El vídeo de Benny
Sinopsis de la película
Benny es un chico de 14 años de buena familia. Sus padres intentan compensar la falta de cariño hacia su hijo regalándole un estupendo equipo de vídeo. Obsesionado con el uso de su nuevo juguete, graba cómo sacrifican a un cerdo con una pistola, escena que lo incita a cometer un acto salvaje.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bennys Video
- Año: 1992
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
7.2
47 valoraciones en total
La segunda parte de la trilogía de la violencia en nuestra sociedad, muestra detalles explorados posteriormente por Michael Haneke (Caché). Desde una acertada premisa argumental el espectador se convierte también en voyeur de unas violentas grabaciones.
Esta vez se muestra el cinismo de una sociedad interesada a toda costa en mantener el bienestar a cambio de cualquier precio. Con un giro argumental que supone un debate de cuestionable moral tanto para los padres como para el propio espectador, el filme decae y se desinfla perdiendo interés hasta un previsible desenlace.
La exploración de la post-violencia que realiza Haneke en el El video de Benny sería superada por obras suyas posteriores como la imborrable Funny games o la estupenda y controvertida Caché. Pero resulta ser una interesante y profética visión de la violencia realizada por niños.
Siendo espectador de noticias recientes de menores que reciben videos violentos en sus móviles y graban los mismos como mero divertimento o experiencia, Haneke puede apuntarse un tanto en advertir desde 1992, en un ejercicio inteligente y para nada pedante y gratuito para disgusto de sus detractores, de los tiempos que nos avecinaban.
Imaginemos por un instante que la familia que Haneke retrata en El séptimo continente hubiese seguido haciendo su vida normal, hubiese seguido con su vida monótona, acomodada y aburrida, que no se hubieran dado cuenta de su muerte en vida y continuasen vagando por este mundo con más pena que gloria en un alarde de autoembuste digno de elogio. Eso es lo que nos encontramos en El vídeo de Benny , a Anna, Georg y Eva (mismos nombres que los miembros de la familia de su ópera prima…¿coincidencia? yo diría que no) unos años más adelante y con otro nuevo miembro en la familia, Benny, un chaval guapo, inteligente, curioso y aburrido cuya mayor afición es grabar con su cámara de vídeo. Pero la curiosidad entra en la vida de Benny cuando su cámara filma la matanza de un cerdo, y su cerebro sale del letargo.
La curiosidad de Benny gana al raciocinio y la rutina se ve afectada, los padres harán todo lo posible para que esta vuelva, a toda costa, sin importar razones, causas o consecuencias, piden a gritos volver a lo cotidiano de donde nunca debieron salir. La película lo logra, logra con ese distanciamiento, esa austeridad y lentitud en la narración, que te olvides de lo que viste y te centres en lo estás viendo, te mete en el papel de los padres, pero la verdad siempre sale al final.
Le diste de todo, un equipo de vídeo, ropa de marca, una buena educación, un cepillo de dientes eléctrico… pero lo único que hacías era distraer a tu conciencia, mentirte para dormir bien y ahora la realidad te golpea con todas sus fuerzas en la cara, y lo único que intentas es que pase pronto para seguir la farsa. Quizás años atrás debiste viajar al Séptimo continente para no regresar nunca.
Me hace gracia pensar que Benny será más adelante uno de los psicópatas protagonistas de Funny Games, este Haneke es un cabrón retorcido, me encanta.
¿Por qué lo hiciste?
Quería ver como era, supongo
Dura. Realmente dura y angustiante.
No es la primera vez que tengo esta sensación viendo una pelicula de este director, el cual ya me había dejado petrificada en otras como La Pianista o la espléndida Funny Games. Es lenta, y esto hace aumentar el nivel de angustia y terror en el cuerpo. Y más el imaginar que en realidad esto ocurre verdaderamente.
Lo que inquieta son las reacciones de los padres, las reacciones del propio Benny y su nihilismo, el no saber por qué hace lo que hace.
El ensayo es una forma de arte. En él, lo esencial no está en las soluciones propuestas sino en la amplitud de las preguntas formuladas.
Haneke interpela al hombre que mejor conoce: el homo ludens clase media. Selecciona algunos ejemplares, los pone delante de la cámara y les presenta situaciones de máxima tensión emocional: ¿Qué harías tú si tu chaval te enseñara un vídeo como éste? A) Llamar a la policía. B) Aislarlo y encubrirlo. C)… Y rueda la posible reacción como quien cumplimenta las casillas de un estudio de mercado.
Si bien es cierto que la película decae un poco tras el debate moral de los padres, también lo es que, hasta ese momento, el film es magistral. No sé de dónde nadie saca la palabra loco en esta película, el chaval está absolutamente cuerdo y todo lo que hace tiene sentido: que sea extremadamente frío es una cosa, y que esté desequilibrado otra.
Haneke, parco en palabras, pero rico en imágenes, nos deja escenas para el recuerdo, entre las que destacaría está, sobre todo, la inicial. El asesinato del cerdo es perturbador y crudísimo y refleja esa curiosidad por la muerte y la violencia que se verán más adelante.
Por otra parte, la historia de Benny es la del ¿y ahora qué? . Cuando ya lo tienes todo (en términos materiales) y eres un joven inteligente, con escasa supervisión paterna y ciertas dosis de crueldad, se dan resultados como este. La curiosidad mueve a Benny a llevar a cabo sus actos, pero esto no habría sucedido así si no hubiera tenido unos padres tan negligentes y pasivos. Puede que se presuponga que este film trata la violencia en la sociedad, pero yo lo veo muy enfocado como crítica hacia los progenitores a los cuales (según mi impresión) Haneke responsabiliza e incluso castiga. Esta visión se ve reforzada en el desenlace de la película.
Además de todo esto, he de admitir que me seduce enormemente la capacidad del director para filmar lo cotidiano con una naturalidad y un realismo increíble. Los diálogos (sobre todo sus silencios) son para enmarcar y la actuación del chico protagonista me parece asombrosa para alguien tan joven. Su rostro impasible y sus miradas reflejan exactamente el tipo de desidia, desorientación (moral, por llamarla de alguna forma) e indiferencia del personaje.
Muy recomendable a todos los niveles.