de Ron Winston, un guión regular de Marve Feinberg y Ib Melchior (guión predecible y poco atractivo), fotografía oscura y mediocre de Emmanuel I. Rojas, y una excelente música de Richard LaSalle, para mí lo mejor del film.
En cuanto al reparto es anodino, destacando Hugh O´Brian y sobre todo el mítico ex niño prodigio y pequeñín Mickey Rooney, y llevándose según mi parecer una pésima valoración el torpón de James Mitchum (hermano del memorable Robert Mitchum pero que nada tiene que ver en calidad actoral con él). Unas interpretaciones, pues, mediocres y sin garra.
La película narra la operación llevada a cabo en la Segunda Guerra Mundial, 1944, por una patrulla de marines norteamericanos que desembarca en una isla de Filipinas ocupada por los japoneses. Tienen que contactar con un espía que tiene información para evitar que las tropas americanas sean víctimas de una gran emboscada en la invasión aliada a esa zona del mundo por MacArthur.
Como digo, la peli, del tipo serie B, se hace aburridilla, con algunos destellos de emoción y entretenimiento, donde los japoneses son feos y malos y los americanos guapetones y valientes. Tópicos típicos, escenas poco creíbles algunas y un metraje para mayor gloria de este director con nombre de bebida y cigarrillo: Ron Winston.