Elogio del amor
Sinopsis de la película
Edgar, un joven director de cine, busca una actriz para su próximo proyecto, un film sobre las 4 estaciones del amor (encuentro, pasión, separación y reconciliación). Cuando consigue por fin dar con la chica ideal, una joven llamada Berta, descubre que ésta no está interesada. Poco después ella muere. Edgar recuerda entonces el momento en que la conoció, dos años atrás…
Detalles de la película
- Titulo Original: Éloge de lamour
- Año: 2001
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
6.6
39 valoraciones en total
Tengo que reconocer que me cuesta mucho ver las películas de las últimas décadas de Godard. También puedo entender el rechazo que causan. Pero lo que no puedo negar es que esto es cine moderno, nuevo, innovador, otro cine. Al verlas tengo la sensación de que Godard sabe algo que el resto desconocemos. Lo más fácil es decir que aburre, que no sabe hacer cine, que es caprichoso. No. Conoce el cine, lo analiza y lo revoluciona. Parece que sus obras tengan un montón de barreras que nos impidan encontrar lo que nos quiere decir… Hay que insistir, aunque cueste, porque creo que detrás de todo eso, escondido, se encuentra su secreto. El secreto para la renovación del cine. Como con Griffith en su tiempo deberán pasar muchos años para que podamos asimilarlo. Ojala pasen pronto.
¿Como describir la experiencia al ver esta película?, fragmentos por aquí fragmentos por allá, diálogos que no tienen nada que ver con el que sigue, ese sentimiento antiamericano latente en cada momento, una bella fotografía, un brillante blanco y negro y una poderosa conclusión en color, un argumento que no es argumento, vanguardia pura.
Momento destacado: un genial y mordaz diálogo entre el comprador y la vendedora de los derechos de una película sobre un escritor americano, pero refiriéndose sobre que americano se refiere y esa tendencia a no globalizar sobre un país cuyo nombre está en otros paises americanos, ya que no solo Estados Unidos es USA ya que hay otros Estados Unidos y la conclusión de ese diálogo con una gran verdad (y justamente el otro día con un amigo estabamos hablando sobre lo mismo) sobre la necesidad de los yanquis de ver solo peliculas yanquis sin poder soportar ver las de otro origen, solucionandolo todo con la compra de los derechos, lo que demuestra una falta de creatividad y de poder soportar una cultura extraña a ellos.
Sí, esto es la vanguardia del cine de hoy, es decir, lo que está por delante del espectador más aventajado.
Por ello no es exactamente un film experimental. Sino que surge de la más profunda reflexión y del más presente subconsciente de su autor, el genio en vida, Jean-Luc Godard.
Evidentemente, ni los aficionados a la crítica cinematográfica como Carlos Aguilar o Carlos Boyero, podrán acudir a reflexiones y análisis del lenguaje empleado, cuando su meta no es analítica ni de constitución puramente teórica.
Pero sí, resulta que he necesitado innumerables visionados y revisiones fragmentarias para alcanzar a comprender ligeramente su verdadero contenido -que no continente- y hacerme una idea de análisis para ir descifrando sus mecanismos expresivos, que aseguro son cientos.
Lo cierto es que si nos detenemos en cada uno de los planos (uno por uno, como realmente se estudia el cine), comprobamos que nos encontramos ante una obra mayúscula.
Todos los encuadres, todos las luces, todas las sombras, todos los valores cromáticos y todos los valores acromáticos, están meditados y perfectamente justificados.
La diferencia entre esta película y otras obras maestras es que Godard ha logrado expresar en un menor número de planos y movimientos de cámara mucha más información y emociones de la que estamos acostumbrados a recibir, leer e interpretar.
No obstante, el cine es demasiado joven como para que podamos ver esta película en un sólo visionado. Es decir, durante los primeros visionados sólo lograremos mirar, mirar y mirar, y, quizá, en algún momento incluso ver algo.
Pero no, Elogio del amor es el principio de una más completa y compleja compresión del lenguaje cinematográfico.
Aprovecho que Boyero sólo vio las partes en blanco y negro para adelantarle que la parte en color es magnífica: de hecho, Godard lleva el uso del color a su máxima culminación y expresión. Consigue construir una atmósfera confusa trabajando en base a la abstracción. Y sí, la abstracción cinematográfica aún busca su naturaleza. Aún está en vísperas de descubrirse a las mentes más abiertas.
Ahora citaré a Albert Camus: Pensar ya no es unificar, familiarizarnos con la apariencia bajo el rostro de un gran principio. Pensar es aprender de nuevo a ver, a estar atento, es orientar la conciencia, es hacer de cada idea y cada imagen, a la manera de Proust, un lugar privilegiado. Paradójicamente todo es privilegiado. Lo que justifica el pensamiento es su extremada conciencia .
Jean-Luc Godard ya tenía cumplidos los setenta años. El guión de elogio del amor es prácticamente como el libro en blanco que discurre por la obra varias veces.Lo más extraordinario son sus colores rojos anaranjados para el mar, azules desteñidos para el cielo. Por lo demás sus frases filosóficas son tan profundas que me resbalan.
Veo un mundo que no entiendo. Un bisturí que corta, que rasga el celuloide y hace brotar la sangre. Imágenes y palabras que se unen y alejan, que colapsan en espacios saturados de color.
Un intento de transmitir una idea, un sueño. Quizás no lo haya conseguido del todo. Quizás sea yo el que no lo ha entendido del todo.