El teléfono del viento
Sinopsis de la película
Haru, de 17 años, emprende un largo viaje a través de Japón para buscar respuestas en una ciudad donde, en 2011, el devastador tsunami se llevó a su hermano y sus padres. Este viaje lleva a la joven, todavía atormentada por la pérdida, desde Hiroshima a Tokio, Fukushima y Ōtsuchi, donde una vez estuvo su hogar. En el camino se encuentra con otras personas y las historias de sus pérdidas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kaze no denwa
- Año: 2020
- Duración: 139
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Opinión de la crítica
Película
7.1
69 valoraciones en total
El cineasta japonés Nobuhiro Suwa, nos trae su cinta participando en la sección Albar del festival de Gijón y tras su paso por Berlín.
El guión muestra a Haru, una niña de 17 años que vive con su tía Hiroko en el sur del país. En el 2011 Haro vivía en Otsuchi cuando el terremoto y posterior tsunami arrasaron con la costa este, dejando un saldo de 15000 muertos, entre los que se encontraban sus padres y su hermano pequeño. Tras irse a vivir con su tía todos estos años, el guión cuenta cómo Haru decide dejar Hiroshima cuando se tía cae enferma, para recorrer parte de su país y llegar a su ciudad natal, pasando por Tokio y Fukushima. En este largo camino conoce gente que le ayudan en su viaje y le cuentan sus perdidas.
La cinta tiene todo menos humor, por lo que hay que verla altos de espíritu para no decaer en una depresión. Por otra parte, tiene unas imágenes preciosas que hacen soñar, grabadas con una sutilidad apabullante.
El largometraje nos muestra varios aspectos ocultos, para los extranjeros, cuando la chica es molesta con agresividad por varios chicos y una estación de autobús. Tambien enseña la problemática de los inmigrantes en Japón, contándonos lo que sucedió al voluntario inmigrante kurdo que ayudó a uno de los protagonistas durante el tsunami.
Voices in the Wind es una particular road-movie repleta de tristeza y sensibilidad que da voz a las víctimas del terremoto y tsunami acontecido en Japón en el año 2011. Un conjunto de personas que vieron su vida arruinada de la noche a la mañana y de manera imprevisible e inevitable. Un evento que para la mayoría es una noticia que ves en la televisión mientras estás comiendo y cuyo impacto dura segundos, pero que dejó marcada a toda una generación de personas y que esta pequeña obra nos hace recordar.
Serena Motola está genial dando vida a este personaje cuya vida fue trágicamente destrozada provocando unas heridas que no sanan con el tiempo. Es un viaje que duele de un alma destrozada, al que le sobra algo de metraje que se hace un poco denso especialmente en su primeros minutos, pero que sin duda vale la pena recorrer y que remonta con un fantástico final.
El terremoto de 2011 en Japón fue el más devastador conocido en los últimos 500 años, el tsunami que se provocó posteriormente con olas de hasta 40 metros de altura acabo con la vida de más de 16.000 personas y 2500 desaparecidos. Poco se ha hablado en el cine de las secuelas producidas por esta gran catástrofe que afecto también a la central nuclear de Fukushima.
Haru vivio en Otsuchi hasta que perdió a sus padres y a su hermano pequeño a la edad de 9 años en el tsunami. Ahora tiene 17 años y ha estado viviendo con su tía Hiroko en Hiroshima. Todos estos años Haru ha vivido embargada por un dolor inasumible, ya que a su familia no la encontraron jamás. Cuando a su tía la hospitalizan por una enfermedad, decide hacer autostop y visitar su antigua casa, para ello tendrá que recorrer casi todo Japón donde encontrara a personas que también sufrieron con la tragedia del terremoto y que le brindaran una solidaridad envidiable.
La película adapta la novela de 2018 de Toshikazu Kawaguchi Before teh coffee gets cold y se ha encargado de la dirección y del guion Nobuhiro Suwa (El león duerme esta noche). Ha optado con una narrativa con muy pocos diálogos y escenas muy largas en las que la protagonista se cuestiona como poder seguir viviendo con esta pena tan grande, ya que se encuentra en una catarsis continua y no consigue salir de ella.
La historia también tiene como base una extraña peregrinación en la vida real a una cabina telefónica sin línea situada en Otsuchi, conocida como el teléfono del viento, donde las personas que perdieron a sus familiares pueden hablar y despedirse de ellos.
Una triste y dramática película que aunque tiene un exceso de metraje consigue que el dolor de la protagonista te afecte bastante.
Destino Arrakis.com
*Ficción realista
En El teléfono del viento (Kaze no denwa), Nobushiro Suwa nos cuenta la historia de Haru (Serena Motola). Una historia que podría ser la de cualquiera de los miles de japoneses que perdieron a alguien en ese fatídico 11 de marzo de hace diez años. Aquel día, un terremoto, seguido poco después por un tsunami, supuso la muerte de casi dieciséis mil personas y provocó la desaparición de otras tres mil.
En forma Road Movie, la cinta del director japonés nacido en Hiroshima nos lleva a recorrer un país que, casi nueve años después de la tragedia, sigue luchando por curar sus heridas.
Serena Motola interpreta de manera magistral a una adolescente que ha perdido a su familia y que vive con su tía. La repentina enfermedad de la mujer, que termina en coma en el hospital, es el punto de partida de un viaje hacia los orígenes, plagado de dramas personales, encuentros y paisajes tan desoladores como las tristes almas que los recorren.
*Galería de los personajes
Es una cinta envuelta en un halo de tristeza. Un metraje plagado de nubes negras por las que se cuelan de vez en cuando los rayos del sol porque, a pesar de su apariencia, El teléfono del viento es un canto a la esperanza.
Nobushiro Suwa le da voz a una serie de personas que necesitan contar su historia. El director japonés les ofrece un desahogo, un momento de catarsis, a unos personajes a los que trata con gran cariño y respeto.
En su viaje, Haru se encuentra con un trabajador que vive con su madre con demencia, una pareja que está esperando un hijo, un hombre con una historia de pérdida parecida a la suya o unos inmigrantes que ayudaron como voluntarios en la tragedia. Todos ellos con cicatrices. Todos ellos tremendamente solidarios. Con una solidaridad que solo puede nacer de un drama compartido.
La película nos va calando cada vez más profundo, con su ritmo pausado de escenas largas y cámara fija. Nos invita a estar allí y a tomarnos nuestro tiempo, a comprender su dolor, su esperanza y su coraje para seguir adelante.
El teléfono del viento que da título a la película en español es una cabina real. Situada en una colina en la prefectura de Iwate, ha recibido miles de visitas de personas que van a allí a despedirse de sus seres queridos. En ella, la protagonista les dice que se reunirá con ellos algún día, cuando toque, después de seguir luchando.
*Conclusión
En El teléfono del viento (Kaze no denwa), Nobushiro Suwa nos invita a compartir el dolor de un Japón que sigue cosiendo sus grietas tras el terrible terremoto de 2011. Nos lleva de la mano de unos personajes heridos que pelean cada día por encontrar un motivo para seguir adelante.
A su favor, la autenticidad y honestidad de sus personajes y la sensación de estar compartiendo con ellos su drama.
En contra, un ritmo pausado y un excesivo metraje que puede suponer una barrera para el público menos acostumbrado a este tipo de cine.
Escrito por Iván Sabau