El viento
Sinopsis de la película
Letty, una inocente joven de Virginia, se traslada desde el Este a las praderas de Texas, donde parece que el viento nunca deja de soplar y la arena llega a todas partes. Allí vive con unos parientes, pero, como no se siente querida, se verá abocada a un matrimonio que no desea.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Wind
- Año: 1928
- Duración: 95
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes obtener una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te mostramos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
8.1
37 valoraciones en total
Soberbia creación de Sjöstrom en su período americano, El Viento es un perfecto ejemplo de cómo el cine puede sugerir y generar atmósferas partiendo de la sola imagen. Ya desde el comienzo, con las secuencias del tren, se puede apreciar que el verdadero protagonista del filme es el viento, que se nos presenta cargado de significados, símbolos y amenazas. De hecho, una de la constantes de la película es el enclaustramiento al que este fénomeno natural -aquí transmutado en fuerza dramática- somete a los personajes, obligados a resistir ante su furia, que les acosa constantemente. El viento viene a ser, por tanto, como el destino, una fuerza superior y sobrenatural a la que nadie escapa, y muy particularmente la protagonista, una torturada Lillian Gish.
Como bien han sugerido otros usuarios, el viento interactúa con Letty, subrayando sus temores e inseguridades, rasgos por otra parte lógicos en su personaje, que al fin y al cabo es el de una forastera llegada a una inhóspita región del Oeste (Texas) en la que no acaba de encajar. En efecto, el hogar que esperaba encontrar le resultará hostil (por los celos que suscita en la esposa de su primo), y cuando trate de formar uno propio, lo hará sobre una base estéril (un matrimonio sin amor), aumentando así su zozobra personal.
La realización es muy brillante, como ponen de manifiesto multitud de secuencias, desde la llegada nocturna a la desolada estación, pasando por la tormenta de arena en la que se desata el drama, e incluyendo el último y hermoso plano de cierre. Sin embargo, yo destacaría, por la sutileza y claridad con las que se plasman los sentimientos de los personajes, la secuencia de Letty con Lige, en el interior de la humilde cabaña de éste, cuando acaban de contraer matrimonio, la facilidad con la que la secuencia transita desde un ligero tono cómico al más desolador drama (ilustrando así la amarga decepción de Lige, sinceramente enamorado) es maravillosa.
Si al conjunto añadimos una adecuada música y unas interpretaciones excelentes, con una Lillian Gish portentosa, sólo cabe reconocer la maestría del filme, cuyas únicas debilidades expongo seguidamente en spoiler.
En un clásico tan magistral como éste es difícil diferenciar cuál es el aspecto o aspectos que verdaderamente destaquen por su acercamiento al concepto de perfección cinematográfica así como a su increíble originalidad e innovador aporte al séptimo arte.
Igualmente me permitiré destacar dos valores clave: el uso del espacio y la dirección de actores.
Por ello, los fuertes vientos que sufren los personajes influyen sobre ellos de manera inevitable en función de su experiencia o falta de experiencia ante dichas condiciones.
Así comprobamos cómo el personaje que refleja una mayor inquietud es el interpretado por Lillian Gish, Letty, con papel protagonista. Pero el viento no sólo es el fruto de su inquietud, es además la proyección de su estado psicológico respecto a sus circunstancias personales, a su conflicto interno e interpersonal. Magistralmente, el viento ejerce como elemento espacial antagonista para la protagonista, pero que, a su vez, se verá enriquecido a nivel literario por un arco de transformación que acompañará a Letty en el desarrollo de su adaptación al medio y superación de sus conflictos.
Una de las críticas que con más frecuencia se hacen -o al menos yo escucho- al cine mudo en general es la simpleza de los personajes. Hay muchas obras maestras de esa etapa del séptimo arte que la rebaten plenamente, y El viento lo hace con técnicas de guión que incluso hoy día se imitan, aunque con mucha torpeza en la mayoría de los casos. En el planteamiento de la película los personajes pueden parecer de una pieza, pero conforme se va desarrollando la trama se van evidenciando sus contradicciones, sus virtudes y sus miserias con tanta maestría que llega a parecerse al proceso mismo de ir conociendo poco a poco a una persona en la vida real. Y lo que es más difícil, uno de esos personajes que van mostrando más y más capas de complejidad según avanza la cinta es el propio viento.
Me cuesta creer que a alguien le pueda parecer visualmente torpe una película como esta, donde sobra imaginación y la ejecución es apabullantemente eficaz. Supongo que algunos ven títulos de esta época como quien va a ver el último estreno, cuando hay que hacerse a la idea de que el cine mudo tiene otros códigos y se rodaba con otros materiales. No acordarse de eso es como leerse un cantar de gesta medieval con la misma actitud que se emplearía en una novela de Saramago. Como en Amanecer , El último o Y el mundo marcha hay un afán por jugar con las imágenes que ha influenciado a muchísimos directores desde entonces. Y quienes dirigen sin conocer esta primera edad de oro del cine -que los hay- se creerán que inventan algo con imágenes ignorando que otro hizo eso mismo 80 años antes, y seguramente mucho mejor que ellos. Supongo que por eso, entre otras cosas, Clint Eastwood me parece uno de los grandes y Baz Luhrmann me carga tanto.
Película muda dirigida por el realizador sueco Victor Sjöström (1879-1960). El guión, de Frances Marion, se basa libremente en la novela The Wind (1925), de Dorothy Scarborough. Se rueda en California (Bakersfield, Mojave Dessert …). Producido por Victor Sjöström para MGM, se estrena el 23-XI-1928 (EEUU).
La acción dramática, que en la novela tiene lugar en 1880, la película la traslada a la época actual (1927-1928). En la novela y en la película los hechos suceden en el rancho imaginario Sweet Water de Texas y alrededores. Letty Mason (Gisch) es una muchacha de Virginia que al quedar sola en la vida se traslada a vivir en el rancho de su primo Beverly (Earle), casado con Cora (Cumming) y padre de 3 hijos. Lige Hightower (Hanson) reside en el rancho vecino al de Beverly y se dedica a la captura de caballos salvajes. En el tren que la lleva a Texas Letty conoce a Wirt Roddy (Love). Letty es joven, atractiva, ingenua, delicada y luchadora. Lige es fuerte y rudo. Wirt es violento y mujeriego.
El film pertenece al grupo de obras (literarias, plásticas, cinematográficas, etc.) que se inspiran en concepciones que consideran la naturaleza como fuente de fuerzas hostiles, opresivas y destructivas. En los años 20 proliferaron concepciones de este tipo, que hallaron en el movimiento modernista un espacio de acogida, apoyo y afirmación. La película que comentamos constituye un ejemplo elocuente de una visión inhóspita y trágica de la naturaleza, de su influencia sobre la psicología, el carácter y la conducta de las personas y de los extremos a los que pueden llegar sus fuerzas devastadoras y ciegas. Por otro lado, la obra constituye también un exponente de las concepciones que postulan la belleza de los aspectos más duros y perturbadores de la realidad que rodea al ser humano. El film se esmera en jugar con delicadeza y sumo cuidado con la ambigüedad de un viento enfurecido, capaz de crear adicción y de aportar, a la vez, cosas buenas y malas, problemas y soluciones, penas y alegrías.
El viento, incesante y agobiante, que envuelve la acción se comporta como un elemento que el realizador emplea para crear atmósferas y para reflejar estados de ánimo. En el film el viento cumple varias funciones a la vez y todas las cumple de un modo que en mi opinión es impecable y soberbio.
En línea con otras obras de la época (últimas manifestaciones del cine mudo), el film aporta un conjunto de sugestiones sonoras que sorprenden al espectador. Sustituye en ocasiones la ausencia de sonido mediante la visión gráfica de sus efectos sobre las personas y su entorno. Por otro lado, el realizador, para resaltar los aspectos inquietantes y perturbadores, hace uso de toques de dulzura, candidez, ternura, etc. También recurre al humor, un humor sencillo y obvio, socarrón e irónico, fresco y directo. Al respecto el realizador se muestra ocurrente y eficaz.
Animado por Monsieur, y espoleado por Motta, que también la encumbró, me lancé a pecho descubierto hacia el huracán. Y no me sobrecogió tanto como la estratosférica He Who Gets Slapped, pero se confirma la sospecha, el fresón salvaje es uno de los cineastas de la fase muda más infravalorados que existieron.
Lillian Siamese Dream, aunque quizá menos arrebatadora de lo que pensaba, refulge sin discusión en mitad de esta historia perturbadora, casi espectral, donde los demonios fálicos y la desubicación en el mundo la ponen a prueba de principio a fin. La encuentro más equilibrada y mejor medida que el tour de force de Chaney, admito, pero esas consideraciones me importan menos que la sonrisa lacerante de un payaso, comprendedme, camaradas.
Más que emocionarme, me asombró, me transportó a este angustioso ciclón de amenazas y penurias. El simbolismo de He Who Gets Slapped aparece aquí nuevamente, con personajes que más que personas parecen fuerzas malignas de la naturaleza. No nos engañemos, Fresón Salvaje no dirigía películas, dirigía fantasmas.
Y por último, y como si mal no recuerdo reivindicó nuestro trekkie madridista favorito, efectivamente la banda sonora tiene una capacidad de sugerencia fascinante, con gran finura y precisión para jugar con mil y un tonos, para pasar de la melodía celestial a la trompeta del infierno.
Glande.